Incendios
«Si en junio deja de llover en julio podemos tener problemas»
Bombers disponen de un nuevo equipamiento en un helicóptero que permitirá «hacer un corte vertical para determinar las zonas más peligrosas»
«Ya nos gustaría empezar siempre con este nivel de lluvias», asegura el director de Prevención y Extinción de Incendios, pero añade que si después de mucha lluvia deja de llover «el combustible fino queda disponible» de manera que el sotobosque facilitaría la propagación rápida de los incendios.
Ya hemos tenido los primeros incendios de campos de cereales a pesar de la lluvia que ha caído, expone Pardo. Pero también hay previsiones de lluvia los próximos días. «Veremos cómo evoluciona, lo que sí es importante es que estemos mucho al acecho durante este periodo, tenemos que estar preparados», añade.
Los incendios de sexta generación son los más difíciles de lindar. Se trata de una tipología de incendios que con los recursos actuales los bomberos no se pueden apagar. En estos casos es fundamental determinar dónde situar los efectivos en cada momento. «No podemos poner los efectivos humanos y técnicos en riesgo por un par de hectáreas», indica.
Para evitar este tipo de incendios Pardo considera que lo más efectivo es llevar a cabo las medidas preventivas durante todo el año para llevar a la práctica la frase según la cual «los incendios se apagan en invierno». Por eso se han gestionado quemas controladas, desplegado nuevas bases para actuar más rápidamente, revisado los protocolos y estudiado los puntos de agua.
Para tener más garantías a la hora de afrontar los incendios de sexta generación también se ha apostado para dotar de una nueva tecnología un helicóptero con una especie de radar que podrá tener la visión vertical de los pirocúmulos, las nubes provocadas por los incendios, de manera que se podrá saber cuáles son las zonas más peligrosas del fuego en un momento determinado.
La decisión de prescindir de los 96 vigías se basa al «optimizar los recursos», según Pardo. Explica que según un informe de2019 de las 48 torres hay 11 que no cumplen los requisitos y que se tendrían que intervenir.
«No valía la pena mantener estas estructuras porque las podemos cubrir con otros elementos», indica. Defiende que las cámaras trabajan 24 horas al día durante todo el año y los vigías lo hacían 12 horas los meses de verano. Hay 15 cámaras en funcionamiento y durante el invierno se instalarán 15 más.
Con respecto a las medidas de prevención, Pardo destaca la necesidad «de animar a la gente de reforzar el mensaje de autoprotección». «La gente con su responsabilidad evita y nos ayuda a que un incendio se pueda hacer grande», expone. Pide a los ciudadanos que cuando vean columnas de humo avisen porque «todos somos responsables de la seguridad de este país», remacha.