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Cultura

Sin conciertos, exposiciones ni funciones: la crisis de la covid-19 destroza la cultura

El músico Joan Reig lamenta que el trabajo que les da ingresos «ha desaparecido»

El bateria d'Els Pets, Joan Reig, assajant al seu estudi.

Sin conciertos, exposiciones ni funciones: la crisis de la covid-19 destroza la culturaACN

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La crisis de la covid-19 causa estragos en muchos sectores económicos. Uno de ellos es la cultura, donde ha impactado de lleno y ha obligado a suspender conciertos, exposiciones o funciones de teatro. En algún caso, como el de los músicos, los ha dejado sin poder facturar. «El trabajo que nos da ingresos ha desaparecido», lamenta en el ACN Joan Reig, batería de Els Pets. Sin poder mostrarse al público las perspectivas de futuro son negativas. Otros sectores, como el de la pintura, confían en que las muestras que ahora se suspenden se puedan hacer más adelante, aunque sea comprimiendo el calendario.

La música es una de las disciplinas que más acusa las consecuencias de la pandemia. Después de la revolución de internet que dejó prácticamente a cero las ventas de discos, casi la única fuente de ingresos que tienen los artistas son los conciertos. Y ahora se han paralizado. «Hace unos días teníamos que empezar gira en Manresa con Els Pets y de momento ha desaparecido por completo. Hay alguien que se atreve a aplazarlo para el otoño o el invierno, pero sin ninguna seguridad», explica Reig. El aforo que puedan tener los espectáculos es una de las preocupaciones. Si queda muy reducido es probable que el concierto no sea económicamente viable. «O se multiplica el precio de las entradas o no es rentable», señala.

Todo les genera una incertidumbre importante. También en conciertos de otros formatos. La misma Corvina forma parte del grupo Tarraco Surfers, más enfocado a verbenas, y también actúa en solitario o con banda de pequeño formato. «No sé cómo nos lo haremos si la gente no se puede juntar y no se pueden tocar entre ellos para bailar», indica.

El músico de Constantí apunta que es toda la industria musical quien sufre las consecuencias. «Los músicos subimos al escenario, pero el escenario se tiene que montar. El equipo de sonido lo coloca a alguien, las luces las pone alguien más... Es gente que sobre todo trabaja en verano en festivales y fiestas mayores. Es una sacudida importante que no sabemos cuándo se recuperará», argumenta el constantinenc.

Exposiciones y funciones suspendidas

Jordi Isern es uno de los pintores paisajistas más reconocidos del Estado. Con más de 25 años de trayectoria, sus obras circulan por casi todo el mundo. El último lustro especialmente por Japón, dónde este mayo tenía que hacer su décima exposición. El coronavirus lo ha obligado a aplazarla en septiembre, pero las perspectivas tampoco son buenas y todo hace indicar que tendrá que ser más adelante. También se ha quedado sin otro de los momentos importantes del año para él, la Semana Medieval de Montblanc, ya que en la villa tiene galería propia, que le sirve para mostrar su obra y llevar clientes. El próximo objetivo, si todo va bien, será la exposición bienal que hace en su municipio, Alcover.

«Pinto porque lo siento y porque necesito pintar, pero vivo de eso. Mi manera de ingresar dinero es vender cuadros», explica Isern. La crisis actual le ha servido para comprobar que también puede vender cuadros a través de su página web, un hecho que le ha sorprendido. «No es habitual vender online. Una obra es para verla 'in situ'», razona. Sin embargo, el hecho de tener clientes habituales le ha permitido que si alguien se fija en alguna de las piezas que tiene publicadas, le envía fotografías del cuadro. Y si se decide a adquirirlo, le envía a domicilio. «Supongo que es una de las cosas que habrá con la nueva normalidad; y nos tenemos que espabilar», comenta resignado. Con todo, cree que el próximo año se le juntarán bastantes muestras y confía en que eso le sirva para recuperar las ventas perdidas de este año.

También se ha quedado sin uno de los momentos más esperados del año la formación Entrellaçats Compañía de Artes Escénicas, un grupo de teatro amateur del Campde Tarragona que el 25 de abril tenía que celebrar encima del escenario los cinco años. «Queríamos dar un repaso de todo lo que hemos estado haciendo y lo queríamos celebrar con nuestro público, pero tendremos que esperar alsexto año», indica la presidenta de Entrellaçats, Encarna Lainez.

Aunque no se ganan la vida con las funciones, también sufren los efectos de la pandemia, ya que las representaciones que tenían previstas se han cancelado. Últimamente, tenían en cartera un espectáculo de relatos eróticos, que les estaba dando buenos resultados. «Por ahora no tenemos fechas nuevas», reconoce Lainez. Igual que los músicos, los actores también tienen la incertidumbre de cómo será el retorno a la actividad. En el caso de Entrellaçats empezaron haciendo espectáculos de pequeño formato pero en el último año han ganado espectadores e incluso llegaron a llenar el Teatro Tarragona. «No sabemos cómo irán las futuras actuaciones con respecto a la cantidad de público ni qué distancia tendremos que mantener entre nosotros», señala.

Nuevas dinámicas durante el confinamiento

El confinamiento vivido las últimas semanas ha obligado a replantear el sistema de trabajo de los artistas. En el caso de la compañía teatral han apostado por el «teletrabajo». Desde casa han hecho un vídeo para conmemorar el quinto aniversario y han hecho videconferències para encarar el futuro. De hecho, esta semana han reiniciado los ensayos presenciales, pero con precauciones. Se han reunido en la masía de una de las componentes donde han podido ensayar al aire libre, sin sacarse la mascarilla y con bastante espacio para mantener la distancia de seguridad. Han tenido que apostar por esta alternativa ya que el espacio habitual de ensayo, en una entidad de la Selva del Camp, continúa cerrado.

Los domicilios también han sido la única opción viable de mantener la actividad para Joan Reig y Jordi Isern. «En casa intentas practicar para no oxidarte, estudiar, escribir si te viene alguna cosa... Tengo la suerte de tener un estudio en casa y puedo tocar diariamente», comenta Reig. En su caso, la rutina «no ha cambiado mucho», más allá de no poder dar conciertos. Además cree que el confinamiento acabará generando canciones. ¡«Quizás saldrán miles de discos y quedaremos saturados»!, exclama.

En el caso de Isern, asegura que la pintura le ayuda «a canalizar la afectación anímica del coronavirus». «Normalmente paso muchas horas en el estudio y me gusta trabajar solo. Siempre llevo un ritmo de trabajo constante y trabajo cada día», reconoce. De todos modos, dos o tres veces por semana acostumbra a pintar entre la naturaleza o aprovecha para descubrir nuevos rincones, que fotografía para después trasladarlos al lienzo. Una actividad que no ha podido hacer pero que le ha permitido incrementar el volumen de obras para distribuir. «No me sabe mal acumular. Cuando veo el estudio vacío me preocupo mucho, y cuando está lleno me animo y quiero hacer más», finaliza.

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