Investigación
Los laboratorios españoles utilizaron 836.096 animales para investigar durante el 2018
El 98,3% se utilizaron por primera vez y el 1,6% fueron reutilizados siguiendo los requisitos y condiciones que exige la Unión Europea
El año pasado se utilizaron en España 836.096 animales para la investigación científica y la docencia, una cifra que se mantiene estable y siempre por debajo del millón desde 2010, cuando se usaron 1.344.986 animales con fines científicos.
Según el último informe sobre el uso de animales en experimentación que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha remitido a la Comisión Europea, de los 836.096 animales utilizados, el 98,3% se emplearon por primera vez y el 1,6% fueron reutilizados siguiendo los requisitos y condiciones que exige la Unión Europea (UE).
La mayoría de los animales utilizados fueron ratones (62%), peces (10,6%), aves de corral (9,5%), ratas (6,3%), pez cebra (4,3%), conejos (2,69%) y cerdos (1,43%).
De acuerdo con el informe, en 2018 el uso de mamíferos no ha variado sustancialmente con respecto a años anteriores, y el de anfibios se mantiene estable, si bien se aprecia una variación en el número de peces «relativamente elevado» en comparación con otros años.
El informe destaca el aumento del número de cefalópodos utilizados para investigación desde los 20 que se usaron en 2017 hasta los cerca de 4.000 del año pasado, que sirvieron para desarrollar varias líneas de investigación de enfermedades y para mejorar el conocimiento de su biología y su reproducción.
La mayoría de los animales se utilizaron para hacer estudios sobre protección del medioambiente, para preservar la biodiversidad o para estudiar la biología o etiología de ese animal, y en algunos casos para proyectos de estudios relacionados con el sistema nervioso (ciervos) o el reproductor (muflón).
El informe especifica el grado de dolor, estrés o sufrimiento experimentado por los animales en la investigación y desvela que el 52% de ellos padeció dolor leve y el 36% dolor moderado (435.810 animales y 300.199, respectivamente)
Sin embargo, 60.398 animales padecieron un sufrimiento «severo» (el 7,22% del total) y 39.689 no recobraron la conciencia después de ser utilizados en algún estudio con anestesia general (el 4,75%).
Además, de los 836.096 animales usados el año pasado, 529.652 (el 66%) no fueron alterados genéticamente y 300.000 habían sido alterados genéticamente -con o sin algún fenotipo patológico- para investigación específica de una enfermedad.
Dada la especial sensibilidad ante el uso de primates, la estadística incluye un apartado con información específica sobre el uso y procedencia de los 274 ejemplares utilizados en 2018.
El 72% del total (198 primates) habían nacido en África, 73 en Asia y tres en un establecimiento registrado de la Unión Europea.
En ningún caso se emplearon primates capturados en la naturaleza, dado que para los animales nacidos en libertad la captura y el transporte es algo angustioso, sino que todos los primates utilizados habían nacido en cautividad, y en su mayor parte procedían de colonias autosostenidas, en las que los animales se crían en comunidad pero son mantenidos y están acostumbrados a los seres humanos.
De los animales usados el año pasado, el 48% se dedicaron a investigaciones básicas para conocer la estructura y funcionamiento de los organismos vivos, y el 27,4% a la investigación aplicada, que incluye el desarrollo y fabricación de productos farmacéuticos, alimentos, piensos, y pruebas de calidad y seguridad.
Dentro de la investigación básica, la mayor parte de los animales se emplearon en estudios sobre biología o comportamiento animal (22%), sobre el sistema nervioso (18,4%), oncología (14,8%) y estudios multisistémicos (14,2%).
La investigación aplicada, por su parte, usó a los animales en estudios sobre enfermedades de los animales (24%), cáncer humano (16,7%), trastornos mentales y nerviosos humanas (15,4%) y enfermedades endocrinas y metabólicas humanas (12%).
Entre 2009 y 2016, el uso de animales en laboratorios españoles se ha reducido significativamente gracias, en gran medida, a la directiva que obliga al fomento de las 3R, es decir, a reemplazar animales por otras técnicas siempre que sea posible, a reducir al mínimo su uso en los laboratorios y experimentos y refinar los métodos empleados en la investigación.
Además, más 140 centros de investigación se han sumado voluntariamente al Acuerdo de Transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España promovido en 2016 por la Confederación de Sociedades (COSCE).