Experts no descartan el confinamiento total de grupos durante largo tiempo
Han planteado además que los hospitales tienen que estar preparados para disponer del doble de camas de UCI
Los expertos que asesoran al Gobierno en la pandemia no descartan el confinamiento «total o parcial» de grandes grupos de población durante largos periodos con la finalidad de poder eliminar el virus o dar margen al desarrollo de una vacuna que podría tardar más de doce meses en estar disponible.
Han planteado además que los hospitales tienen que estar preparados para disponer, en caso de necesidad, del doble de camas de UCI que tenían antes de la crisis causada por el coronavirus, e identificar espacios que permitan un incremento «de hasta el triple» de esta capacidad.
Así consta en las «Recomendaciones sanitarias para la estrategia de Transición» que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha remitido hoy al presidente del Gobierno.
Este documento incide en que la reducción máxima del número de casos de COVID-19 exigiría «fuertes medidas de distanciamiento social», que pueden incluir este confinamiento de grandes grupos durante un largo tiempo.
Las recomendaciones que este Centro ha trasladado al Ejecutivo para tratar de asegurar una gestión «eficaz y segura» de la epidemia se centra en cuatro áreas: la asistencia sanitaria; la vigilancia epidemiológica; la identificación y contención precoz de las fuentes de contagio; y las medidas de protección colectiva.
El objetivo de las estrategias que se tienen que adoptar ahora es, según el Comité de Coordinación que dirige el doctor Fernando Simón, reducir el número de casos hasta un nivel asumible por el sistema sanitario evitando el riesgo que desborde o vuelva a sufrir el estrés en el cual ha sido sometido durante la primera ola epidémica.
Pretenden además estas recomendaciones garantizar la asistencia a todos los pacientes -a los de COVID-19 y al resto-, y asegurar la protección de los colectivos más vulnerables «minimizando el coste humano, social y económico durante la gestión de la epidemia».
Los expertos creen que estos objetivos se pueden conseguir «con un proceso ordenado de transición» de la situación actual, con medidas extremas de distanciamiento social, cabe a una «nueva normalidad» que asegure la reducción de riesgos.
En el informe que han trasladado al Gobierno, los expertos constatan que no se puede predecir con seguridad cuál será la evolución de la epidemia en España durante el próximo año, a causa de la incertidumbre sobre la proporción de población que está infectada, a la duración de la inmunidad, la posible transmisión estacional del virus y la forma en que evolucionará la pandemia en el resto del mundo.
Advierten por eso que este documento será «dinámico» y susceptible de ser modificado según avance el conocimiento sobre el virus, los resultados que se desprendan del estudio de seroprevalencia o la aparición de terapias efectivas contra la enfermedad.
Las recomendaciones de los expertos apuestan por una asistencia sanitaria «reforzada» para evitar que el sistema sanitario devuelva a una situación similar a la que ha tenido en las últimas semanas y para poder reanudar la asistencia habitual de pacientes con patologías diferentes a la COVID-19.
En los hospitales, inciden en la importancia de prevenir infecciones y para eso insisten en la necesidad en disponer de suficientes «equipos de protección individual», mantener los circuitos diferentes para pacientes COVID y los que no lo son, y reforzar las consultas de atención al personal sanitario para tamizado, diagnóstico, seguimiento y atención psicológica.
En atención primaria, los expertos recomiendan cetros específicos de pacientes sospechosos, circuitos separados para la atención presencial de personas con síntomas sospechosos y reforzar la atención domiciliaria.
Los expertos han constatado en el documento la importancia de la vigilancia epidemiológica y la necesidad de identificar y contener cualquier fuente nueva de contagio, y para eso abogan por el diagnóstico de las personas sintomáticas con pruebas «PCR» u otras que sean consideradas adecuadas y por el aislamiento precoz.
Para eso, el Centro de Coordinación señala que si es necesario se tendrá que habilitar capacidad hotelera u otras instalaciones para proceder a este aislamiento «supervisado» de casos leves cuando no pueda hacerse efectivo en el domicilio.
El documento señala qué conforme se vayan adelantado en estos objetivos se podrán ir tomando decisiones que permitan un progresivo aumento de la movilidad y de la actividad laboral.
Estas decisiones se tendrán que basar, según los expertos, en la evolución de los indicadores específicos que se adopten en los foros técnicos del Consejo Interterritorial, y en la identificación de las áreas geográficas «con capacidades de preparación adecuadas» y con situaciones epidemiológicas y de riesgo adecuadas.