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Negocios que pueden reabrir el lunes pero no lo harán

Algunos propietarios prefieren esperar a tener el material para garantizar su seguridad y la del suyos clientes

Alguns propietaris prefereixen esperar a tenir el material per garantir la seva seguretat i la del seus clients

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Las peluquerías, los centros de estética o de fisioterapia son de los primeros negocios que podrán abrir a partir de este 4 de mayo, en la fase cero del desconfinamient. Pero muchos retrasarán la reapertura hasta tenerlo todo preparado para poder atender con seguridad sus largas listas de espera de clientes.

Estos establecimientos podrán abrir a partir del lunes, pero con cita previa para la atención individual de clientes, un horario de atención preferente a mayores de 65 años y máximas medidas de protección, entre otras indicaciones.

No obstante, los trabajadores no cuentan todavía con información oficial lo bastante detallada y muchos prefieren esperar para abrir sus negocios mientras siguen preparando los nuevos protocolos.

Tendrán la información que anhelan previsiblemente este domingo, cuando el Gobierno publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE) las condiciones tanto del comercio en fase 0 como de la hostelería en fase 1, entre otras cuestiones.

Raquel regenta una peluquería en Las Friegas (Madrid), en la cual trabaja con otros dos empleados que en estos momentos están afectados con un ERTE.

Podría abrir su negocio el día 4 con la seguridad de tener más de un centenar de clientes en lista de espera, pero de momento no lo hará hasta no contar con la suficiente «seguridad» para dar el servicio.

Si nuestros sanitarios están como están, imagínate en un salón de peluquería, teniendo todavía menos mesuradas de seguridad. Estamos expuestos y exponemos, porque no podemos atender a nuestros clientes manteniendo la distancia de seguridad, y con una máscara no es suficiente,» lamenta Raquel en una entrevista con Efe.

Por eso, y hasta que no reciba otras directrices, esta profesional utilizará «el sentido común» y su propio criterio, que es que su salón «abrirá siempre que nadie corra peligro de contagiarse» porque, si alguna cosa tiene claro ahora la empresaria, es que l'»economia es muy importante, pero la vida humana más».

El pequeño colchón con el cual cuenta Raquel va agotándose sin embargo, todavía así, cree que las medidas del Gobierno se han «adelantado a los acontecimientos», y en este sentido reitera que no hay un protocolo claro para asegurar que no habrá contagios en su negocio: «Todas las peluquerías estamos desconcertadas», dice.

Como a las autoridades dieron la noticia que podrían abrir con cita previa a partir del lunes, «automáticamente» su buzón de voz se llenó de mensajes.

De uno en uno, fue explicando a sus clientes las razones por las cuales no abriría el lunes, y también se encargó de hablar con una amiga suya, que vive en China, y que le mandó los protocolos que siguen allí las peluquerías, que tratará de preparar antes de abrir: tomar la temperatura a cada cliente, todo de un solo uso, pantallas protectoras, o el uso obligatorio de máscaras.

Una situación parecida en la cual vive Nana en el centro de estética que dirige junto con su hermana Marisol, en el madrileño distrito de Chamberí.

Pueden abrir el lunes, pero no lo harán hasta una semana más tarde, cuando consiga incorporar todas las medidas de seguridad necesarias para garantizar una apertura sin contagios para sus clientes.

«Serán mesuradas basadas en las de los hospitales», comenta Enana a Efe, que lleva estos días tratando de proveerse con elementos de protección para los clientes, como mamparas de metacrilato, termómetros por infrarrojo, máscaras tipo FPP2, sombreros o guantes, material que «tiene que ser de un solo uso».

También ha contratado en una empresa para desinfectar el local mediante ozono, que tiene que complementar con «pautas de desinfección diarias y por cliente».

«Es más gasto que beneficio,» lamenta la empresaria, que aunque cuenta con una larga lista de espera, prevé también una extensa factura para que, comenta, «las ayudas no han sido muchas» y lo que antes se compraba por cinco o seis euros «ahora cuesta 45 o 50».

Los cambios en el negocio serán muchos, añade Enana, que señala que las citas pasarán a ser una por hora para poder contar con tiempo para desinfectar.

Toño trabaja en una clínica de fisioterapia en el distrito madrileño de Usera que, igual que otros negocios, todavía no tiene claro cuándo podrá abrir, todo dependerá del cumplimiento de las medidas que se publiquen oficialmente, señala.

Si todo está en orden y de acuerdo con lo que establezcan las autoridades, lo hará este mismo lunes.

La clínica ha establecido tres protocolos de seguridad a seguir, el primero contempla la obligación de cita previa para los clientes con uno tamizado telefónico, aumentar el tiempo entre el uno y el otro y que acudan individualmente y sin pasar por la sala de espera.

Otro nuevo protocolo será el de la limpieza, que será más exhaustiva y pasará a incorporar máquinas de ozono para desinfectar los espacios, lo cual también influirá en las citas, porque la máquina tarda 20 minutos a desinfectar, y se hará en cada una de las atenciones.

Finalmente, están las medidas de protección individual, por la cual los profesionales pasarán a utilizar EPIs, y a desinfectarse con más frecuencia.

«Utilizaremos el sentido común para aplicar las medidas hasta que no haya unas más concretas de manera oficial», comenta Toño.

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