Salud
Vall d'Hebron lidera un macroestudio europeo para investigar la relación entre el colon irritable y los trastornos mentales
Se calcula que el 10% de la población adulta sufre el síndrome del colon irritable, que puede afectar mucho a la vida diaria
Vall d'Hebron ha puesto en marcha un macroproyecto europeo para entender mejor la relación entre el síndrome del intestino irritable y los trastornos mentales como la ansiedad o la depresión, así como enfermedades somáticas como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica. Es el proyecto DISCOvERIE y participarán 19 instituciones sanitarias, universidades, centros de investigación|búsqueda y empresas de varios países. Tiene una financiación de 6 millones de euros para un periodo de cinco años (2020-2024); de estos, 1,3 MEUR corresponden a Vall d'Hebron. Se calcula que el 10% de la población sufre colon irritable, que se asocia con frecuencia con depresión, ansiedad y trastornos somáticos y puede afectar mucho a la vida diaria. Tiene una incidencia más alta entre las mujeres.
«El aparato digestivo es el segundo cerebro y queremos entender realmente qué está pasando. ¿Por qué algunas personas desarrollan un colon irritable sencillo y otros tienen asociaciones [con otras enfermedades]? Hay otros factores, como genéticos, que hacen que una persona sea más vulnerable que otra, pero todo eso se tiene que investigar en estudios a gran escala como este», ha afirmado el doctor Javier Santos, de la Unidad de Gastroenterología de Vall d'Hebron e investigador del VHIR, en la presentación del proyecto DISCOvERIE, este martes.
El estudio pretende identificar las causas de la asociación entre enfermedades del intestino y trastornos mentales o somáticos y conseguir biomarcadores más precisos para facilitar la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento de trastornos como la depresión. «Queremos generar guías clínicas para que se pueda optimizar el seguimiento de los pacientes en toda Europa. Es un objetivo ambicioso», ha hecho notar el doctor Santos, investigador principal del grupo de investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del VHIR.
Este macroproyecto se enmarca en la línea de investigación que se estudia el eje intestino-cerebro. «Es una línea de investigación importante a estas alturas que quiere demostrar que hay una relación muy íntima entre aquello que pasa en los intestinos y el funcionamiento del cerebro», ha afirmado la cabeza del Servicio de Psiquiatría e investigador principal del grupo de Psiquiatría, Salud mental y Adicciones del VHIR, el doctor Josep Antoni Ramos-Quiroga. Los doctores Santos y Ramos-Quiroga son los coordinador del estudio.
En el estudio participarán 800 pacientes de toda Europa y los investigadores harán una caracterización clínica, psicosocial y biológica de los pacientes con colon irritable afectados por trastornos mentales y comorbididades somáticas con un enfoque particular en las diferencias relacionadas con la edad, el género y el estilo de vida. Además, de estos pacientes, 500 serán series durante tres años para identificar los factores y mecanismos que puedan influir de manera determinante en la aparición de trastornos mentales y somáticos. Todo el conocimiento que se derive se trasladará en la práctica clínica y facilitará el desarrollo de enfoques más personalizados de los tratamientos médicos.
El estudio DISCOvERIE (Desarrollo, diagnóstico y prevención de enfermedades somáticas y trastornos mentales relacionados con el género en el síndrome de intestino irritable en Europa) es un proyecto público, pionero y se enmarca en el Programa de investigación europeo Horizonte 2020. Otro de los retos es crear una Red Europea de Referencia para el síndrome de intestino comòrbid (COIBSnet) que integre a proveedores de atención médica en toda Europa.
Entre el 25 y el 44% de las personas con colon irritable también presenta algún trastorno mental
El síndrome del intestino irritable, o colon irritable, es un trastorno gastrointestinal crónico que se caracteriza por dolor abdominal recurrente, diarrea o estreñimiento, exceso de gases e intolerancias alimenticias y que se observa principalmente en mujeres jóvenes y de mediana edad. En Europa, se calcula que lo sufren hasta 85 millones de personas y es dos veces más común en mujeres que en hombres. Entre el 25 y el 44% también presentan trastornos mentales, como el trastorno de ansiedad generalizada y la depresión, que son los más comunes, y entre el 14 y el 32%, comorbididades somáticas como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.
A pesar de la alta prevalencia del colon irritable, hasta ahora no se había impulsado desde las instituciones europeas un gran proyecto de investigación global como el actual. Este trastorno también tiene un fuerte impacto socioeconómico, de unos 43.000 millones de euros en Europa, según algunos estudios. «Hasta ahora enfermedades como el colon irritable se consideraban poco graves, pero la verdad es que cuando hablamos con los pacientes, vemos que su calidad de vida está muy afectada. Imaginad a una persona joven, que tiene que ir a trabajar, que tiene diarrea, que está deprimida, y que tiene otros dolores somáticos. Y eso un día y otro y otro», ha afirmado el doctor Santos, que ha añadido que muchos pacientes tienen problemas en el trabajo por este motivo.
«Repercute mucho en mi vida diaria»
Judith no recuerda los días en que no ha sentido dolor. Judith Pardo, de 41 años, tiene colon irritable. Los síntomas empezaron cuando tenía 28. «Desde hace años está repercutiendo mucho en mi vida diaria, física y mentalmente. Son unos dolores muy intensos y tengo que tomar mucha medicación. Es muy difícil encontrar la combinación de medicamentos que funcione bien. También me afecta socialmente. Yo trabajaba sin problemas desde los 19 años y acabé perdiendo el trabajo, por faltar, por las continuas visitas a los médicos o estar constantemente en el baño», explica.
Antes de que le diagnosticaran colon irritable, pasó por muchos especialistas. «Como no encontraban la solución, me acababan diciendo que era una cosa mental. Llegué con el doctor Santos en una situación bastante desesperada y ahora me cuesta mucho remontar», señala, para reflexionar sobre las dificultades del entorno en comprender este trastorno: «No es una enfermedad muy conocida o no se trata como se tendría que hacer». Judith habla de sus padres, su apoyo vital: «Me ayudan muchísimo pero se hacen mayores y eso me hace pensar mucho en el futuro que me puede esperar».