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Religión

Las comunidades islámicas afrontan un ramadán atípico desde casa y con rupturas del ayuno virtuales

Las mezquitas harán llegar alimentos a las personas más necesitadas que no podrán participar de las comidas comunes

El comunicador Mohamed El Amrani, el 21 de mayo del 2019

Las comunidades islámicas afrontan un ramadán atípico desde casa y con rupturas del ayuno virtualesACN

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La crisis del coronavirus también modificará la forma de celebrar el ramadán, que empieza el próximo viernes y que el confinamiento obligará a hacer desde casa y sin las tradicionales rupturas del ayuno comunitarias y oraciones en grupo. El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña, Mohamed El Ghaidouni, explica al ACN que aunque se pueda producir un desconfinamiento parcial durante el mes es mantiene un «riesgo alto» de contagio y por eso el mensaje es vivir el ramadán desde casa. El colectivo joven además hace un llamamiento a trasladarlo a las redes sociales y en esta línea la Asociación Azahara de Salt prepara una ruptura del ayuno virtual. Por otra parte, las comunidades trabajan para hacer llegar alimentos a los más vulnerables.
El ramadán es el mes de ayuno de los fieles del Islam y dura entre 29 y 30 días, según el calendario lunar. Se celebra durante el noveno mes del calendario islámico, que se basa en la Luna y retrocede cada año entre 11 y 14 días. Es uno de los cinco pilares básicos de la fe musulmana, junto con la profesión de fe, la plegaria, la limosna y el peregrinaje a la Meca, y consiste en la abstinencia total de bebida, comida y relaciones sexuales entre el amanecer y la puesta de sol.

La ruptura de este ayuno por la noche se ha caracterizado tradicionalmente por iftars (comida con que se rompe el ayuno por la noche) y oraciones colectivas en grandes espacios. Este año pero eso no será posible y los fieles tendrán que hacerlo desde casa suya. El Ghaidouni recuerda que ya hace más de un mes que los lugares de culto han suspendido todas las actividades masivas dirigidas a los fieles y ahora se seguirán las mismas medidas: «Celebraremos el ramadán con la lectura del Corán y con las predicaciones correspondientes pero nos toca hacerlo a nuestras casas y con nuestras familias».

El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas destaca pero que hay mucha gente que no vive en familia en Cataluña y que durante el mes del ayuno participan de las comidas que se celebran en las mezquitas. Añade que el ramadán es también una época d'»unió, donde los musulmanes prestan ayuda a familias desamparadas o que viven solas». Para mantener esta vertiente social, las comunidades de las diferentes mezquitas de toda Cataluña están trabajando para detectar las personas o familias con necesidades y llevarles alos domicilios ayuda que recogen de donaciones. «El objetivo es que todos podemos celebrar y no nos falte de nada, aunque de una manera diferente», apunta.

Encuentros en las redes sociales

Los jóvenes pero quieren dar un paso más allá y están organizado actividades en las redes sociales. Este es el caso de la Asociación Azahara, con sede en Salt, y que tiene previsto celebrar una ruptura del ayuno en una plataforma digital que permita la conexión virtual de los miembros de la comunidad, así como de otros que se quieran acercar a esta práctica. El presidente de la Asociación, Mohammed El Amrani, explica en el ACN que este será un ramadán «diferente» pero también ve la oportunidad de llegar a más gente gracias al uso de las nuevas tecnologías.

Así, se ha mostrado convencido de que se empezarán a hacer rupturas del ayuno virtuales y que la comunidad joven también impulsará acciones reflexivas a través de Internet, por ejemplo con conferencias web sobre las cuales está el ramadán, qué se come, como se celebrar y que también permitan responder preguntas a los no practicantes. «Las nuevas tecnologías jugarán un papel fundamental», reflexiona, ya que asegura que el confinamiento ha potenciado que la gente se abra más a la oferta en las redes y hay muchas entidades dispuestas a hacer cosas.

Distingue pero en el uso que harán las personas mayores, que cree que se asomarán a los sistemas de mensajería para conectar con la familia, y los jóvenes, con una tarea más «reflexiva». De hecho, explica que «están surgiendo nuevas figuras» jóvenes que crean sus propios canales a las redes para conectar con otros jóvenes y explicar cómo viven la práctica religiosa.

El Amrani cree también que «sería interesante» que un golpe pasado el ramadán se puedan extraer conclusiones sobre cómo se ha vivido este mes en confinamiento y qué papel han jugado las nuevas tecnologías con el fin de poder, siempre y cuando las medidas sanitarias lo permitan, continuar esta reflexión en persona.

El presidente de la Asociación Azahara reconoce pero que este será un ramadán atípico y con el «reto» de vivirlo «100% desde casa». «Entender el ramadán sin el carácter comunitario será difícil», afirma. Considera pero que será también una oportunidad para profundizar todavía más en el carácter reflexivo y la «introspección» de la práctica religiosa.

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