Fomentar y mantener el hábito de la lectura ayuda a conservar la actividad y las funciones cognitivas de las personas con Alzheimer. Así lo indican los expertos de Fundación ACE, que en el marco de la celebración de la Diada de Sant Jordi, aconsejan promover la lectura entre las personas con demencia como herramienta para trabajar el lenguaje y la memoria. Aunque la habilidad lectora es uno de los procesos que las personas pierden más tarde, es habitual que, progresivamente, abandonen esta práctica por el esfuerzo que les supone seguir el hilo del relato y mantener la atención en aquello que están leyendo. Es por eso que se aconseja a familiares y cuidadores que faciliten esta actividad y los acompañen en la lectura.
Desde hace más de 25 años, los profesionales de la fundación llevan a cabo un Programa de Psicoestimulación Integral (PPI), a través del cual los usuarios asisten a talleres y actividades en grupo para activar y trabajar sus capacidades físicas, intelectuales y sociales. La lectura, el ejercicio físico, la música o el arte son algunos de los elementos que desde la Unidad de Atención Diurna se utilizan como herramientas para la estimulación de sus capacidades y también de sus recuerdos.
En todas las fases es aconsejable la lectura en voz alta, ya que ayuda a fijar la atención en la actividad, vocalizar y tener un buen ritmo, no demasiado rápido.
En fase leve, la persona puede leer relatos cortos o con pocos personajes y tramas poco envueltas, cuentos o noticias en la prensa. Cuando están en una etapa moderada es aconsejable recurrir a textos como la poesía, las fábulas o historias cortas que tengan pocos personajes. Para la fase más avanzada se tendría que optar por la lectura de palabras o frases, escritas con claridad. Las personas que se encuentran en esta fase acostumbran a reaccionar positivamente a refranes, dichos populares y a la lectura de textos que tengan un significado para ellos y que los trasladen a una vivencia propia.