Piden cinco años y nueve meses de prisión para siete hombres de una misma familia de Alfarràs acusados de tráfico de drogas

La fiscalía pide cinco años y nueve meses de prisión para siete miembros de una misma familia de etnia gitana, vecinos de Alfarràs (Segrià), acusados de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal. Para otra mujer de 71 años, también familiar, pide dos años y medio, los mismos que solicita para tres hombres más, de raza negra, acusados de colaborar con el clan familiar en la venta de marihuana. Las partes han intentado llegar a un pacto para rebajar las penas en el juicio de conformidad que ha tenido lugar este lunes en el penal 2 de Lérida pero el acuerdo no ha prosperado. Siete de los once acusados están en prisión provisional desde que los detuvieron, el 17 de octubre de 2018.

Se acusa a los siete detenidos en prisión de los delitos contra la salud pública, pertenencia a grupo criminal y defraudación de fluido eléctrico. Los siete y la mujer en libertad forman parte de una misma familia, de etnia gitana y tienen entre 21 y 71 años.

Además de las detenciones que se hicieron el 17 de octubre del 2018, los Mossos también registraron siete viviendas, algunos comunicados entre ellos, en la calle Nou de Alfarràs, donde vivían los detenidos, y un almacén en Lérida. En el cacheo se encontraron unos sesenta kilos de marihuana seca, valorados en casi 100.000 euros, y varias plantas de marihuana todavía verdes, además de algunas escopetas. En el dispositivo intervinieron 85 agentes de varias unidades policiales.

Esta operación fue la culminación de una investigación iniciada el mes de junio de 2018, con la detención de las personas de raza negra. Según los Mossos, la familia era quien se dedicaba al cultivo, secado y venta de la droga. Tenían pequeñas plantaciones de entre quince y veinte plantas distribuidas en varios municipios del Segrià y también oscenses, escondidas en masías y campos de maíz de campesinos que desconocían su existencia. Los detenidos se encargaban de su cuidado y su traslado a las viviendas de Alcarràs, donde vivían y donde secaban y preparaban la marihuana para la venta.

Para trasladar la droga ya preparada hasta los puntos de venta contactaban con otras personas que se la llevaban de Alfarràs, a la mayoría de ellas de raza negra, como las personas detenidas en junio. La droga se vendía principalmente en Lérida pero también en Huesca.

Los Mossos d'Esquadra comprobaron, junto con técnicos de la compañía eléctrica, que los detenido habrían manipulado los contadores de la luz para obtener energía de manera fraudulenta ya que en estos pisos se hacía el secamiento de la droga. En las casas también tenían pequeñas plantaciones de marihuana en los patios interiores.