Diari Més

Un pueblo pirenáico regala un 'kit' para celebrar Sant Joan en casa a los vecinos

El municipio de Vilaller regala un lote con una falla tradicional, coca y vino a cada familia

La Comisión de fiestas de Vilaller y la brigada municipal preparados para repartir el lote de fallas, coca y vino a todos los vecinos del pueblo.

Un pueblo pirenenc regala un 'kit' para celebrar Sant Joan en casa a los vecinosACN

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Vilaller, en la Alta Ribagorça, ha regalado un lote con una falla, coca y vino a cada familia del municipio para celebrar la verbena de Sant Joan desde casa. Esta noche tenían que hacer la tradicional bajada de fallas pero por motivos de seguridad y para priorizar la salud de las personas se suspendió ya hace un mes. Maria José Erta, alcaldesa de Vilaller, ha explicado que se han repartido unas fallas de unos 80 centímetros con el objetivo que los vecinos «tengan un recuerdo de esta fecha» y que de manera simbólica la llama no se apague. Todos los vecinos que han recibido el lote han coincidido al destacar que es un «día triste» para el pueblo pero se han mostrado agradecidos por el detalle del Ayuntamiento y han coincidido en que suspender la fiesta ha sido una decisión acertada.

La Comisión de fiestas y la brigada municipal han ido casa por casa entregando el lote a todos los vecinos. La falla que se ha regalado a las familias es la misma que llevan|traen los más pequeños el día de la fiesta. Yerta ha recomendado a todos los vecinos que se la guarden de recuerdo y no lo enciendan.

Todos los pueblos fallaires han suspendido la tradicional bajada pero todos ellos han pensado algún acto simbólico. Los que ya han celebrado la fiesta como Durro (Alta Ribagorça), la Pobla de Segur(Pallars Jussà) o Sort (Pallars Sobirà) han celebrado una bajada simbólica encendiendo un número muy reducido de fallas y sin abrir la fiesta al resto de la población. El objetivo de todos los pueblos fallaires es que la llama no se apague y que el próximo año esté más viva que nunca.

Yerta ha recordado que con coca y vino es con el que se obsequia los fallaires cuando llegan con la falla encendida al pueblo, después de un duro trayecto desde la montaña, y a todos los vecinos que los reciben.

En algunos pueblos del Pirineo la fiesta de las fallas reúne hasta 4.000 visitantes y es este volumen de gente el que preocupa a los ayuntamientos y asociaciones de fallaires no poder controlar. Pueblos como Isil o Alins, en el Pallars Sobirà, celebraban esta noche la bajada de fallas. Este año piden a la gente que no se desplacen hasta estos pueblos porque no habrá ninguna celebración.

La UNESCO reconoció el 1 de noviembre del 2015 las fiestas del fuego de 63 municipios de Catalunya, Andorra, Occitania y la Franja como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Todas estas fiestas tienen orígenes muy antiguos, precristianos de culto al sol muy relacionadas con el éxito de las cosechas y la llegada del buen tiempo con el solsticio del verano. No obstante, algunas también se relacionan con la fecundidad, echar a los malos espíritus o los rituales solares.

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