Las claves para vivir el confinamiento con hasta once hijos
Falta de espacio, turnos en los ordenadores y consumos disparados son algunos de los problemas que se encuentran a las familias numerosas
Entre estos problemas, Sánchez explica que los que más les hacen llegar a las familias son los económicos ya que hay progenitores afectados por ERTE que no han cobrado, autónomos que no pueden ingresar y que explican que «llegan justos a finales de mes y no saben como continuar». «Se han multiplicado mucho las familias con problemas de alimentación», constata. Además, los consumos domésticos se están «disparando» al convivir todos en casa las 24 horas del día.
Por otra parte, sitúa un problema de vivienda ya que los metros cuadrados por persona son inferiores a los de otras unidades familiares y muchas viven en espacios pequeños. Eso «genera problemas de convivencia, psicológicos y de estrés, que a medida que se alarga el confinamiento se van multiplicando».
Además, los problemas de conciliación se agravan ya que para los padres de familias numerosas el teletrabajo se hace más difícil. La falta de ordenadores para todos no ayuda y eso «genera gran estrés en el padres» y miedo que haya una «brecha escolar entre familias numerosas e hijos únicos». Sánchez explica que han enviado este problema a la administración y que están a la espera de recibir una respuesta a fin de que lleguen ordenadores para las familias numerosas.
El director de Fanoc teme pero que, «otra vez», las familias numerosas queden fuera de las ayudas y las medidas en que se toman por el confinamiento porel coronavirus. Por eso, reclama que no sólo se tengan en cuenta criterios de renta sino también el número de hijos. «Pensamos que las familias numerosas somos el gran colectivo olvidado», constata.
Hay pero problemas más rutinarios, como el hecho de que si sólo puede ir a comprar una persona, tiene que hacer muchos viajes por poder adquirir todo el que necesita a una familia de más de once miembros. Sánchez asegura que al inicio del confinamiento hubo familias que fueron multadas para ir dos personas a la compra por eso reclamaron que eso se permita mostrando el carné de familia numerosa.
Este problema se lo encontraron dos de los hijos de Ramon Farré y Cristina Montesó, que fueron por separado al supermercado y en dos coches pero a quienes el guarda de seguridad les llamó la atención al ver que hablaban en el interior del establecimiento. Estos padres comentan que tienen que salir a comprar como mínimo dos veces a la semana y que hacen turnos a fin de que «aquellos que lo necesitan» puedan salir.
En esta familia, también se han hecho presentes los efectos laborales de confinamiento ya que «hay dos que han perdido el trabajo y dos con ERTE». Además, una de las hijas es enfermera en urgencias de un gran hospital y trabaja en el turno de noche en contacto con pacientes con covid.
En el ámbito educativo, una hija de quince años da clases a distancia y tres más siguen estudios universitarios, ahora a distancia. La percepción de estos padres es que es «más difícil» seguir la formación online, así como el teletrabajo. También comentan que hay días que no han puesto la calefacción «para no gastar», ya que los consumos se han disparado.
Dos días después de que hayan empezado a dejar salir los más pequeños, creen que también se tendría que dejar salir a los adolescentes, en su caso «bastante deportistas», ya que eso los ayudaría a sacar la energía acumulada. «Tenemos identificado que de 20a 22 horas son horas de conflicto», aseguran.
Flexibilidad y renuncias para vivir en confinamiento
Díez apunta que en su caso, con niños pequeños, necesita mucha organización pero también mucha flexibilidad. Cree que «priorizar las cosas importantes y renunciar a las que no lo son tanto» es clave, más todavía en confinamiento. «Se tiene que priorizar el que es importante y por donde pasa la paz familiar y renunciar a aquellas cosas a las que no llegamos o no llegaremos», comenta.
Reconoce que con todos en casa las 24 horas del día «cuesta tener momentos de silencio o espacios de reflexión» y explica que a veces optan por ir al parking para poder tener conversaciones más privadas y preguntar más individualmente a los hijos cómo se encuentran o qué necesitan.
Se encuentran también la problemática de los ordenadores, ya que tienen que hacer turnos teniendo en cuenta que siete de los hijos están en edad escolar y tienen dos dispositivos. «Tenemos que priorizar a quien va a clase y quien la recupera de uno otra manera», explica.
Díez, psicóloga, reconoce que tiene dificultades para teletrabajar y por eso ha optado por hacerlo por teléfono, con terapias «más flexibles» porque los pacientes le pueden enviar mensajes siempre que tengan una urgencia o lo necesitan y ella busca el momento para poder llamarlos. Además, hace las consultas más a menudo.
Todas estos problemáticas se pueden agravar cuandolos padres tengan que volver a trabajar fuera de casa y, en cambio, las escuelas no abran. El presidente de Fanoc insta a las administraciones a «ponerse las pilas» en este aspecto porque ven «muy difícil» que se pueda trabajar sin que haya recursos para los hijos.