Un grupo de investigación analizará la presencia y el comportamiento de la covid-19 en las aguas residuales

El Plan de vigilancia de la calidad de las aguas de baño en Cataluña para la temporada 2020 estará muy marcado por la incidencia de la covid-19 y tendrá tres líneas estratégicas: un protocolo preventivo para la gestión de las aguas de baño y playas, medidas para la seguridad de los bañistas y eficiencia en el control de calidad.

Concretamente, este año se velará por la calidad de 234 playas, con 253 puestos de control, y 13 zonas de baño interiores, con 9 muestreos programados (5 en las zonas de baño interiores) que se harán entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, con una frecuencia mínima quincenal, tal como establece la directiva europea de aguas de baño, y el 19 junio, se publicarán los primeros resultados.

Según el departamento de Territori i Sostenibilitat, los indicadores de contaminación fecal que la directiva europea establece por el control de las aguas de baño (Escherichia coli y enterococs intestinales) son suficientes para poder detectar posible afección por agua fecal en el medio y lindar con garantías la vigilancia de la calidad del agua. Por lo tanto, cuando se detecten estos indicadores o se tenga sospecha de que pueda haber aguas residuales urbanas en las zonas de baño, habrá que actuar con diligencia y preventivamente, tal como el ACA ya ha hecho en temporadas de baño anteriores siguiendo el RD 1341/2007, y la Directiva 2006/7/CE de gestión de la calidad de las aguas de baño, pero extremando las medidas de control y prevención para la temporada 2020.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el riesgo de transmisión a causa de la covid-19 a través del baño recreativo se relaciona más con una falta de respeto de las medidas de comportamiento y distanciamiento social entre personas que no debido a la posible presencia del virus en el agua.

Medidas para la seguridad de los bañistas

En la reunión de este viernes la Agència Catalana de l'Aigua, en coordinación con Costas y Protección Civil, ha explicado un protocolo de recomendaciones sobre cómo gestionar las zonas de baño en la actual situación de pandemia. Entre otras cosas, restringirá el baño a las playas calificadas con categoría insuficiente en la temporada anterior: la del Fòrum en Sant Adrià de Besòs y la de la 'rec del Molí' en la Escala, y en las que se están efectuando medidas para la mejora de la calidad de las aguas. Con respecto a las zonas de baño interior, también se propone restringir el baño a la playa de Ogern, en Bassella, porque no se puede garantizar un caudal de agua suficiente para mantener unas buenas condiciones de salubridad en la zona de baño.

Además se plantea restringir el baño a las desembocaduras de aguas dulces en mar (ríos, canales, riuets o acequias), concretamente en 30 playas de 20 municipios donde desembocan cursos fluviales naturales de forma continua, susceptibles de aportar algún rastro de contaminación fecal, y que son objeto de seguimiento por parte del ACA, y en especial durante la temporada de baño de 2020.

También se quiere restringir el baño a las playas durante episodios de lluvias o en situaciones de incidencias puntuales, entre 24 y 72 horas. Y se hará un seguimiento diario de las infraestructuras de saneamiento del litoral y velar por su correcto funcionamiento; en casos puntuales de incidencias, aplicar las medidas correctoras necesarias y hacer controles adicionales en las aguas de baño si se detectan episodios de contaminación fecal hasta comprobar la restitución de la calidad.

El baño en aguas interiores no declaradas aguas de baño (tramos de ríos, pozos y otros similares) no está específicamente regulado en la normativa del estado de alarma por la emergencia sanitaria por la covid-19 ni tampoco se lleva a cabo ningún control de la calidad sanitaria de las aguas de baño.

Damià Calvet ha anunciado la creación del «grupo de investigación de aguas residuales y covid-19 con instituciones del mundo científico y universitario, nacional y europeo». Para analizar la presencia en las aguas residuales del virus de la Covid-19, el ACA y el ICRA establecerán una colaboración para determinar su presencia en el agua y comprobar si los procesos de depuración actuales son efectivos para eliminarlo. «Nos puede servir como sistema de alerta precoz», ha asegurado Calvet.