Europa
Europa vigilará desde el espacio el impacto del coronavirus
Vigilará sectores como la agricultura, el tráfico terrestre y aéreo o la contaminación
Los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) rastrearán desde el espacio el impacto económico que está dejando en el mundo la crisis del coronavirus, mediante un programa presentado este viernes para vigilar sectores como la agricultura, el tráfico terrestre y aéreo o la contaminación.
El programa de acción rápida y observación terrestre del coronavirus (RACE, por sus siglas en inglés) es fruto de una cooperación entre el ESA, con sede en París, y la Comisión Europea, y pretende aportar «nueva luz en los cambios sociales y económicos» derivados de la crisis pandémica.
A través de la página web http://race.esa.int cualquier usuario puede acceder a ejemplos concretos en los cuales las imágenes de los satélites del programa europeo Copernicus de observación de la Tierra son utilizados para analizar información que permite ver la recuperación económica o la contaminación en diferentes regiones.
El ejemplo más sonado en los últimos meses es el de los informes de medición de contaminación del aire, datos obtenidos gracias a los satélites europeos.
«Hemos visto que durante el confinamiento la concentración de dióxido de nitrógeno, uno de los gases que contribuyen a la contaminación del aire, ha caído en torno al 50% en ciudades como Barcelona, Madrid, Milán o París,» ha indicado al director del programa de observación del ESA, Josef Aschbacher, durante la presentación.
Gracias a los satélites también vieron que, cuando se inició la desescalada del confinamiento, los niveles de contaminación del aire volvieron a los registrados antes de la crisis.
Accesible a todo el mundo
«Queremos asegurarnos de que la inversión en el espacio traiga beneficios a cada uno de nosotros», ha explicado el subdirector general de la Comisión Europea para la Industria de Defensa y Espacio, Pierre Delsaux, que ha indicado que el proyecto está en su primera fase y los datos y sus aplicaciones se irán actualizando con un trabajo «exhaustivo».
Durante la crisis, las imágenes de Copernicus se utilizaron para monitorizar atascos de tráfico y urgir a las autoridades a facilitar los traslados.
También para analizar la superficie de una zona de producción de espárragos en Alemania, lo cual permitió ver rápidamente que la producción cayó en abril entre un 22% y un 30% respecto al año anterior, una pérdida económica de diez millones de euros en una actividad esencial para la ciudad de Brandeburgo.
«Queremos que sea práctico, que los gestores políticos puedan utilizarlo para decidir qué hacer y dónde actuar,» ha dicho Delsaux.
Escala global
«Una de las lecciones de esta crisis es que Europa necesita ser resiliente y el espacio es esencial para ello. Necesitamos garantizar nuestra autonomía en este sector», agregó.
Delsaux ha destacado que este programa ayuda a comprender que el espacio es «una herramienta fundamental para la economía» y acabar con la percepción que el espacio es muy costoso y su uso incomprensible para el gran público.
Los primeros ensayos de este programa, que pretende aplicarse a escala mundial en una alianza con la agencia espacial estadounidense NASA y la japonesa JAXA, que será detallada el 25 de junio, han podido analizar también el impacto en el tráfico aéreo, los problemas en las fronteras para el transporte de suministros esenciales e incluso la actividad agrícola.
Más allá del coronavirus
Aschbacher ha explicado que el sistema, que se aplicará más allá de los efectos la crisis sanitaria, permite saber cómo hacer frente «a una crisis así» y hacer predicciones y simulaciones de lo que podría pasar si se aplican otros parámetros en los modelos observados.
Una veintena de socios académicos e industriales han intervenido en el proyecto, como la compañía de telecomunicaciones Vodafone, el servicio One Atlas de Airbus, la Universidad Católica de Lovaina, la de Bremen o la empresa de servicios británica Serco, entre otras.
El futuro del programa pasa por ampliar la cobertura de los satélites, actualizar los datos disponibles y poner en marcha nuevos ejemplos prácticos, para lo que han lanzado también un concurso para que los propios ciudadanos propongan actividades cada semana, además de la ambiciosa extensión global del proyecto.