Religión
El Vaticano obliga a apartar a un exprofesor del colegio Sant Ignasi de Barcelona por abusos sexuales
Dos antiguos alumnos lo denunciaron por hechos cometidos en los años 80
El Vaticano ha ordenado a los Jesuitas que aparten a un sacerdote que fue denunciado por haber abusado sexualmente de dos alumnos del Colegio Sant Ignasi de Sarrià, en Barcelona, durante los años 80. Después de recibir las denuncias hace menos de un año, la Compañía de Jesús abrió una investigación y la llevó a la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, que ahora ha instado a prohibir al padre Pere Sala, de 95 años, hacer autos sacramentales con público y a tener ningún contacto con menores.
El Superior Provincial de la Compañía de Jesús en España, Antonio España, ha dado a conocer este lunes la resolución del proceso canónico y las medidas que se imponen al padre Pere Sala. Siguiendo las indicaciones del Vaticano, el Superior General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, impone a Pere Sala un precepto penal con una serie de prohibiciones. Se prohíbe al sacerdote celebrar públicamente los sacramentos, realizar actividades apostólicas y pastorales de carácter público, mantener trato con menores, conceder cualquier entrevista a medios de comunicación y tener perfiles en las redes sociales, ponerse en contacto con las víctimas y salir de la comunidad en la que reside sin permiso expreso del superior.
En caso de incumplimiento podría ser castigado con otras penas hasta la dimisión del estado clerical y de la Compañía de Jesús. La ejecución de las medidas del precepto penal empieza a partir de este lunes y será revisada cada tres años. Además, tendrá que hacer llegar a las víctimas una petición escrita de perdón. La resolución final y las medidas se comunicaron el viernes pasado al padre Pere Sala y este mismo lunes a las víctimas que presentaron la denuncia.
Al principio de este año, como consecuencia de la investigación iniciada por parte de la red de escuelas de la Compañía de Jesús en Cataluña -Jesuitas Educación- en relación a abusos cometidos en el pasado, dos exalumnos del colegio Sant Ignasi de Sarrià se pusieron en contacto para denunciar que habían sido víctimas de abusos por parte de este sacerdote. Recibidas las denuncias, y ante la gravedad de los hechos, se abrió un proceso canónico para investigar el caso y, a partir de este momento, se impusieron al jesuita medidas cautelares como su reclusión en una comunidad, la prohibición de contacto con menores y la prohibición de realizar actividad pastoral y sacramental. A lo largo del proceso no se ha recibido ninguna denuncia más contra este sacerdote. El informe de la investigación se envió a la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma el pasado 24 de abril.
Conforme al Derecho de la Iglesia, el procedimiento canónico se abrió por decisión del Superior de España de la Compañía de Jesús. Consta de una fase de investigación y recogida de testimonios en los que concluye con un informe que se envía a la Curia General de la Compañía de Jesús. Esta la traslada a la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, por tratarse de un caso de abusos cometidos por un sacerdote. Este organismo es el que determina el curso procesal o las medidas que se tienen que tomar y las comunica a la Compañía de Jesús para que proceda a su cumplimiento. En el Derecho Canónico, los delitos de abusos a menores cometidos por clérigos prescriben a los 20 años desde que la víctima llega a la mayoría de edad, pero la Congregación para la Doctrina de la Fe, en atención a la gravedad de los abusos, puede decidir, en cada caso, levantar la prescripción, como ha pasado en este caso.
En relación con aquet caso, el 16 de septiembre pasado la Compañía de Jesús tuvo conocimiento a través de la prensa que las dos víctimas denunciantes habían decidido presentar una querella por delito de omisión del deber de perseguir delitos. La Compañía de Jesús respeta el deseo de las víctimas de ejercer sus derechos y «fiel a su manera de proceder, colaborará en todo aquello que sea requerido por las autoridades judiciales» civiles. Ante todo eso, la congregación quiere manifestar su apoyo a todas las víctimas de abusos y su voluntad «de escucharlas y acompañarlas».
«Lamentamos profundamente el sufrimiento que algunos compañeros han infligido a personas a las que tenían que cuidar y proteger. Reiteramos nuestra voluntad de clarificar el pasado y los posibles casos de abusos cometidos en nuestros centros, facilitando los mecanismos que sean necesarios, así como los espacios de escucha y encuentro con las víctimas y todas aquellas personas que quieran compartir con nosotros su testimonio», asegura el comunicado.
En este sentido, el proceso de investigación abierto en diciembre de 2018 en el marco de Jesuitas Educación, se mantiene abierto, y cualquier persona que desee contactar puede hacerlo a través del correo electrónico escoltar@fje.edu. A lo largo de estos meses se han creado también comisiones de escucha en varios centros y ciudades de la Provincia de España de la Compañía de Jesús, que se irán ampliando progresivamente. Además, «conscientes de la necesidad» de dotarse de recursos y estructuras adecuados, la Compañía de Jesús en España ha creado la figura de. responsable de Entorn Segur --que ocupa una profesional de la psicología, especialista en casos de violencia y abusos-- así como un Consejo de Entorn Segur, formado en su mayoría por personas externas a la Compañía de Jesús y que ayudará a garantizar el rigor en el seguimiento de los casos.
«Queremos recordar que seguimos trabajando con determinación y compromiso para hacer de nuestros centros un entorno seguro, con programas de formación y protocolos de actuación dirigidos a toda la comunidad educativa. Concretamente, en los centros de Jesuitas Educación se están llevando a cabo programas de formación y prevención en colaboración con la fundación Vicki Bernadet, para familias, alumnado y educadores, y que permiten prevenir, detectar y gestionar casos de abusos o conductos impropias», concluye el comunicado.