Política
La UE es «demasiado lenta» ante el rápido avance del coronavirus, según los expertos
Defienden que se ha avanzado en coordinación, pero que se ha tardado demasiado a apretar el acelerador
Por el contrario, Maurice justifica el hecho de que la UE no haya ido «lo bastante rápida» por|para la «naturaleza de la amenaza» y porque «el virus se derrama muy rápido». ¿«Parece que las instituciones son lentas, especialmente la Comisión, pero cómo puedes decidir nada sin hacer consultas antes»?, apunta.
«És muy difícil coordinar los 27 y las diferentes autoridades europeas. Lo que vemos es un tiempo de adaptación, pero en algún momento encontraremos la acción coordinada, que ya ha empezado», añade.
La UE, ausente en los primeros días de la crisis
El primer caso de coronavirus en Europa se detectó el 24 de enero en Francia. No fue hasta el 21 de febrero que las autoridades italianas informaron que había un foco a Lombardía y el gobierno italiano ordenó el confinamiento de las zonas más afectadas, que posteriormente se extendió a todo el país.
Con cada estado aplicando sus propias medidas e Italia tomando decisiones en solitario ante el aumento de los contagios, la Comisión se limitaba a pedir «coordinación» y «proporcionalidad» ante las primeras restricciones fronteras en el espacio Schengen.
No fue hasta la primera semana de marzo, cuando|cuándo el riesgo por el covid-19 había pasado ya de moderado a alto, que la Comisión recomendó aislar a las personas que habían estado en las zonas afectadas y anunció una inversión de 35.000 millones de euros para encontrar una vacuna.
Un mes y medio después de que se detectara el primer caso de coronavirus en Europa, los líderes de la UE se reunieron por primera vez a través de videoconferencia para abordar la expansión del virus en un contexto en que cada vez más estados imponían restricciones en las entradas desde Italia.
Desde principios de marzo la Comisión ha admitido que el coronavirus tendrá consecuencias negativas para la economía y el 12 de marzo todos los ojos volvían a estar puestos en el Banco Central Europeo (BCE) ante una crisis que puede dejar la economía europea en recesión.
Con las bolsas abriendo ya con caídas, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, anunció nuevos estímulos monetarias que no fueron suficientes para tranquilizar las bolsas, que vivieron una jornada negra. Horas antes, los Estados Unidos habían vetado los viajes desde Europa.
A partir de la segunda semana de marzo, ya con Europa como a epicentro de la pandemia, la UE dio un paso más allá para frenar el coronavirus. Varios estados cerraron negocios y escuelas y cada vez eran más los que también optaban por cerrar las fronteras internas.
El 17 de marzo los líderes de la UE aprobaron cerrar, por primera vez, la frontera externa en un encuentro en qué no se decidió nada más. Mientras tanto, los ministros de Economía de la Eurozona no acordaban ninguna nueva medida para hacer frente al impacto económico del coronavirus.
Pocos días después, el BCE volvió a intervenir por sorpresa para enmendar el error de la semana anterior. Esta vez, el programa de compra de deuda por valor de 750.000 millones de euros sí gustó a las bolsas.
En una decisión sin precedentes, este viernes la Comisión Europea proponía flexibilizar al máximo las normas presupuestarias para permitir a los estados que gasten todo lo que necesiten contra el coronavirus. Los 27 todavía tienen que dar el visto bueno a la propuesta.
«Nada demasiado concreto»
Para el subdirector del Centro para la Reforma Europea, los mensajes que llegan desde la UE no están siendo demasiado contundentes. «De momento, los comentarios del Eurogrupo y de la Comisión no han expresado nada demasiado concreto», reivindica.
«En tiempo de emergencia queremos que las cosas se hagan rápidas», señala Maurice, que cree que el cierre de fronteras es un «reflejo» ante la expansión del virus.
Según el director de la oficina de Bruselas de la Fundación Robert Schuman, lo que es importante es ver si la tendencia a la «unilateralidad» entre los estados continúa en los próximos días. «Lo que podría ser serio es si eso continúa», subraya Maurice.
La Comisión, sin competencias en sanidad
Además, el director de la oficina de Bruselas de la Fundación Robert Schuman subraya que la UE no tiene competencias en sanidad. «La Comisión Europea sólo puede pedir coordinación a los estados y ayudar en este proceso, pero «no está en la posición para decidir qué hacer», argumenta.
En un ámbito en el cual no tiene competencias, el subdirector del Centro para la Reforma Europea sí que ve necesario que la Comisión garantice que hay material sanitario disponible por toda la UE.
»Es muy importante que haya una respuesta coordinada para asegurar que todos los estados tienen el necesario», subraya.
Dentro de la UE, en lo que sí ha habido un consenso mayoritario es a la hora de optar por la contención contra el covid-19. Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y las opiniones de un grupo de experto, la guía de actuación de la Comisión Europea apuesta por este principio.
Los Países Bajos, sin embargo, han optado por otra estrategia: la inmunidad colectiva. Basándose en la opinión también de expertos, el primer ministro, Mark Rutte, se ha desmarcado de la estrategia contra el covid-19 de la UE al considerar que como|cuanto más personas desarrollen anticuerpos contra el virus, menos posibilidad hay que llegue a las personas más vulnerables.
El papel clave del BCE
La institución que sí tiene que tener un rol clave, según Springford, para limitar el impacto económico de la crisis es el BCE. «Tiene que asegurar que los gobiernos tienen la capacidad de impulsar medidas fiscales sin meterse en problemas», defiende a pesar de remarcar que tienen que ser los estados los que tomen las grandes decisiones contra el impacto de la pandemia.
Para|Por Springford, hace falta utilizar el Mecanismo de Estabilidad Europeo y establecer una línea de crédito de emergencia. «Hacen falta préstamos de emergencia para empresas para que sigan a flotación, ayudas para los hogares y para las personas enfermas o en paro,» afirma.
«El riesgo es una crisis como la del 2008», advierte Springford, que avisa a las autoridades europeas de que hace falta una «comunicación y acción clara». «El BCE tiene que decir que están preparados para impulsar todas las medidas para asegurar que ningún estado se vuelva insostenible», dice en referencia a las palabras en que Lagarde ponía en duda su compromiso para reducir las primas de riesgo de los estados más afectados por|para el covid-19.
La primera gran crisis de los actuales líderes de las instituciones de la UE
Junto con la crisis en la frontera entre Grecia y Turquía, la del coronavirus es la primera gran crisis a la cual tienen que hacer frente los actuales presidentes de las instituciones europeas. Las dos crisis han llegado prácticamente de manera simultánea y con los nuevos presidentes de las instituciones con pocos meses al cargo.
Con todo, Maurice no cree que la novedad sea determinante para valorar las acciones de la UE. El trabajo la hace toda la administración, que está acostumbrada y sabe qué hacer, y las autoridades de los estados miembros. Se explica más por|para la magnitud y la novedad de la crisis que no por|para el hecho que la Comisión haya sido sólo tres meses», considera.
Además de la crisis sanitaria, la pandemia del coronavirus amenaza con llevar|traer una recesión económica. Según Springford, «ahora hay una potencial crisis» delante de la cual hay que estar preparado «para el peor desenlace posible».