Astronomía
Detectan una potente señal de radio de otra galaxia que se repite cada 16 días
Los astrónomos desconocen la fuente de esta señal denominada, pero han descubierto que cada 16.35 días sigue un patrón similar
Un grupo de astrónomos de la Universidad de Cornwell, en colaboración con el Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno, han descubierto una rápida explosión de radio de otra galaxia con un ciclo constante de 16 días.
Estas ráfagas rápidas de radio (FRB, según sus siglas en inglés) son detectadas por dispositivos que captan señales del espacio exterior y se consideran un fenómeno que supone un centelleo fugaz que puede descargar una enorme cantidad de energía y que dura unos pocos milisegundos.
El complejo de todo eso es que estas señales del espacio son totalmente impredecibles, hecho que dificulta en gran manera su estudio porque no existe ningún tipo de patrón para su seguimiento.
Según explican desde Science Alert , medio donde se publicó el descubrimiento, esta señal se denomina FRB 180916.J0158 + 65 y se repite cada 16.35 días. Se detectó que las señales FRB llegaban una vez por hora durante cuatro días, para posteriormente cesar y empezar de nuevo 16.35 días después.
Fueron 409 días los que llevaron a estos astrónomos a descubrir, a través del estudio y la observación del proceso de estas señales, que el FBR 180916.J0158 + 65 es uno de los pocos permite ser rastreado hasta una galaxia. Concretamente se encuentra en una galaxia espiral a 500 millones de años luz.
Esta investigación ha resultado complicada porque la mayor parte de los FRB detectados hacen explosión una vez y nunca más se les vuelve a detectar, lo cual dificultaba el rastreo de estas ráfagas hasta la galaxia de la cual provenían.
Por descontado, el objetivo de estos astrónomos es seguir observando el FRB 180916.J0158 + 65, pero seguirán intentando averiguar si se puede detectar la periodicidad de otras ráfagas.
Sin duda, los FRB son uno de los misterios más difíciles e intrigantes para la astrofísica, ya que los astrónomos saben que aparecen por todo el cielo pero desconocen cómo es la fuente de su creación.