Empresa
Un 11% de las empresas familiares piensa cerrar y la mitad prevé problemas de liquidez
Un 88% del tejido empresarial catalán está formado por compañías familiares, según la Associació de l'Empresa Familiar
Ante estos datos, el también profesor del IE Business School ha reclamado en el gobierno español medidas para aumentar la liquidez de las empresas y reducir los costes fijos. Además, ha resaltado la necesidad de implantar medidas sectoriales «claras», como los bonos de vacaciones planteados en Italia.
El ASCEF se ha pronunciado en el mismo sentido y ha pedido al ejecutivo de Pedro Sánchez aplicar medidas económicas que contribuyan a «mejorar la liquidez» de las compañías, así como ampliar los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) flexibles. En este sentido, el Institut de l'Empresa Familiar (IEF) ha reclamado el abono «inmediato» de las facturas pendientes de las administraciones, de más de 68.000 millones de euros en el Estado.
«Hemos echado de menos medidas relacionadas con la reactivación de financiación, que se ha agotado muy rápidamente, y ayudas directas a las empresas y a los proveedores», ha asegurado Pere Ferrer, al consejero delegado de Freixenet, en declaraciones a ACN. En marzo de2018, la empresa alemana Henkell compró el 50,7% de Freixenet, con más de 150 años de historia.
A consecuencia de la caída de la actividad comercial derivada de la pandemia, la empresa ha aplicado uno (ERTE) por fuerza mayor para 123 empleados del departamento de ventas y enoturismo.
Aunque no existe un único modelo de empresa familiar, generalmente, estas compañías tienen una «voluntad explícita de crear valor y puestos de trabajo», según el ASCEF. De hecho, según datos del estudio 'Factores de Competitividad' del IEF, el umbral de nivel de productividad para cerrar una compañía no familiar es un 50% más elevado que en el caso de una empresa familiar.
«Estas empresas acostumbran a ser compañías menos endeudadas, con mayor redundancia de recursos y unos directivos más próximos», ha asegurado al profesor del Departamento de Dirección General y Estrategia de ESADE, Alberto Gimeno. El ahorro es una de las principales fuentes de financiación de estas compañías y cerca del 60% de estas empresas no reparten dividendos, sino que optan por la reinversión directa, según el IEF.
Sin embargo, Bermejo ha alertado de «la escasa dimensión» de la empresa familiar catalana, con 45 trabajadores por término medio, según el ASCEF. En general, al ser más pequeñas que en otros países como Alemania, es más complicado atraer talento, cultivar la misma marca o invertir en digitalización o robotización. Para Gimeno, el principal inconveniente de estas compañías delante de otros dominadas por fondo de inversión radica en la capacidad financiera de estos para «capitalizar» las empresas.
De acuerdo con estas características, el ASCEF considera que las empresas familiares del sector industrial pueden posicionarse en los mercados «más exigentes», en los cuales se valora más la «fiabilidad y la calidad» que el precio. «De esta crisis saldrán muchas oportunidades y hay que estar preparados», ha asegurado el consejero delegado de Radar Process, Javier Riera – Marsá.
En este contexto, la apuesta por la internacionalización es «clave» para la continuidad del negocio. «La alianza internacional con Henkell y Dr. Oetker nos ha ayudado mucho, principalmente, porque en cada país donde operamos hay unas circunstancias diferentes y eso nos ha permitido seguir trabajando con más tranquilidad y de manera más confortable», ha resumido Pere Ferrer.
Según la encuesta de TFAB, ocho de cada diez empresas ven oportunidades de crecimiento en la crisis del coronavirus y tres de cada cuatro se están preparando para hacer mejoras en los procesos, como la digitalización, la automatización o el trabajo a distancia. Además, un 40% de las empresas familiares creen que pueden crecer a través de la compra de compañías. «Se pueden generar situaciones muy positivas para liderar procesos de concentración sectorial», ha afirmado Bermejo.
«El reto de las empresas familiares en general será el de adaptarse a los nuevos cambios sociales y económicos que surgirán de esta crisis sin precedentes», ha añadido el consejero delegado de Freixenet.