Salud
La detección de un biomarcador podría mejorar el tratamiento de niños con enfermedades neurológicas graves
Un estudio incluye a 535 niños con una edad media de seis años
Los anticuerpos contra MOG dañan la cubierta protectora que rodea las fibras nerviosas del cerebro, los nervios ópticos y la médula espinal, de manera que estos nervios no pueden transmitir los mensajes de manera efectiva, causando síntomas como pérdida de visión y alteración de la coordinación y de la sensibilidad. Muchos niños sólo experimentan un episodio provocado por los anticuerpos MOG y no tienen más síntomas.
Los investigadores realizaron un estudio prospectivo en el cual se incluyeron 535 niños (con una edad media de 6 años) con enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central y encefalitis de 40 hospitales de España. A los 116 participantes que dieron positivo por|para anticuerpos MOG se las analizaron las características clínicas y radiológicas, y se los realizó un seguimiento exhaustivo con una media de 42 meses, evaluando su respuesta al tratamiento, y si habían presentado nuevos episodios durante el seguimiento.
El 85% (99/116) de los niños que dieron positivo por|para anticuerpos MOG y recibieron inmunoterapia apropiada tuvieron una recuperación completa o casi completa, pero el 15% (17) presentaron secuelas moderadas o severas relacionadas con la enfermedad, como por ejemplo, deterioro cognitivo, epilepsia o pérdida de visión.
El estudio también demuestra que, entre los pacientes con encefalitis, los anticuerpos MOG fueron los biomarcadores más frecuentes, más comunes que todos los otros anticuerpos neuronales combinados, lo que sugiere que el test de anticuerpos MOG se tiene que plantear antecualquier niño/a con encefalitis después de descartar las causas más reconocibles.
Los hallazgos también sugieren que los niños y niñas más pequeños con síndromes asociados a anticuerpos MOG tienden a presentar características clínicas d'ADEM (que es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente al cerebro), mientras que los niños y niñas más mayores tienen más probabilidades de tener neuritis óptica (pérdida de visión, dolor en el ojo) o mielitis (pérdida de sensibilidad, debilidad en las dos piernas).
A pesar de los avances en el diagnóstico de las encefalitis, hasta la mitad de los casos no tienen una causa clara.