Política
Felipe VI no propone ningún candidato a la investidura y aboca a nuevas elecciones
El monarca español lo comunica a la presidenta del Congreso después de constatar la falta de apoyos a Sánchez
El rey Felipe VI ha comunicado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que no propone ningún candidato a la investidura después de concluir la ronda de consultas con los líderes y portavoces de las formaciones con representación en el Congreso. Su decisión tiene lugar a seis días de la convocatoria automática de las elecciones del 10-N, que si no hay un giro inesperado de guion se producirá formalmente el 23 de septiembre. Durante la ronda ha constatado que Sánchez no dispone de apoyos necesarios para ser investido. La negativa del PSOE a construir un gobierno de coalición con Podemos y el correspondiente anuncio de abstención por parte de Pablo Iglesias, sumado al ‘no’ de PP y Cs, han dejado Sánchez únicamente con los votos de su formación (123) y un único apoyo externo del diputado del Partido Regionalista Cántabro.
Después de la audiencia con el Rey, Batet ya no ha convocado el pleno que tenía que hacer posible la investidura antes de la fecha límite, y en cambio ha mantenido para este miércoles la última sesión de control de la legislatura donde tendrá que responder a preguntas del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, sobre la situación en Cataluña, y del líder del PP, Pablo Casado, sobre «el espectáculo que está ofreciendo».
Con todo, la decisión del monarca no agota automáticamente los plazos porque todavía hay la posibilidad de convocar un pleno como mucho el próximo viernes para investir a un presidente el mismo lunes 23 de septiembre. En un último extremo, se podría convocar también un pleno el 23 donde –eso sí- Sánchez tendría que ser investido en primera votación, eso es con mayoría absoluta.
Hoy por hoy, sin embargo, el equilibrio de fuerzas está exactamente en el mismo punto en que quedó después de la investidura fallida del pasado 23 de julio. Las negociaciones infructuosas con Podemos y el ‘no’ del PP y Cs diluyen ninguna posibilidad de éxito. El PSOE ha rechazado en las últimas horas la propuesta de Podem de formar un gobierno de coalición y Pablo Iglesias ha anunciado al monarca que se mantiene en una abstención que deja Sánchez sin posibilidad de ser investido.
En la derecha del arco parlamentario la maniobra de Albert Rivera de proponer una abstención conjunta del PP y Cs a cambio de varias condiciones –como preparar el 155 en Cataluña- no ha tenido buena acogida por parte del PP y finalmente el propio Rivera ha calificado de «tomadura de pelo» los compromisos por escrito que le ha enviado el presidente español en funciones, donde Sánchez prometía que si hace falta «no vacilará» en aplicar el 155 en Cataluña. Igualmente Rivera ha asegurado después de ver al Rey que Sánchez todavía té tiempo de enderezar la situación si «rectifica».
Tal como ha hecho en los últimos meses, el presidente español había pedido previamente tanto a Podemos como al PP y Cs que facilitaran la investidura de un gobierno monocolor que dotara el estado de estabilidad ante los retos de los próximos meses, entre otros –según el propio Sánchez- la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O y el Brèxit. La petición a la derecha, además, iba acompañada de la necesidad de no dejar la estabilidad del ejecutivo a manos de formaciones independentistas.
Un hipotético acuerdo entre PSOE y Podemos habría contado con la abstención de ERC que -junto con la del PNV- era imprescindible para hacer prosperar la investidura. Por el contrario, JxCAT había anunciado ya este martes al monarca su 'no' adduïnt a la falta de voluntad del presidente español en funciones de dar pasos en la resolución del conflicto en Cataluña.
Cuatro elecciones en cuatro años
Si se agota el plazo, estas elecciones españolas serán las cuartas en menos de cuatro años, desde los comicios de diciembre del 2015. En aquella ocasión Mariano Rajoy tampoco consiguió una mayoría para la investidura lo cual llevó a repetir las elecciones en junio del 2016. En los segundos comicios, los populares obtuvieron 14 escaños más sin llegar a la mayoría absoluta y Rajoy sólo pudo gobernar después de una fuerte crisis al PSOE que comportó la dimisión de Pedro Sánchez y una abstención traumática de los socialistas.