Juicio excúpula Mossos
López dice que hubo «desatención formal» a las peticiones de Guardia Civil el 20-S
El comisario asegura, en cambio, que las que se hicieron por vía telefónica tuvieron respuesta inmediata
El comisario de los Mossos Ferran López asegura que hubo «desatención» por parte de los Mossos a las peticiones «formales» que la Guardia Civil hizo durante los registros del 20-S. El número 2 de Trapero durante aquella época ha dicho, en cambio, que las que se hicieron por vía telefónica tuvieron respuesta «inmediata». «Vistas todas las órdenes, comunicaciones y la respuesta formal: sólo puedo llegar a esta conclusión», ha dicho. El comisario ha añadido que el lenguaje de las respuestas era breve e, incluso, «un punto displicente». A preguntas del fiscal Pedro Rubira durante su declaración como testigo, sin embargo, López ha querido restar importancia a este hecho y ha insistido en que aquel día atendió varias peticiones y que todo no tuvo «ninguna importancia» en el operativo.
Como ya había explicado anteriormente a la misma Audiencia y al Supremo, López tuvo conocimiento de los cacheos del 20-S hacia las 8.15 horas cuando iba a trabajar. La comunicación informal a través del teléfono no le había llegado. Poco antes, había llegado a la sala de mando la petición formal, pero era «genérica» y sin especificar las ubicaciones. El comisario ha dicho que visualizando solo las peticiones formales de la Guardia Civil y las respuestas de la sala de Mossos se podría concluir que hubo «desatención» por parte de la policía catalana, porque las respuestas eran muy breves y tardaban una hora en efectuarse. Sin embargo, ha dicho que lo importante eran las comunicaciones no formales, que le hacían a él por teléfono, y que eran respondidas inmediatamente incluso antes de que llegaran las peticiones formales, cosa que no pasó a primera hora de aquel día.
En concreto, López y el coronel que hace de número 2 de la Guardia Civil en Cataluña hablaron cerca de 40 veces aquel día, principalmente por cuatro peticiones sobre la Consellería de Economía: entrada de los detenidos, protección de los vehículos, visualización de las cámaras de seguridad y salida de la comitiva judicial.
López ha explicado que él estaba en contacto con la intendente TeresaLaplana, pero sobre todo hablaba con el jefe de losantidisturbiospara evaluar cada situación concreta. Este le dijo que era imposible hacer llegar los vehículos policiales con los detenidos hasta la puerta, a pesar de que podrían hacer un cordón de seguridad para entrar a pie. También le dijo que no se podía acceder a los vehículos de la Guardia Civil y por eso decidieron vigilarlos con la cámara del helicóptero. El jefe de la unidad de mediación fue quién le aseguró que la salida de la letrada del juzgado de instrucción número 13 por una terraza y el TeatroColiseumera «segura, rápida y fácil», a pesar de admitir que no era la «vía natural, la que se merecía» la letrada y la que más gustaba a la policía catalana, a pesar de ser la mejor solución en aquel momento.
Sobre la interlocución con Jordi Sànchez, entonces presidente de la ANC, ha explicado que la policía catalana siempre está obligada a identificar interlocutores con «ascendencia» sobre los manifestantes para «intentar arrancarle una solución positiva».
Ya de madrugada, con la concentración desconvocada, el «perfil» de los manifestantes cambió, y quedaba «lo peor de cada casa».
López ha relatado también que el 19 de septiembre, durante el registro en la sede deUnipost, la Guardia Civil pidió apoyo a los Mossos para que la comitiva judicial entrara y saliera, y losantidisturbiostuvieron que actuar ante centenares de personas que intentaban bloquear los accesos.
El plan del 1-O fijaba una «dotación mínima»
El comisario de los Mossos Ferran López dice que el plan del 1-O quizás no incluía el concepto «binomio» pero que, en cualquier caso, fijaba una «dotación mínima» de agentes. A preguntas del fiscal, López ha asegurado que al documento podía haber «confusión» sobre si se hablaba de «binomio, pareja o dotación» pero lo ha atribuido a un «problema semántico» que quizás generó «expectativas diferentes». En este sentido, el comisario ha insistido que el plan detallaba que se enviaría una «unidad mínima» a cada uno de los 2.300 centros de votación para hacer cumplir las instrucciones de fiscalía y el TSJC. También ha dicho que contaban con 7.800 agentes –de seguridad ciudadana y orden público- y que se sobreentendía que los binomios estarían todo el día en los centros de votación. Entre otros cosas, ha dicho, porque había problemas de «movilidad» y que para llevarlos a cada centro se tuvieron que utilizar, incluso, microbuses.
López ha admitido que el plan de los Mossos del 1-O quizás no incluía el término «binomios» y que no recuerda si se hablaba de «dotación» pero ha dicho que, en cualquier caso, se fijaba una «unidad mínima» en cada centro de votación. El comisario del cuerpo lo ha dicho durante su declaración como testigo en la Audiencia Nacional y a preguntas del fiscal Pedro Rubira. López lo ha atribuido a un «problema semántico» que podía generar «interpretaciones o expectativas» diferentes pero ha dicho que, sea como fuere, el documento dejaba claro que habría agentes en cada uno de los 2.300 centros de votación y que serían dotaciones de pequeñas dimensiones.
El comisario también ha dicho que se acordó que serían agentes de seguridad ciudadana pero que no se concretó como irían vestidos. «Son agentes que van con el uniforme reglamentario no son de orden público», ha dicho. El fiscal también le ha preguntado si se detalló cuántas horas se quedarían en los centros de votación y López le ha respondido que no lo concretó pero que las órdenes judiciales fijaban que «el cumplimiento fuera durante todo el día».
En este sentido, ha dicho que se podía entender que las «parejas» se quedarían en los 2.300 puntos toda la jornada. Entre otros cosas, ha dicho, porque había problemas de «movilidad» y que para situar los agentes en cada punto de votación se tuvieron que utilizar, incluso, microbuses porque no había bastante vehículos.
El que fue número 2 deTraperoha asegurado que el plan se modificó en dos ocasiones. Que inicialmente preveía unos 7.000 agentes y que el primer cambio sirvió para incrementar la dotación con 800 más, con un total de 7.800 –de seguridad ciudadana y orden público-. La segunda modificación incluía la participación de los 6.000 agentes de Guardia Civil y Policía Nacional.
Las fases del dispositivo
López también ha detallado que el dispositivo preveía que la primera actuación fuera de los Mossos a través de los binomios en cada centro de votación. En caso de que estos agentes no pudieran actuar con las «herramientas» que tenían, se tenía que hacer comunicar al órgano de coordinación regional que es quien se encargaba de enviar refuerzos de orden público. «Si esto tampoco era suficiente, se articulaban los servicios centrales para contar con efectivos de Guardia Civil y Policía Nacional», ha dicho el comisario. López ha insistido que, a pesar de la orden de actuación pactada, el resto de cuerpos estaban «habilitados» para actuar «como lo hicieron».
El comisario de los Mossos también ha mantenido que habría sido mucho mejor que los cuerpos de seguridad del Estado hubieran estado en elCecorde los Mossos durante el 1-O y ha añadido que, de hecho, se ha hecho así desde el Consejo de Ministros del 21-D del 2018 en Barcelona. «Los pasos habrían sido más breves y más ágiles», ha dicho. Con todo, López ha reiterado que el dispositivo del 1-O no tenía precedentes.
«Nadie puede estar satisfecho»
Por otro lado, ha recordado que los agentes de seguridad ciudadana cerraron 24 centros de votación y que a través del ARROse clausuraron 110 más. «En total, 134», ha dicho. Preguntado por el fiscal sobre si le parecía suficiente el dato, ha admitido que estaba por debajo de las «expectativas». «Es evidente que el dispositivo no dio respuesta suficiente a la interlocutoria de la magistrada y creo que nadie puede estar satisfecho desde el punto de vista numérico», ha insistido.
En este sentido, pero, ha remarcado que la coordinación «se rompió» la mañana del 1-O y que, por lo tanto, en el dispositivo previsto faltaba «una pieza». También ha dicho que desconocía que había una orden de la entonces secretaría de Estado de Seguridad fijando la prioridad de actuar entre las 7 y las 10 horas.
RROy laBrimo, activadas
López también ha detallado que el 1-O todas las unidades deARROestaban activadas y que laBrimoestaba al 80%. En este sentido, ha dicho que no se le encargaron actuaciones en los centros de votación sino que consideraron que hacían falta «unidades de reserva» ante nuevos frentes. «No queríamos hipotecar la brigada móvil», ha añadido. En cambio, ha entonado un mea culpa por haber mantenido efectivos de esta unidad en el partido Barça- Las Palmas, que se jugó a puerta cerrada. «Fue un error», ha añadido.
López también ha vuelto a negar seguimientos a Guardia Civil y Policía Nacional. «Es absolutamente impensable, no tiene sentido ni ninguna finalidad», ha asegurado. En este sentido, ha asegurado que el día del referéndum no consta que ninguna comitiva político tuviera problemas para llegar a ningún punto donde actuó. «No hace falta que le diga que en Cataluña cortar carreteras ha acontecido un deporte nacional, si fuera olímpico seríamos campeones y no hubo ni uno el 1-O», ha insistido.
El «plan» para detener Puigdemont
El fiscal también le ha preguntado si conocía el supuesto plan para detener el expresidente Carles Puigdemont. López ha dicho que sí a pesar de que ha asegurado que no constaba por escrito. En primer lugar, ha detallado, por «un tema de confidencialidad» y, en segundo lugar, porque el plan lo conocía uno «numero reducido de mandos». López también ha dicho que viendo la situación que había antes del 1-O, ya preveían que les podía llegar alguna orden de detención de «cualquier responsable político».