Consumo
El consumidor puesto covid-19 será más ético y más digital
La crisis impulsa el comercio local y responsable, la reducción del despilfarro y la digitalización de la vida cotidiana
En este contexto, la directora del ACC, Beth Abad, ha apuntado que «hará falta ver si con el tiempo se consolidan las tendencias que nos dibuja el estudio, ya que su alcance dependerá de factores diversos, como el impacto de la crisis sanitaria en la economía o, entre otros, de la capacidad y la adaptabilidad a la nueva normalidad por parte de empresas y consumidores». «El que sí que parece que ha venido para quedarse es el teletrabajo y todo apunta que este hecho tendrá un impacto en nuestros hábitos de compra», ha remarcado Abad.
La crisis de la covid-19 ha actuado de acelerador en la digitalización de muchos aspectos de la vida, a pesar de que de otras tendencias ya presentes en el periodo pre-confinamiento como ahora los hábitos saludables, el consumo responsable, la compra de producto local o el comercio de proximidad también han encontrado en la situación vivida una manera de consolidarse.
Por otra parte, hay comportamientos que han nacido a consecuencia de la pandemia y parecen más «transitorios», como la exigencia por parte del consumidor de un consumo seguro o la aparición de la compra de pánico, actitudes que según el estudio se irán enfriando a medida que la situación avance hacia la nueva normalidad. El documento apunta que «el cambio de hábitos provocado por el teletrabajo, aunque se considera fruto de la covid-19, parece que ha venido para quedarse» y prevé una serie de cambios en el consumo relacionados con el hecho de estar más en casa (tipo de compras y consumos, horarios, movilidad, etc.).
También se observan dos aspectos que han nacido con la crisis, pero que no está claro que duren en el tiempo: las nuevas actitudes circunstanciales, tanto positivas como negativas, y la crisis económica. Y es que, aunque parece que el consumidor cada vez tiene más conciencia de la importancia de hacer un consumo más ético, durante la crisis también se han detectado actitudes negativas como el descenso del reciclaje. Además, la bajada del poder adquisitivo de muchas familias podría acabar provocando un nuevo cambio de prioridades, con compras centradas en el precio.
Ante las conclusiones del estudio y con el objetivo de fomentar y reforzar actitudes éticas hacia el consumo, de manera que sea sostenible, de proximidad, crítico, solidario, consciente, y no sexista, la Generalitat ha emprendido este mes de junio la campaña 'El consum responsable depèn de tothom' a través del ACC.