Mamparas, menos público o control de temperatura: el ocio prepara el retorno
Las asociaciones y federaciones trabajan en protocolos con medidas para poder reabrir
Con el anuncio de una inminente desescalada en las medidas de confinamiento, muchos hace semanas que trabajan en medidas y protocolos para poder volver a poner en marcha sus negocios. Las ofertas de empresas proponiendo medidas son muchas y los empresarios estudian qué pueden hacer para garantizar la seguridad de trabajadores y clientes. Es el caso del ocio nocturno. El presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos (España de Noche) y portavoz del Gremio de Empresarios de Discotecas de Barcelona y Provincia, Ramon Mas, dice que es clave conocer el calendario de la fase de transición para poder asesorar a los propietarios y evitar inversiones inútiles.
A estas alturas, tienen pocos lugaresdonde mirarse al espejo. Los países del entorno todavía no han enfrentar esta fase y el único referente, hoy por hoy, es China. En el país asiático ha ido abriendo progresivamente este tipo de establecimientos y las medidas implantadas son ahora mismo el modelo a seguir. Entre ellas, limpiezas en profundidad de los locales antes de abrir, controles de temperatura en los accesos, que los usuarios utilicen guantes y mascarillas, facilitar geles hidroalcohólicos y limpiezas de la pista y los baños con el público dentro.
Espacios «privados» manteniendo las pistas de baile
Mas dice que prevén espacios privados –vip- dónde la gente pueda mantener distancias de seguridad pero contemplan que las pistas se puedan mantener como hasta ahora. «Si la gente en el metro utilizando mascarilla no tiene que mantener las distancias, entendemos que el mismo criterio se tendría que aplicar al ocio nocturno», afirma.
Otra de las propuestas que plantean es que algunos locales puedan disponer de terrazas al exterior y que otros puedan doblar las que ya tienen con el objetivo de recuperar a fuera parte del aforo, que ya dan por hecho que perderán.
«Será un ocio diferente»
«Evidentemente será un ocio diferente porque la situación es diferente», afirma. También se plantean otras medidas, como las que propone Fecasarm con pedidos por escrito, el pago con tarjeta o un certificado internacional sanitario para recuperar la confianza de los clientes.
El sector, sin embargo, pide que los ERTE sean flexibles, que «fluya el dinero» y negociación en los alquileres de locales. Todo eso, dice, junto con las medidas sanitarias son los ejes «clave» para volver a la nueva normalidad.
A su entender, el mes de mayo será clave para decidir cómo se hará la desescalada y ve bien que se haga por territorios. Pero claro está: «Pediremos que se hagan controles para evitar que las personas se puedan desplazar desde lugares|sitios donde todavía no está permitido». También cree que el ocio nocturno tiene que ir de la mano de la hostelería en el plande relajamiento de medidas.
Cubiertos o manteles de un solo uso
En el ámbito de la hostelería también trabajan a contrarreloj. Algunos establecimientos ya han hecho pruebas piloto con mamparaspara separar mesas. Es el caso del empresario de Leganés, Enrique Abanades. Abanades preside la Asociación de Hoteleros de esta población de la comunidad de Madrid y tiene varios negocios. «Estamos probando cosas pero no hay consenso entre el sector y, por ejemplo, las mamparascuestan unos 500 euros», explica.
Donde sí que hay más o menos acuerdo, dice, está en la utilización, por ejemplo, de cubiertos, servilletas o manteles de un solo uso. También al facilitar geles hidroalcohólicos en las entradas en los locales y en los baños. Y dan por hecho que perderán la mitad del aforo. Por eso ponen los ojos en las terrazas. Esperan que se les permita doblar su superficie y así ayudar, especialmente, a los negocios de pequeñas dimensiones. «La gente vendrá con miedo y tenemos que dar seguridad a los clientes», insiste.
El cine, «controlable»
El cine, uno otros de los sectores afectados por el confinamiento, también se reivindica. El presidente del Gremio de Cines de Cataluña, Camilo Tarrazón, afirma que la situación es «excepcional» pero que no se puede alargar en el tiempo»: «Tenemos que recuperar nuestras vidas y la economía o la reactivamos o crearemos una nueva pandemia».
«Los cines somos la actividad preferida al conjunto del estado con 105 millones de espectadores», asegura. En este sentido, Tarrazón dice que tienen una «peculiaridad» porque abren 365 días el año y 12 horas al día. Por eso, afirma, «el escenario actual es un reto y somos conscientes». Precisamente por este motivo reclama una acción coordinada y «normas claras» para que se pueda reabrir en las condiciones necesarias o «nos matará igual que nos mata estar cerrados».
Tarrazón cree que, a diferencia de otros espacios, los cines tienen un modelo «absolutamente controlable»: pueden controlar la venta de entradas antes y tienen las butacas numeradas y «amplias». Sobre las medidas que estudian, detalla que a estas alturas tienen capacidad para hacer hasta cuatro funciones pero hay posibilidad de modificar horarios. En dos sentidos: uso de sala menos intensivos para poder hacer «limpiezas a conciencia» y haciendo que el público llegue de manera escalonada.
Es decir, si antes se hacían sesiones en diez salas entre las 4 y las 5, ahora «se podría hacer que dos empiecen en las 4, dos en las 4.30 y dos a las 5». «Eso significa que perderemos capacidad pero, al mismo tiempo, más tiempo para poder poner en práctica las medidas», explica.
La mitad del aforo
Además, permitiría asegurar que la interacción del público es la más baja posible porque las entradas y salidas no coincidirían. También prevé medidas de seguridad como mascarillas entre el personal, facilitar geles o renovar los aires de las salas. Tienen claro también que el aforo se reducirá, aunque su idea es que lo haga de entrada en un 50%.
Sabemos que cuando abrimos no volveremos a la normalidad ni a los números de antes de que estuvieran las restricciones y que significará más gasto. Lo tenemos asumido», asegura Tarrazón. Por eso pide medidas a la administración y que sean flexibles en el ERTE. «Puede ser que cuando abrimos necesitamos a un número de trabajadores y a medida que vaya evolucionando, más», añade.
Con todo, pide «coordinación» a nivel estatal pero también europeo porque hay estrenos mundiales que, a su entender, no tiene sentido que se hagan por separado.