Un estudio de 'Nature' concluye que el coronavirus no es un virus creado o manipulado en laboratorio
El informe apunta a la «selección natural» como uno de los escenarios que explican el avance del SARS-CoV-2
El estudio apunta que es «improbable» que el coronavirus SARS-CoV-2 surgiera a través de la manipulación de laboratorio de un coronavirus similar al SARS-CoV relacionado. Añade que si se hubiera hecho manipulación genética, probablemente se hubiera utilizado uno de los diferentes sistemas de genética inversa disponibles para los betacoronavirus. En este sentido, asegura que los datos genéticos muestran «irrefutablemente» que el SARS-CoV-2 «no se deriva de ningún esqueleto de virus usado previamente».
'Nature' presenta dos posibles escenarios sobre el origen del coronavirus: la selección natural en un huésped animal antes de la transferencia por zoonosis o bien la selección natural después de la transferencia por zoonosis. También discute si la selección durante el pasaje podría haber dado lugar al SARS-CoV-2.
Con respecto al primer escenario, establece que como muchos de los casos del covid-19 estaban vinculados al mercado de Huanan en Wuhan (China), es posible que hubiera una fuente animal presente en el lugar. Además, la similitud entre el SARS-CoV-2 con los coronavirus SARS-CoV de murciélago, hace pensar que estos animales sirvan como reservorios para el progenitor, así como los pangolins.
En el segundo escenario, el estudio apunta que es posible que un progenitor del SARS-CoV-2 saltara a los humanos, adquiriendo las características genómicas a través de la adaptación durante la transmisión no detectada de ser humano a ser humano. Una vez adquiridas estas adaptaciones permiten que la pandemia empiece y produzca un grupo de casos suficientemente grande como para activar el sistema de vigilancia que lo detectó.
Las estimaciones indican que el virus podría haber aparecido entre finales de noviembre del 2019 y principios de diciembre. Eso, supone un periodo de transmisión no reconocida en humanos entre el acontecimiento por zoonosis inicial y la adquisición del lugar de escisión polibásica.
El estudio descarta un tercer escenario en que el virus se hubiera escapado de las investigaciones que hace años que se hacen a laboratorio con coronavirus de este tipo en murciélagos.
De cara al futuro, apunta que conocer la forma en que el virus saltó los límites de las sazonas para infectar a los humanos de manera productiva «ayudará a prevenir futuros acontecimiento de zoonosis». Por ejemplo, si el SARS-CoV-2 se preadapta en otra especie animal, existe el riesgo de futuros acontecimientos de reparación. En cambio, si el proceso de adaptación se produjo en humanos, aunque haya transferencias de zoonosis repetidas, «es poco probable que se impulsen sin la misma serie de mutaciones». El estudio apunta que la identificación de los parientes virales más próximos del virus que circulan en animales serán de gran ayuda para los estudios de la función viral.
En este sentido, la disponibilidad de la secuencia de murciélago fue la que ayudó a revelar mutaciones clave y el lugar de escisión polibásica. Sin embargo, el estudio de 'Nature' afirma que aunque la evidencia permite concluir que el virus no fue manipulado a propósito, «actualmente es imposible probar o refutar las otras teorías de su origen». Finaliza apuntando que la vigilancia continúa de la neumonía en humanos y otros animales es «claramente de suma importancia».