Sociedad
Médicos Sin Fronteres avisa de que después de la covid-19 hará falta un «plan de contingencia» para nuevas emergencias
El coordinador de la intervención en Barcelona destaca que los pabellones tienen que ser «polivalentes»
A las personas que están dentro del sistema de salud, comenta, de alguna forma los ha «superado» la epidemia. Por eso MSF ha contribuido en conversaciones con la Generalitat o el Ayuntamiento de Barcelona, para ayudar a «priorizar» que había que hacer.
Por eso, una de las primeras ideas en las conversaciones que MSF tuvo con las autoridades sanitarias fue un plan de descongestión hospitalaria, y de aquí nació la idea de utilizar pabellones para trasladar pacientes a menos críticos y que los hospitales pudieran centrarse en casos más graves.
«No lo hemos hecho antes en España, lo hemos hecho en ocasiones en países en el África o el Asia, pero ahora es el momento de habilitar espacios como pabellones deportivos, hoteles y medicalizarlos en la medida del posible para que reciban pacientes», asegura.
Pabellones
Papachrysostomou destaca que la idea de los pabellones que se están montando en ciudades como Barcelona es que puedan servir como «soluciones múltiples, polivalentes». Así, cree que podrían aumentar en la medida en que sea necesario con pacientes que venden de los hospitales para descongestionarlos.
También, sin embargo, apunta la idea que «ahora que hay indicios que la curva de contagios es menos aguda» los hospitales mantengan los pabellones como extensión y los utilicen para atender pacientes covid-19. De esta manera se podrían utilizar espacios ahora paralizados en el hospital por la emergencia y quedarían liberados por otros servicios, ocupados ahora por casos covid-19.
De hecho, el Servei Cataláà de la Salut ya tiene previsto seguir utilizando los pabellones para pacientes con covid-19 para que los hospitales recuperen la actividad habitual. Otra idea que apuntan desde MSF es usar los polideportivos para acoger a más pacientes geriátricos.
«La idea no es llenar los pabellones inmediatamente, son una alternativa por si hay un rebrote o una segunda oleada o la emergencia evoluciona de una forma inesperada», señala el coordinador en Barcelona.
Espacios mayores, «el último recurso»
Papachrysostomou explica que en primer lugar se aumentaron las capacidades «intramuros» dentro de los hospitales y después se buscaron espacios extrahospitalarios. «Si esta capacidad no llega empezamos a pensar en espacios mucho mayores que podrían ser el último recurso, como la Feria», comenta sobre el hospital de campaña.
De hecho, afirma que la idea es tener el espacio habilidad para que pueda aumentar la capacidad «de forma relativamente rápida» para responder a una evolución «masiva o inesperada» de la emergencia.
«Sean escuelas industriales, ferias...se tendría que tener de cara el futuro, igual que tener el stock preparado y no empezar de cero», observación, lamentando que ha faltado tenerlo todo más preparado, como la posibilidad de aumentar camas o respiraderos.
Diseño de circuitos
De acuerdo con Papachrysostomou, el «conocimiento» de MSF ha servido también para «diseñar circuitos de pacientes y de personal» en los pabellones o en centros sanitarios. Desde marcar una ruta específica para dónde entrar, como salir de la zona «contaminada» para que los profesionales descansen, o como sacar los residuos y los cadáveres de los pacientes que mueren.
«Eso también se aplica a un hospital o a uno sociosanitario», dice. Según él, el riesgo de contagio entre personal y pacientes es «alto» y separar áreas y evitar «cruces» entre zonas limpias y contaminadas por el virus son problemas «complejos».
Con todo, la entidad ha podido aportar las consideraciones para habilitar centros de tratamiento ya que tienen la experiencia ante un brote de cólera, por ejemplo.
Todavía sobre los circuitos, este miembro de MSF señala que en el caso de los pabellones se ha aconsejado reservar un espacio para pacientes paliativos para que un familiar por familia pueda entrar rápidamente, despedirse y salir.
«Quizás en espacios grandes mejor segregados podríamos pensar en un circuito de despido, se tiene que trabajar», añade.
Residencias
Esta separación de circuitos es «mucho más difícil» en una residencia. Por eso, señala Papachrysostomou, si no se puede garantizar «se tiene que tener un sistema de referencia para trasladar pacientes en otros espacios».
La idea de las residencias, afirma, es ahora «asesorarlas todas sin excepción», ver qué relación hay entre casos positivos y negativos de covid-19 y analizar en qué residencias se puede segregar en zonas y garantizar la atención médica para que se puedan recuperar. En caso de defunción también hay que asegurar poder sacarlos de forma «higiénica» y sin que haya riesgo de infección a los otros residentes.
En todo caso, defiende el «derecho» de estos abuelos y abuelas a ser trasladados, si hace falta, «a un hospital, un pabellón o donde sea».«Eso es lo que creemos que no se ha hecho a tiempo e intentamos influir para que puedan ser atendidos y si una persona no puede que tenga derecho a un despido familiar y una muerte digna», concluye.
Desconfinamiento
Por último, Papachrysostomou pronostica que hará falta mantener el confinamiento «a varios niveles» y hacer el desconfinamiento «progresivamente» hasta que todo se normalice. La tregua, sin embargo, no existe y ya piensa en qué una vez el nivel de tensión se rebaje y «todo pase» se tendría que empezar a pensar como montar un sistema de contingencia para futuras crisis.