Economía
La crisis del covid-19 provocará un aumento del paro «como no se ha visto nunca antes», según los economistas
El Estado puede absorber el choque con más deuda pero se puede ver obligado a subir los impuestos o a recortar las pensiones
Los primeros estudios sobre los cálculos del impacto de la crisis sobre la economía apuntan a una caída del PIB de 8.000 millones cada mes que dure el confinamiento en Cataluña. Según Oriol Amat, vicedecano del Colegio de Economistas de Cataluña y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra la pérdida de producción estatal puede rondar los 40.000 millones en el mes.
Suponiendo que el confinamiento pueda durar dos meses, Amado cree que el Estado tiene que abonar esta cantidad y hacerlo, en parte, a fondo perdido. «No hay demasiada diferencia entre tener la deuda actual o añadir 80.000 millones. (España) seguirá siendo un estado muy endeudado pero creo que no hay opción», asegura, antes de añadir que «si no se para la vez en pocos meses nos encontraremos con un paro del 25% y al Estado todavía le será más caro». Ahora mismo la tasa de paro estatal se sitúa al 14%.
El experto en Seguridad Social y abogado laboralista del Colectivo Ronda, Miguel Arenas, apunta que el sistema ya gestiona 10 millones de pensionistas y es un «aparato bastante importante que funciona» y que «está perfectamente preparado» para afrontar la crisis durante dos o tres meses, un periodo en el cual se prevén aumentos del paro «nunca vistos». Y es que según las previsiones del Departamento de Trabajo, en los próximos meses se puede llegar a superar el pico de cerca de 950.000 parados del 2013.
A pesar de mirar con «preocupación» los datos absolutos, el secretario general de Trabajo del Gobierno, Josep Ginesta, apunta que hay que tener en cuenta que muchos de los trabajadores «volverán en el mercado rápidamente» una vez levantadas las restricciones. El Ministerio de Trabajo ha prometido que todos los afectados por los ERTO cobrarán el paro cuando toca y ha prohibido los despidos relacionados con el covid-19. Aunque algunas patronales han pedido una moratoria de impuestos, el Estado no ha accedido e incluso la CEOE se ha mostrado contraria argumentando que las arcas del estado se tienen que nutrir.
Teniendo en cuenta que la deuda del Estado roza el 100% del PIB, el catedrático de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Sergi Jiménez considera que cualquier aumento a corto plazo tendrá consecuencias a medio plazo en la capacidad de invertir y de hacer gastos en otras partidas como la educación y la sanidad.
El estudioso asegura que a consecuencia de esta crisis «las pensiones podrían quedar indirectamente muy tocadas o se tendrían que introducir nuevos impuestos». «Nos tenemos que concienciar de que será difícil sostener las pensiones si no crecen las fuentes impositivas de manera muy fuerte y más todavía si queremos dedicar una parte sustancial del gasto a educación y sanidad de calidad», afirma.
El economista apunta que el Estado puede garantizar estos pagos extraordinarios a corto plazo, mientras que a medio plazo puede tener problemas muy importantes. Una prolongación de estos costes a largo plazo, situaría España «cerca de la quiebra|bancarrota». Jiménez no descarta que se pueda entrar en una crisis a medio plazo «mucho más profunda» que la primera sacudida de la crisis financiera entre el 2008 y el 2010.
De la misma manera, el secretario de Trabajo del Gobierno, Josep Ginesta, considera que los gastos extraordinarios a los cuales tendrá que hacer frente el Estado obligarán a hacer «un reajuste impositivo para poder hacer frente», ya que será muy difícil absorber el choque «sólo con endeudamiento». La capacidad de actuación de la Seguridad Social «es baja» con un déficit de 17.000 millones, que se añadirá al coste de las medidas transitorias, añade.
El Estado español afronta esta crisis con menos músculo para tomar medidas drásticas que otros países europeos como Alemania porque está más endeudado, apunta a Jiménez. Este hecho que genera tensiones entre los 27 a la hora de pactar una política económica conjunta para hacer frente al covid-19, que los estados del sur consideran que tendría que pasar por una mutualización de la deuda y una emisión de eurobonos. Todo para salir de una crisis cuya magnitud «se ve muy severa pero todavía está para|por ver», concluye el catedrático.