La pandemia de covid-19 vierte a los autónomos a un futuro incierto marcado por la caída de ingresos y los ERTO
Los trabajadores afectados por la parálisis económica piden una gestión ágil del plan de choque para evitar una crisis peor
Algunas de las críticas de los autónomos que trabajan para proyectos o a través de una sociedad es que les es muy difícil pedir la prestación extraordinaria, ya que o bien tienen unos ingresos muy diferentes mes a mes y no pueden acreditar la pérdida del 75% de la facturación basándose en el mes anterior o bien no llevan la contabilidad como una persona física, explica el abogado Carles Portillo.
Otra de las quejas habituales es que algunas ayudas se anuncian sin detallar cómo pedirlas. Es el caso, según la presidenta de la Confederación de Trabajadores Autónomos de Cataluña (CTAC), Sandra Zapatero, del subsidio de hasta 2.000 euros para unos 4.500 autónomos que anunció la Generalitat sin indicar cuáles son los requisitos para solicitarlo.
Durante toda la semana, los teléfonos de las consultorías han hervido atendiendo llamadas de trabajadores angustiados. Uno de ellos es Àlex Homs, técnico audiovisual especializado en montaje de acontecimientos que no ha podido trabajar con normalidad prácticamente desde la suspensión del Mobile World Congress (MWC). «A partir del Mobile ha sido una debacle, todo lo que teníamos previsto ha ido cayendo y de manera muy precipitada. Al final te encuentras con una mano delante y una detrás», dice. En una conversación con el ACN, explica que no sabe si pedir la prestación por cese de actividad aunque «sufre» para poder pagar la cuota de autónomos si no ingresa nada. «Puedo aguantar dos o tres meses más pero no quiero llegar al límite», explica.
También ha pedido asesoramiento Ester Querol, que tiene una pequeña empresa de guías turísticos con seis trabajadores. Esta semana ha presentado un Expediente de Regulación Temporal del Ocupación (ERTO) porque no podía mantener la plantilla por culpa de una marcada caída de ingresos. «La primera bajada fue con el Mobile y después hemos sufrido cancelaciones muy fuertes», explica al ACN. La empresa facturó medio millón de euros el año pasado.
Preguntada sobre si se ve opción decerrar, afirma que con las líneas de crédito abiertas que tiene «es muy complicado» cesar completamente la actividad y prefiere poder empezar a trabajar «cuanto antes mejor» cuando pase la tormenta del covid-19.
Para ella, la «mejor medida» que se ha tomado hasta ahora para ayudar a los autónomos societarios es la exoneración de las cuotas patronales de la seguridad social si aplican un ERTO para las empresas de menos de 50 trabajadores. Con todo, tendrá que asumir pérdidas para pagar el alquiler del local de la empresa.
En la misma línea, Jaume Ramírez, fundador de las empresas Inserty i Inadhoc con 70 trabajadores entre las dos en Montcada i Reixac asegura que los costes más preocupantes que tiene sobre la mesa son los laborales, ya que las compañías están prácticamente paradas.
Las empresas se dedican a las telecomunicaciones y al diseño de oficinas y durante las últimas semanas han visto cómo les limitaban el acceso a las sedes de los clientes y han tenido que parar las instalaciones y obras. Sólo sigue trabajando el personal que hace servicios de mantenimiento. «Podemos sobrevivir manteniendo los costes fijos pero el tema es ver durante cuánto de tiempo», explica Ramírez. «La situación que estamos viviendo no entra en ninguno de los escenarios pesimistas que habíamos planteado, está fuera del alcance de las previsiones», añade.
Ante esta situación «de angustia y nerviosismo» general, Mònica Herrera de la asesoría Spondeo dice que pedir la ayuda enseguida «puede ser contraproducente» y recomienda esperar. A modo de ejemplo, ha explicado que hay autónomos que se dieron de baja durante la semana anterior, ya que sus ingresos habían bajado mucho y ahora se encuentran con dificultades para pedir el subsidio extraordinario que ha anunciado el gobierno español, que requiere estar dado de alta al RETA.
Otro motivo para esperar es que la acreditación de caída de ingresos se tiene que hacer durante el mes anterior. «Si pides la ayuda a marzo la base para calcularlo es en febrero y lo tienes que comparar con los seis meses anteriores», apunta la consultora, que recomienda a sus clientes que no soliciten la ayuda hasta abril y pasen los diez días que les quedan «como puedan».
También hay mucho dudas sobre si se tiene que liquidar los impuestos del primer trimestre y pagar las cuotas de la Seguridad Social. Herrera recuerda que sí, que se tienen que pagar aunque los impuestos se pueden aplazar durante seis meses si no pueden asumirlos.
«La sensación que traslada a todo el mundo es de incertidumbre y lo que les decimos es que se lo tomen como una situación temporal, que piensen en lo que harán ahora y después ya verán cómo superan lo que venga una vez levantado el estado de alarma», afirma.