El abogado de Puig dice que dotó a los Mossos de medios para «impedir» el 1-O y que no tenía funciones de mando
Afirma que no tuvo ningún «comportamiento sedicioso» y que sus competencias eran administrativas
Además, ha negado que Puig tuviera un «comportamiento sedicioso» ni que desobedeciera ningún orden. «¿Alguien se cree que lo que protagonizó Puig fue un alzamiento tumultuoso o que lo inició o que lo comandó? La respuesta es no», ha insistido.
Morales ha empezado su intervención recordando el peso de la sentencia del Supremo en todo el proceso y afirmando que la fiscalía, en su informe final, hace un reproche a su cliente. En este sentido, dice, atribuye connivencia a Puig por el hecho de no haber dimitido como lo hicieron el conseller Jordi Jané y Albert Batlle. «A partir de aquí cita teorías de estructuras de poder proyectadas en bandas terroristas. Lo que pasa es la Generalitat no es una estructura criminal», le ha recriminado.
El letrado también ha defendido que no es posible aplicar la comisión de omisión en el delito de sedición y que tampoco se pudría plantea otra forma de omisión. «¿Alguien se cree protagonizó un alzamiento tumultuoso, lo inició o lo dirigió?», se ha preguntado.
Un correo y ninguna llamada
Morales ha asegurado que Puig sólo va responsable un correo sobre el Plan|¡¡ Ágora con un ‘ok’ y que no forma parte del tráfico de llamadas analizadas durante el 20-S ni el 1-O. De hecho, ha recriminado al Ministerio Fiscal que no tenga en cuenta que sólo se lo incluye en la celebración del referéndum. «Tampoco estuvo en el Cecor aquel día», ha insisit.
El abogado ha remarcado que el hecho de no dimitir no está relacionado con qué diera apoyo a los hechos: «A la causa, no hay ni una sola manifestación política o ideológica de Puig». «Dijo que se quedaba por responsabilidad y para acabar el trabajo hecho», ha añadido. También ha dicho que trabajó para evitar ningún tipo de desvío de dinero para «actividades ilegales».
Atender las «necesidades extraordinarias»
Y es que, que según ha defendido, sus funciones eran sobre todo administrativas y relacionadas con la gestión de recursos. En este sentido, ha recordado que hizo las contrataciones de emergencia para el 1-O y que, tal como fijaba el requerimiento del TC, dotó de los recursos necesarios al cuerpo policial para impedir el referéndum. «Se atendieron todas las necesidades extraordinarias», ha remarcado.
«No consta en los archivos de la secretaría que diera ninguna instrucción a los Mossos en relación al 1-O y no podía ser de otra manera porque no tenía ningún mando operativo sobre ellos», ha insistido.
Un «comando informativo»
En relación en el correo donde informa a Jové de la actuación de la Guardia Civil en Unipost, dice que era «rutinario» que se diera información al secretario de vicepresidencia sobre las actuaciones que los Mossos –que daban apoyo a la Benemérita- estaban hecho. Y ha recordado que lo informó horas después que empezara el registro y que, en cambio, no lo hizo en otros casos porque los Mossos no participaban. «Cèsar Puig no era un comando informativo», ha insistido.
Sobre las instrucciones de la fiscalía, ha dicho que era normal que se comunicaran entre los cúpulas de los Mossos y de Interior porque comportaban una «movilización institucional muy grande que tenían que concertar ambas administraciones».
Con todo, Morales ha dicho que su cliente no se comportó como un «sedicioso» ni desobedeció y ha pedido la absolución.
El turno de la última palabra
Antes de que el juicio quedara visto para sentencia, la magistrada Concepción Espejel ha gritado uno a uno los acusados para preguntarles si querían hacer uso del último turno de palabra. Trapero, Laplana, Soler y Monte, sin embargo, han renunciado.