Sanidad
La adaptación de equipamientos psiquiátricos en el coronavirus deja pacientes de salud mental sin el tratamiento adecuado
El Colegio de Psicólogos alerta de que las visitas a centros privados se han reducido y las videollamadas no son lo bastante efectivas
En declaraciones en el ACN, Pino, que coordina un área de salud mental en l'Hospitalet de Llobregat, explica que los pacientes tratados anteriormente por psicólogos del sistema público no han podido seguir de forma normal el tratamiento, ya que las visitas de seguimiento y urgentes se hacen a distancia, por teléfono o videoconferencia, cosa que implica dificultades por los psicólogos y algunas reticencias por parte de los pacientes. Además, la atención primaria no está derivando nuevos casos porque está casi totalmente centrada en el coronavirus.
Durante las primeras semanas del confinamiento, parecía que los pacientes ya tratados anteriormente evolucionaban favorablemente, pero en las dos últimas semanas han aumentado las demandas de visitas por parte de los pacientes más graves por falta de continuidad en el tratamiento. Es el caso de los pacientes psicóticos o con depresiones graves, que empeoran con la soledad y el cierre, o los adictos a sustancias tóxicas, que hacen más periodos de abstinencia. También sufren los ansiosos y los obsesivos-compulsivos, que tienen baja tolerancia a la incertidumbre y «están más al límite». Por eso, alerta de que «se prevén unas semanas más complicadas, puede llegar una nueva oleada de pacientes de salud mental».
Muchas plantas de psiquiatría, hospitales de día o servicios de rehabilitación comunitaria han tenido que cerrar durante el confinamiento o se han adaptado para atender pacientes de coronavirus. Los pacientes no lo bastante graves para estar ingresados pero tampoco tanto bien como para tener el alta, han estado sin tratamiento varias semanas, y eso complica su situación. «Hasta que no haya camas suficientes de psiquiatría tenemos menos opciones terapéuticas», explica Pino.
Un colectivo que lo está pasando mal con el confinamiento, aparte de los que tienen dificultades económicas y sociales, es el de las personas mayores. «Tienen menos cultura del ocio y no tienen las herramientas de la gente joven para desconectar», como las plataformas audiovisuales, internet o las redes sociales, explica el psicólogo. «Se encuentran atrapados por los canales de televisión en abierto, con que son monotemáticos sobre la covid-19,» ejemplariza. Los ancianos se ven vulnerables, porque la enfermedad los afecta especial y seguramente conocen malats o muertos . Además, sus principales distracciones suelen ser estar con los hijos y los nietos, pasear, ir al mercado o ver los vecinos y eso ahora no lo pueden hacer. «Se quedan sin salida, le dan más vueltas a la cabeza, y eso aumenta la ansiedad», observación.
En todo eso, desde el Colegio de Psicología quieren hacer una encuesta a sus miembros para saber cómo les está afectando a la crisis sanitaria, si tienen más o menos pacientes y cómo los tratan. A a muchos pacientes no los acaba de convencer hacer las terapias a distancia. De hecho, Pino admite que a los psicólogos también les cuesta más hacer terapia por videollamada, porque presencialmente se pueden tener otros aspectos en cuenta aparte de la cara, como algunos gestos o las conversaciones con los familiares del paciente, cosa que ahora se pierde. También se dificulta la evaluación mediante tests psicológicos, que normalmente se hacen de manera presencial y ahora se han detenido. Por todo eso y por la reducción de consultas, muchos psicólogos privados están sufriendo económicamente como el resto de autónomos, asegura Pino.