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El azafrán de la Conca de Barberà: un producto «diferenciado» y «selecto» servido en los restaurantes de estrella Michelin

Una decena de personas participan en la plantación del oro rojo en Montblanc

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ACN

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Desde hace doce años, un grupo de productores cultivan artesanalmente azafrán en la Conca de Barberà para recuperar el cultivo que se había dejado de producir hace casi un siglo en Cataluña. Los campesinos producen cuatro kilogramos anuales de esta especie tan preciada que se sirve a una decena de restaurantes con estrella Michelin. Hacen falta 200 flores para elaborar un gramo de este condimento natural que se usa como especie aromática y colorante. «Intentamos sacar un producto diferenciado en calidad. Es un azafrán de mucha calidad y muy selecto», ha precisado Joan Cartanyà, uno de los socios de la empresa Perfumes. Este sábado, una decena de personas han participado en la plantación de bulbos hecha en una finca de Montblanc. La cosecha se recolectará en otoño.

Desde la época medieval y hasta a principios del siglo XX, el cultivo de azafrán fue muy importante a la comarca de la Conca de Barberà. Por eso, un grupo de campesinos, actualmente una quincena, puso en marcha el proyecto de recuperación de este cultivo bajo la marca comercial de Perfumes. Según explica Cartanyà, cuando reanudaron la actividad sólo había plantaciones en Teruel y Castilla la Mancha. «Se ha ido recuperando, poco a poco. Es un cultivo complicado, porque tiene unos costes muy elevados de mano de obra, sobre todo a la hora de la recolección,» ha detallado. «Como tenemos competencia de países de mano de obra mucho más barata, lo que intentamos es sacar un producto diferenciado, con mucha calidad», ha señalado Cartanyà.

Los bulbos de azafrán se plantan entre los meses de julio y septiembre y se cogen a finales de octubre o comienzos de noviembre. Las plantaciones tienen cinco años de vida y, un golpe pasado este tiempo, los bulbos se replantan en otro terreno, dejando descansar el campo entre seis y siete años. De hecho, la producción del oro rojo se incrementa cada año, exceptuando el quinto, que es cuando decae la cosecha. Los campesinos necesitan 200.000 flores para producir un kilogramo de azafrán.

Según Cartanyà producen cuatro kilogramos de azafrán anualmente, que plantan en medio hectárea. Aquí tenemos 3.000 metros cuadrados y el resto lo hacemos a través de un proyecto colectivo, con otros campesinos, familias o pequeñas empresas agrícolas. Tenemos certificación ecológica, que es otro hecho diferencial, porque hay muy poco de ecológico», ha completado el productor.

Producto de proximidad, servido en los restaurantes de estrella Michelin

Los cultivadores envasan y comercializan su azafrán. El 80% de la producción se distribuye en el sector de la restauración. En concreto, a diez restaurantes de estrella Michelin, a una veintena de establecimientos 'slow food' y a casi una treintena de restaurantes de gama media- alta. Venden el azafrán a 12 y 13 euros el gramo, un precio intermedio entre los 5 euros del proveniente de Irán y los 25 euros del francés.

Plantación en familia

Una decena de personas han participado esta mañana en la plantación de bulbos que se ha hecho en una de las fincas de los cultivadores en Montblanc. Una de ellas, es Montse, que acompañada de su bebé y pareja, ha plantado toda una hilera. «La actividad es muy interesante y una experiencia enriquecedora», ha opinado. La jornada se enmarca en el ciclo 'Vivo Montblanc con familia', organizado por la oficina de Turismo. La iniciativa quiere promover el turismo familiar y las actividades en torno a los productos del territorio.

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