Badalona
Un año de cárcel para un mosso que gravó a 17 compañeras en el vestuario con cámara oculta
El agente admitió los hechos, ha sido suspendido de trabajo un año y tiene que indemnizar las cada víctima con 4.000 euros
El agente I.P.S. ha sido condenado a un año de prisión por 17 delitos de revelación de secretos, con las atenuantes de confesión, reparación del daño y dilaciones indebidas. Así, el Supremo ratifica íntegramente la sentencia de la Audiencia y rechaza los recursos de la defensa y de la acusación particular. De hecho, el abogado de las agentes pedían el agravante de abuso de confianza. El agente también ha sido condenado a un año de suspensión como policía, 2.400 euros de multa y 4.000 euros de indemnización a cada agente, que ya pagó antes del juicio.
Durante el juicio, en septiembre de2018, el agente dijo que en aquella época, en 2015, tenía «problemas personales», y que entonces estaba pasando un «calvario personal y profesional». Las 17 agentes grabadas dijeron que se sentían «traicionadas» y «decepcionadas» con su compañero, con quien no quieren trabajar nunca más. El acusado se enfrentaba a una pena de 20 años de prisión y 15 de inhabilitación, además de tener que indemnizar a las víctimas.
En la memoria de la cámara se descubrieron 45 archivos del vestuario, en 18 de los cuales se veían algunas de ellas en ropa interior o mostrando partes de su cuerpo, aunque ninguna completamente desnuda. En su casa se encontró un disco duro con un vídeo gravado con teléfono móvil donde también se veían imágenes de sus compañeras en el vestuario.
Por su parte, las 17 policias afectadas explicaron que se reconocieron en una o varias imágenes de días diferentes, con ropa de invierno y de verano, cambiándose de ropa o medio desnudas. Todas explicaron que en su momento las afectó mucho, porque la cuestión salió en la prensa y muchos familiares, amigos o conocidos preguntaron si ellas salían a las imágenes. Incluso ciudadanos anónimos los preguntaban por la cuestión y algún mosso compañero las culpabilizó a ellas por «peseteras» y «arruinar la vida» del agente acusado.
Alguna de ellas explicó que era amiga del agente acusado y que este les había hecho comentarios sobre su aspecto físico, sin que llegaran a sospechar nada. Todas se sintieron «heridas», «vulnerables», «desprotegidas», y aseguraron que no quieren volver a trabajar con él.
La fiscalía pedía cuatro años de prisión y cuatro de inhabilitación como mosso por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, 11.520 euros de multa y 170.000 euros de indemnización a las víctimas, 10.000 para cada una. La acusación particular pedía 20 años de prisión, cuatro años por cada uno de los cinco delitos que considera, porque fueron las veces que habría movido la cámara, y 15 de inhabilitación. Aunque inicialmente pedía 4.000 euros para cada víctima, finalmente pidió 10.000 como la fiscalía.
Por su parte, la defensa pedía la absolución, o alternativamente siete meses y medio de prisión sustituibles por una multa de 270 euros, y una indemnización máxima de 4.000 euros por mosso, que ya ha pagado. Su abogado recordó que el acusado, que estuvo suspendido de empleo y sueldo durante un año pero ya vuelve a trabajar, cobra como agente raso, tiene hipoteca, está casado, tiene un hijo a cargo y ha tenido que pedir un préstamo para pagar los 68.000 euros de indemnizaciones. Así, dijo que hay que tener en cuenta las atenuantes de dilaciones indebidas, reparación del daño y confesión de los hechos.
La Generalitat, como responsable civil subsidiaria, no defendió al mosso, pero pidió que la indemnización no superase los 4.000 euros por víctima, porque si se aumentara, el resto lo tendría que pagar la administración, que no tiene seguro por delitos dolosos.