Salud
Haber sufrido cáncer de mama predispone a desarrollar un cáncer ginecológico
Los investigadores han sugerido que se tendría que aplicar en la praxis diaria un seguimiento más exhaustivo de estas pacientes
El tratamiento que podría evitar la quimioterapia en pacientes con cáncer de mama agresivo
Haber sufrido un cáncer de mama predispone a poder desarrollar un cáncer ginecológico, según un estudio elaborado con los registros de cáncer poblacionales de Girona y Tarragona después de analizar los datos de casi 10.000 pacientes.
El estudio, que ha contado con la colaboración del Institut Català d'Oncologia (ICO) de Girona y el Institut de Recerca Biomèdica de Girona (IDIBGI) y que publica la revista 'Clinical Journal of Obstetrics and Gynecology', muestra el riesgo de diferentes tipos de cáncer ginecológico en las mujeres que han sufrido previamente un cáncer de mama.
El estudio analizó 9.717 casos de cáncer de mama diagnosticados entre los años 1980 y 2014 en mujeres residentes en las comarcas de Girona y que fueron estudiados hasta el mes de diciembre del año 2015, con una media de seguimiento de ocho años.
El estudio consistió en identificar los cánceres ginecológicos (vulva, vagina, cuello uterino, cuerpo uterino y ovario) que algunas de estas mujeres desarrollaron después de su primer cáncer de mama.
Según el estudio, al fin del periodo de seguimiento, un total de 117 mujeres habían desarrollado un cáncer ginecológico.
De entre todos los tipos de cánceres ginecológicos, sólo se observó un aumento significativo en el riesgo de cáncer de endometrio, el tipo de cáncer de cuerpo uterino más frecuente, que se vio incrementado más del doble.
Examinado por el subtipo de cáncer de cuerpo uterino, se observó que el incremento de riesgo se concentraba en los dos subtipos de peor pronóstico: en los adenocarcinomas tipos II y en los tumores mixtos epiteliales y mesenquimáticos.
De hecho, en los adenocarcinomas tipos II el riesgo fue el doble que en la población general, y en los tumores mixtos epiteliales mesenquimáticos el riesgo fue más del triple que en la población general.
Los investigadores, que han obtenido unos resultados similares a los estudios realizados en otros países, han sugerido que se tendría que aplicar en la praxis diaria hacer un seguimiento más exhaustivo de estas pacientes para permitir un diagnóstico precoz y poder mejorar su supervivencia y calidad de vida.