Educación
Los centros de educación especial en fase 2 abrirán en grupos de hasta 5 alumnos
Priorizarán alumnos con aumento de necesidades durante el confinamiento y se hará acción educativa en la etapa infantil y final
El objetivo es «complementar los planes de apoyo individualizados del alumnado y generar oportunidades para el alumnado y sus familias». Especifica que si algún centro público o concertado no puede hacer efectiva la apertura aplicando todas las medidas y garantías requeridas en las instrucciones, lo tendrá que comunicar a la Inspección de Educación correspondiente, «que valorará la excepcionalidad de permitir la no apertura del centro».
Así, los centros, como los ordinarios, reabrirán básicamente para ofrecer un servicio a los alumnos que finalizan los estudios y para atender casos personales. En el caso de la atención personalizada, será necesario planificar y programar el día y hora del reencuentro de la alumna y, si es necesario, un único familiar con el tutor. El objetivo de esta atención es hacer un acompañamiento educativo y emocional personalizado, con coordinación con los equipos de asesoramiento y orientación pedagógicos (EAP) y los serves educativos específicos.
Las familias tendrán que llenar una declaración en la que aseguren que su hijo no tiene ningún síntoma de covid-19 ni ha sido en contacto con personas con el virus en los últimos 14 días, así como que cuenta con el calendario vacunal al día. En el caso de alumnos con enfermedades crónicas complejas, se valorará conjuntamente la idoneidad de reanudar la actividad.
Además, en el caso de los niños de 3 a 6 años, la acogida se reserva a aquellos tutores o progenitores que acrediten que necesitan llevara los hijos a la escuela por motivos de conciliación ya que trabajan y no tienen ninguna otra opción.
El centro planificará al personal necesario
Con respecto al personal, el documento establece que serán los centros los que tendrán que planificar la acción educativa y el personal necesario para llevarla a término». Las direcciones de los centros tendrán que informar a todos los trabajadores de la necesidad de declarar las condiciones de vulnerabilidad, casos, contactos estrechos y simptomatològica covid, con el fin de identificar al personal que podrá participar de las actividades presenciales.
De la misma manera, tendrá que analizar los espacios disponibles con el fin de cumplir la regla de 4m² por alumno. Además, los espacios que se utilicen tendrán que ser «estables y fijos» para poder tener la trazabilidad en caso de contagio. El alumnado tendrá que ser siempre el mismo y en el mismo espacio y, siempre que sea posible, también el personal educativo.
Los centros de educación especial tendrán que seguir las mismas recomendaciones que los ordinarios con respecto a entradas y salidas, circulación dentro del centro, patios y la ausencia de comedor en junio.
Sobre el distanciamiento físico, se insiste en que «se trata de una de las medidas más importantes para evitar la transmisión del virus», así como el lavado de manos. En este caso, se apunta que el alumnado que no sea autónomo hace falta que se lave las manos acompañado o asistido de manera frecuente, «siguiendo y adaptando las pautas generales».
Con respecto a las mascarillas, está indicada para los alumnos de 6 a 21 años pero se especifica que «el alumnado que no sea capaz de retirársela de manera autónoma, no tendría que llevar», así como en aquellos momentos en que se cumplan medidas óptimas de distanciamiento y ventilación de espacios.
Los docentes tendrán que llevar ropa y calzado que utilizarán exclusivamente al centro y que tendrán que lavar como mínimo dos veces a la semana a 60 grados. Además, se recomienda la desinfección de las sillas de ruedas «en la entrada y la salida del centro».