Sanidad
Tres empresas catalanas desarrollan respiradores de emergencia con el apoyo científico del Clínic, Can Ruti y la UB
Las tres propuestas están en fase de simulación y experimentación
Los proyectos son fruto también de las donaciones recibidas por parte de particulares, empresas y entidades de la sociedad civil. Cuentan con el impulso del Servei Català de la Salut, que está propiciando la incorporación de empresas y da apoyo a los centros para encontrar este tipo de soluciones. Aquellos proyectos que sean aprobados, se extenderán al conjunto del sistema tan pronto como sea posible y atendiendo a criterios técnicos y de capacidad productiva.
Los tres diseños tienen como objetivo ayudar a la ventilación en situación de ausencia de respiraderos convencionales en aquellos pacientes con problemas respiratorios severos, como los provocados por el coronavirus. Los dispositivos permiten controlar la frecuencia respiratoria y otros parámetros de forma constante y objetiva y proporcionan al paciente el apoyo vital que de otra manera no tendría. Sólo se contemplan para su uso transitorio en situación de emergencia y de ausencia de un ventilador convencional disponible.
Los tres prototipos ya están pasando las pruebas de validación con simuladores, realizadas en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB, en el CampuClínic, bajo la supervisión del doctor Josep M. Nicolás, especialista en medicina intensiva del Clínicy profesor de la UB, el doctor Ramón Farré, catedrático de Fisiología de la UB y jefa del grupo Biofísica respiratoria y bioingeniería del IDIBAPS, y el doctor Manel Puig, del Instituto de Investigación y Hospital Germans Trias i Pujol. Los modelos ahora se encuentran en fase de validación en animales, pruebas que se realizan en el Centro de Medicina Comparativa y Bioimagen (CMCiB) del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), y se harán durante los próximos días pruebas controladas con pacientes, bajo las autorizaciones pertinentes de los comités éticos correspondientes.
Una vez los prototipos hayan pasado todas las validaciones, tendrán que ser aprobados por la Agencia Española del Medicamento, momento en el que se podrán empezar a producir y distribuir a todo el Estado.