Juicio excúpula Mossos
De los Cobos dice que la actitud de los votantes fue más «virulenta» por la «inacción» de los Mossos
El coronel de la Guardia Civil afirma que la intervención de Guardia Civil y Policía Nacional era «el último recurso» por las consecuencias que podía tener
El coronel de la Guardia Civil y coordinador del dispositivo del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, asegura que la «inacción» de los Mossos provocó que la actitud de los votantes fuera más «virulenta». A preguntas de la defensa de Trapero, De los Cobos ha insistido en que Guardia Civil y Policía Nacional actuaron al ver que el cuerpo autonómico no lo hacía y que fue el «peor» de los escenarios posibles. El coordinador del dispositivo del referéndum también ha detallado que, aunque el auto de la magistrada del TSJC Mercedes Armas hablaba de un único dispositivo y «cesaba» las instrucciones de fiscalía, había unos trabajos de preparación. Por eso y después de analizar la situación previa al 1-O, consideraron que la «intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado» aparte de los Mossos podía suponer «mayores alteraciones». «Era mejor ir de la mano de los Mossos, aunque fueran al 40% de la capacidad, que en contra», ha dicho.
De los Cobos ha insistido durante su declaración como testigo en la Audiencia Nacional que desconocía que los Mossos enviarían binomios a los centros de votación el 1-O. El coronel ha admitido, sin embargo, que sospechaban que las dotaciones serían de pequeñas dimensiones y que contemplaban la posibilidad de que los Mossos actuaran por debajo de sus capacidades.
La abogada de Trapero y Laplana, Olga Tubau, ha preguntado al coronel por qué creía que una distribución diferente de los Mossos habría permitido cerrar todos los centros de votación si con «8.000 agentes de Guardia Civil y Policía Nacional se cerraron 113». De los Cobos ha respondido que la intervención de los cuerpos de seguridad del estado se dio en «la peor de las hipótesis posibles» ante la «inacción» de los mossos.
«Sabíamos que si llegábamos al 1-O y no se actuaba, no había ninguna intervención buena, teníamos que escoger la menos mala», ha dicho el coronel. En este sentido, ha insistido en que actuaron con «profesionalidad y proporcionalidad» y que lo hicieron «sabiendo que sería muy difícil y duro». «Sabíamos que no se conseguiría el objetivo último. No era hacer lo que queríamos sino lo que teníamos que hacer». De los Cobos ha calificado la situación «de extrema» y ha dicho que nada de eso habría pasado si el cuerpo de mossos se hubiera «implicado».
El coronel ha afirmado que ante la «inacción» de los Mossos, la actitud de los votantes que querían que la actividad ilegal se celebrara, fue mucho más virulenta».
«De la mano» de los Mossos
Preguntado también sobre porque el resto de cuerpos de seguridad no actuaron antes del 1-O, ha dicho que teniendo en cuenta las movilizaciones que habían tenido lugar los días previos consideraron que la intervención de Guardia Civil y Policía Nacional antes del referéndum para cerrar los locales de votación podía suponer «mayores alteraciones».
«Los Mossos también dijeron que podían asumirlo y decidimos que la intervención del resto de cuerpos tenía que ser el último recurso», ha dicho. En este sentido, ha añadido que era mejor «ir de la mano de los Mossos, aunque trabajaran al 40% de su capacidad, que ir en contra».
«Había desconfianza»
De los Cobos también ha admitido que el auto del TSJC dejaba sin efecto las instrucciones de fiscalía, pero ha asegurado que había trabajos «previos» que, en ningún caso, «contravenían los mandatos de la magistrada».
También ha insistido en que la actuación de los Mossos en bloques en ningún sitio de los «binomios» habría sido más efectiva pero ha asegurado que en ninguna de las reuniones de coordinación que se hicieron entre los diferentes cuerpos se concretó el número de efectivos ni como se actuaría. «Entre otras cosas, porque había desconfianza», ha remarcado.
Tubau también le ha preguntado porque no aceptó coordinar la actuación del 1-O desde el Cecor dels Mossos. De los Cobos ha reiterado la versión que dio ayer sobre su voluntad de no contaminar la coordinación pero también ha dicho que tenían sospechas que podía ser «un regalo envenenado». En este sentido, ha dicho que los Mossos tomaron medidas encaminadas a «aparentar» pero que, en realidad, pretendían permitir el referéndum.
«Estaba la posibilidad de que nuestra presencia allí pudiera avalar la adopción de órdenes con las que no estuviéramos de acuerdo y que llevaran a la inacción», ha dicho.
De los Cobos también ha dicho que nunca trasladó al fiscal su desconfianza hacia el mayor de los Mossos porque ni él ni el resto de mandos pensaban que habría una «inacción absoluta». A pesar de eso, ha dicho que la instrucción 7 de fiscalía ya «abría la puerta» a tomar medidas en caso de que el cuerpo autonómico no actuara. «Alguna sospecha tenía el fiscal», ha afirmado.
Sobre el plan de actuación de los Mossos, el coronel ha dicho que no le trasladó al fiscal que no se le había entregado modificado porque no era su función y que él sólo trasladaba lo que se decía en las reuniones de coordinación. Sin embargo, ha admitido que «probablemente» los planes de actuación de los tres cuerpos eran «necesarios» para hacer posible la coordinación.
Fue Nieto quien ordenó la actuación policial del 1-O
El teniente coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, que coordinó el dispositivo policial del 1-O, ha asegurado este martes que fue el exsecretario de estado de Seguridad José Antonio Nieto, quien ordenó a primera hora de la mañana de aquel domingo que la Policía Nacional y la Guardia Civil se dirigieran a los colegios electorales al ver la supuesta «inacción» de los Mossos d'Esquadra. Al ver que los Mossos, según ellos, no pretendían impedir las votaciones, decidieron no esperar al requerimientos de soporte de la policía catalana e ir directamente a centros de votación previamente elegidos. Eso supuso «romper la coordinación» con los Mossos, sin embargo «conservar la comunicación» con el cuerpo, principalmente con el comisario Ferran López, a quien no consideraba «la mano derecha» de Trapero ni que le hubiera ocultado la verdadera actuación de la policía catalana.
De los Cobos ha querido afianzar la idea de que él no tenía capacidad de decisión sobre la actuación policial, y menos todavía sobre los Mossos, teniendo en cuenta los debates jurídicos que había habido sobre su figura. De hecho, ha dicho que tanto el fiscal superior José María Romero de Tejada como la magistrada Mercedes Armas y los propios Mossos estaban de acuerdo en que el teniente coronel no podía dar órdenes a los cuerpos policiales. De hecho, ha llegado a decir que la dirección del operativo era inicialmente del fiscal y después de la magistrada, cosa que después ha matizado. Incluso ha dicho que la coordinación del dispositivo no era de él en exclusiva, sino de su gabinete. «El mando es unipersonal, no se comparte ni se delega, por eso se cobra más a finales de mes», ha concluido.
En respuestas a la defensa de Josep Lluís Trapero, De los Cobos ha insistido en asegurar que la actuación de los cuerpos estatales estaba prevista en que fuera a requerimiento de los Mossos, como se había acordado con la fiscalía, aunque el auto del TSJC daba el mismo papel en los tres cuerpos policiales. No obstante, ha dicho que había «desconfianza» con la policía catalana, por la actitud del mayor Trapero y las declaraciones públicas del Gobierno.
Por eso, mantuvieron la esperanza en la actuación de los Mossos hasta el último momento. «Esperábamos que no pusieran toda la carne en la parrilla, pero no que dejaran la parrilla sin carne», ha remachado. Incluso los dos días previos, 29 y 30 de septiembre, Guardia Civil y Policía Nacional visitaron algunos colegios electorales para comprobar si se había organizado concentraciones, pero no los desalojaron para no provocar incidentes «graves» horas antes del 1-O. «La sustitución era el último recurso porque era una decisión que no tenía marcha atrás, y sólo era en caso de tener constancia del carácter generalizado de la inacción», ha argumentado.
Finalmente, el domingo 1 por la mañana, al ver que los antidisturbios de los Mossos no cerraban ninguna escuela, De los Cobos se reunió con Nieto y los jefes de la Policía y la Guardia Civil en Cataluña y llegaron a la conclusión que tenían que pasar al «plan B», a la actuación sin requerimiento de la policía catalana. La orden, sin embargo, la dio Nieto, ya que De los Cobos se ha descrito en todo momento no como un mando que podía dar órdenes, sino como un coordinador de cuerpos policiales y, como mucho, supervisor de la actuación de los cuerpos estatales. En todo caso, ha dicho que si los dos cuerpos estatales no actuaban, nadie lo haría.
«Le dimos muchas vueltas, fue una decisión difícil y teníamos dudas que si los Mossos conocían donde operábamos, llegaría a los manifestantes, como pasó», ha explicado. Por eso también decidieron dar la mínima información a los Mossos. Lo que no ha sabido explicar es por qué el entonces delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo, hizo una rueda de prensa a media mañana diciendo que los cuerpos estatales habían actuado a requerimiento de los Mossos.
Decepcionados por la actuación de los Mossos, De los Cobos acudió al mediodía del 1-O al TSJC requerido por la magistrada Mercedes Armas, a quien Trapero había pedido reunirse para quejarse de la actuación de los antidisturbios estatales. A pesar de las críticas del mayor, De los Cobos ha explicado que no vio «oportuno» criticar delante de Armas la actitud de los Mossos.
Aquella tarde, el comisario de los Mossos Ferran López envió a De los Cobos un listado con colegios cerrados. El coordinador policial le dio las gracias y le envió un «abrazo». Lo ha justificado diciendo que habían roto la coordinación, pero quisieron «conservar una línea de comunicación» con la policía catalana para no llegar a «males mayores» y para que los Mossos no fueran más allá de donde se habían posicionado. «La situación era grave y el horizonte que podía venir era peor, con la amenaza de la DUI, tensión en la calle y sensibilidad a flor de piel de una gran parte de la ciudadanía; si eso se nos iba de las manos, podía haber una confrontación civil», ha alertado.
«Mi actitud era muy quirúrgica: romper la coordinación, pero limitar los reproches procurando no contaminar el resto y salvaguardar una relación que necesariamente tenía que continuar, porque al contrario llegaríamos a dos cuerpos de seguridad enfrentados a los Mossos, cosa que parecía peor», ha explicado. «Confiábamos en que reconocieran que se habían equivocado y volvieran al lado bueno», ha añadido.
De los Cobos ha dicho que no pidió al fiscal superior ni a la magistrada del TSJC Mercedes Armas que apartaran a Trapero --tal como él anunció que habría hecho si hubiera estado al mando del dispositivo-- porque él no era «quien» para hacer una petición así. También ha dicho, a la pregunta de Tubau sobre si era posible parar el referéndum, que «nadie podía saberlo, sería un futurible».
Lol que sí que pidió a Armas, el 28 de septiembre por la tarde, después de la reunión extraordinaria de la Junta de Seguridad, es que modifícara el auto del día 27 dejando claro que se tenía que impedir el referéndum, ya que los Mossos y el Gobierno destacaban mucho el inciso que se tenía que hacer preservando la convivencia ciudadana. Armas le respondió que no cambiaría el auto, ya que esta noticia no salía en la parte dispositiva, y este inciso era decir que el agua moja. Según De los Cobos, la policía tiene que actuar con proporcionalidad, oportunidad y congruencia, pero no tiene que utilizar la fuerza sólo si se ve atacada, violentamente, sino también para hacer cumplir mandatos judiciales cómo era el caso.
El coronel dice que no guarda rencor a Trapero
La abogada de Trapero ha preguntado a De los Cobos si guardaba algún tipo de rencor o animadversión hacia el mayor de los Mossos por su actuación y por los encontronazos en fiscalía. «No, ninguno», ha respondido el coronel.
El resto de defensas, de Cèsar Puig y Pere Soler, no han formulado preguntas. La vista continuará este miércoles con el testimonio del comisario de los Mossos Ferran López, mano derecha de Trapero durante aquella época y jefe del cuerpo durante el 155.