Sociedad
Illa admite que habrá que sustituir una partida 659.000 tests rápidos defectuosos comprados en China
El caso, según el ministro, «no afectará» a la lucha contra la expansión de la pandemia
Al día siguiente que se diera a conocer el caso, Illa ha explicado que el ejecutivo español compró a uno de sus proveedores habituales –de lo que el ejecutivo no da el nombre- 659.000 unidades, y «las primeras 9.000 unidades no han pasado los filtros de calidad del Sistema Nacional de Salud», aunque el producto tenía «todas las garantías y el certificado necesario para operar en la UE». Las pruebas determinaron que no tenía el nivel de fiabilidad requerido y por este motivo, según Illa, se retiró.
Esta remesa se compró –a través del proveedor- a la empresa Bioeasy, que según advirtió a la embajada de China este jueves no tenía licencia médica para poder operar en este país ni consta tampoco a la lista de distribuidores recomendados por el gobierno chino. Los tests sólo tenían un umbral de detección del 30%, de manera que no eran fiables a la hora de diagnosticar si los pacientes tenían o no coronavirus. En todo caso, esta remesa de 659.000 tests no forman parte del paquete de 432 MEUR anunciado el jueves por el gobierno español.
De estos 659.000, según el ministro Isla, recientemente habían llegado al Estado 50.000 que ya no se acabarán de distribuir y que juntamente en el resto de la remesa de 659.000 tendrán que ser sustituidas. En todo caso, Illa ha recordado que el Estado «no perderá ninguna oportunidad de adquirir material» pero al mismo tiempo será «exigente» con las comprobaciones de la calidad del material.