Salud
La pandemia evidencia la falta de recursos del sistema sanitario catalán
La situación actual comportará en un futuro próximo «un empeoramiento del estado de salud»
En el ámbito concreto del sistema sanitario catalán, el Consejo constata «deficiencias en el análisis y la previsión de la importancia de la pandemia con poca coordinación entre los servicios de protección de la salud, la capacidad de respuesta de la red territorial y municipal de salud pública y el sistema asistencial de salud».
Además ha detectado una «falta de previsión de la afectación de la covid-19 en el sistema de residencias de personas mayores y de personas con discapacidad, con el fin de prevenir contagios y dotar a estos centros de recursos para hacer frente».
Aparte, subraya que el impacto de la crisis en el sistema de salud pública «ha obligado a volcar todos los esfuerzos» en el control de la pandemia. Eso ha retrasado el tratamiento de prácticamente el resto de enfermedades, hecho que comportará en un futuro próximo «un empeoramiento del estado de salud y, posiblemente, de las condiciones de vida de las personas que han visto demorada su atención».
Otras carencias detectadas son la ausencia de protocolos y pautas rigurosas, como también de consenso, sobre todo supraterritorialmente, para hacer frente a la priorización de recursos, «cuando estos son limitados y tendrían que llegar de manera equitativa a todo el mundo que lo necesitara», y a la atención al proceso de final de la vida.
También ha detectado carencias «importantes» para la salud pública, como la falta de disponibilidad de las pruebas para diagnosticar la enfermedad y de los equipos de protección individual (EPI).
En su análisis el Consell considera, sin embargo, que la crisis también ha puesto de manifiesto la «bondad» de un sistema sanitario de acceso universal y «la importancia de la intervención pública de la gestión de recursos del conjunto del sistema».
También considera fortalezas la capacidad de adaptación y flexibilización del sistema ante las crisis, en concreto la reorganización de los centros sanitarios de todo el territorio para hacer frente a la pandemia, el incremento de camas para cuidados intensivos o la transformación de equipamientos diversos en hospitales de campaña.
Otra cuestión que analiza el Consell Assessor es la respuesta del sistema al proceso de final de vida, que la pandemia también ha puesto sobre la mesa. En este sentido, opina que ha sido «necesario y útil escribir y diseñar criterios de priorización», dado que en multitud de ocasiones ha habido que decidir «quién podría tener más opciones de sobrevivir y quien no, por duro que parezca». En todo caso, el Consell subraya que «en la práctica estas decisiones han sido minoritarias, seguramente por el hecho de haberse procurado recursos suficientes para soportar los picos de la crisis».
Con todo, también opina que «se ha generado una inquietud innecesaria» a la ciudadanía ante el posible planteamiento de establecer determinados criterios «casi como prioritarios, como podría ser la edad de la persona». Estos planteamientos «han generado una alarma social, totalmente evitable, entre la población mayor y más vulnerable».
Finalmente, el informe del Consell Assessor de Salut también tiene un recuerdo para los profesionales sanitarios. «Es un deber ético y de responsabilidad la gratitud hacia los profesionales, haciendo un retorno de su esfuerzo de la forma más eficiente también por el sistema», afirma.