El inicio de la desescalada y el estado de la alarma cuestionado
Por segundo día consecutivo, las muertes se han situado por debajo de las 200, en concreto en las 164
La fase 0 o de preparación de la desescalada ha comenzado en España con la prórroga del estado de alarma en el aire, suspendida en el fragor de un tenso debate político, en el que presiona el PP, que considera que ya no tiene «ningún sentido», presionan ERC y el PNV, pendientes de su autogobierno, y presiona el Ejecutivo apelando al estado de necesidad y al «caos» sanitario y económico.
La imagen que se deriva de este pulso ha restado algo de protagonismo a la apertura, bajo cita previa, de los primeros pequeños establecimientos no alimentarios, representados como ningún otro por las peluquerías, y a algunos «nuevos» pasos que se han podido ver en las islas de La Gomera, El Hierro y La Graciosa, en Canarias, y en la de Formentera, en Baleares, adelantadas a la fase 1, prevista en el resto de España para el día 11.
Estas aperturas siguen el camino del relajamiento de las restricciones con la salida de los niños el 26 de abril y la de adultos y mayores desde el pasado sábado, ante las que epidemiólogos y autoridades sanitarias reiteran su llamada a la prudencia cuando comentan la evolución de la epidemia, que este lunes ha marcado otro punto de inflexión en su ritmo decreciente, pese a que pueda haber infranotificaciones por el puente de mayo.
La evolución de la epidemia
Por segundo día consecutivo, las muertes consignadas se han situado por debajo de las 200, en concreto en las 164, las mismas que el domingo, con una tendencia sostenida, que tiene su reflejo en la cifra de pacientes, cada vez menor, ingresados en las ucis, 21 en las últimas 24 horas. En cualquier caso, las defunciones acumuladas (25.428) no dejan de ser un lastre y eso que no incluyen las de miles de personas que fallecieron con síntomas de la COVID-19.
Especialmente significativo ha sido este lunes el número de contagios, que han llegado a su punto más bajo, con 356 (0,16 %), aunque en este caso hay, como ya es habitual desde hace 20 días con este parámetro, «desorden estadístico», puesto que Madrid, que sigue reajustando su sistema, sólo ha comunicado 1, aunque ha registrado 190.
Con tan baja cifra de infecciones llaman todavía más la atención -y subrayan la difícil interpretación de los datos- los 1.214 profesionales sanitarios notificados hoy como positivos, que elevan el total a 43.325, lo que supone el 19,8 %.
En el inicio de la octava semana de confinamiento no se han registrado por vez primera casos de coronavirus en tres comunidades: Valencia, Murcia y Baleares, ni tampoco en Ceuta. Otras diez autonomías han informado de menos de 10 hospitalizados. El total de contagiados diagnosticados por pruebas PCR asciende a 218.011.
La tasa de infectados acumulada en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes, que sirve para medir la difusión de la pandemia (con 28, dos positivos diarios como objetivo), es ahora inferior a 18 en siete comunidades y en Ceuta y Melilla. La media en España ha bajado hasta 50,99, aunque Cataluña y Castilla y León siguen por encima de los 100, de los que ha descendido Madrid a la espera de concretar sus ajustes.
Este será uno de los marcadores epidemiológicos a tener en cuenta durante la desescalada, pero sólo desde el punto de vista cualitativo, ya que Sanidad ha avanzado que los dos únicos parámetros cuantitativos serán los de disponer o poder disponer en un plazo de cinco días de entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos y entre 37 y 49 hospitalarias para enfermos agudos por cada 10.000 habitantes.
Test y rastreos
Que en la desescalada en España va a haber repuntes de la epidemia es algo que prácticamente sostienen todos los expertos, que aluden a la importancia de aplicar de forma escrupulosa la regla epidemiológica de las tres «t», «test, track and trace»: hacer test, localizar a las personas contagiadas y rastrear sus movimientos para aislar a quienes estuvieron en contacto con ellas.
Esta estrategia, que ya se ha visto como funcionó en Corea del Sur y China -que ya la habían probado con el SARS y el MERS - y en la que insiste la OMS, remite al sistema de vigilancia epidemiológico para ser capaces de cortar las cadenas de contacto, y ese sistema en España, según subrayan expertos en sanidad pública, es un sistema «precario», que habría en alguna medida que redimensionar y ese es un trabajo prolijo para desarrollarlo de inmediato.
El reforzamiento de la atención primaria, que se va a hacer cargo de esta difícil y compleja tarea, es una de las premisas, pero también el de dotar de recursos y tecnología a los sistemas de información para que los rastreos puedan ser efectivos y cumplan su función de contener de forma precoz las fuentes de contagio.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha dicho hoy que uno de los objetivos en la desescalada es que las comunidades autónomas vuelvan a hacer las identificaciones de casos como al principio de la epidemia, con el seguimiento de contactos a través de llamadas o aplicaciones, de tal modo que se reduzca el tiempo a un máximo 48 horas, en lugar de 10 o 15 días como ahora.
Estado de alarma
A dos días de que el Congreso debata una nueva prórroga del estado de alarma, se redobla la presión sobre el Gobierno, que aún no tiene garantizados los apoyos para sacarla adelante. El líder del PP, Pablo Casado, ha asegurado este lunes que la renovación del estado de alarma «no tiene sentido» y ha avanzado que, «a día de hoy», su partido «no puede apoyarla».
Casado, que después de hacer esas declaraciones en Onda Cero ha mantenido una conversación de cerca de una hora con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera que el Ejecutivo actúa de forma unilateral y sin informar ni negociar.
Esa crítica también la sostienen algunos de los aliados del Ejecutivo, como ERC y el PNV, que reclaman más autogobierno y más participación de las autonomías en el proceso de desescalada. ERC ha anunciado que votará no. El PNV todavía no ha definido el sentido de su voto.
El Gobierno, consciente de las graves dificultades que le ocasionaría perder esa votación, insiste en llamar a la responsabilidad del PP, al que advierte de que sin estado de alarma la alternativa es el «caos»: «Mejor no hacer experimentos que nos pueden llevar al caos», ha dicho el ministro Illa. «No apoyar la prórroga del estado de alarma nos puede llevar a España a un caos sanitario y económico», ha afirmado el ministro Ábalos.