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Los subcontratados por Nissan preparan la vuelta a la actividad con muchas dudas

Los empleados reclaman que se les tenga en cuenta en el proceso de reindustrialización para salvar los puestos de trabajo

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Después de más de tres meses parada, la producción de vehículos en las plantas de Nissan en Cataluña se reanudará el próximo 31 de agosto. A pesar de todo, las dudas invaden buena parte de la plantilla subcontratada por la automovilística, que acudirá al trabajo con la incógnita de no saber la cual acabará pasando con su futuro. Esta misma semana, Nissan envió un comunicado donde se comprometía a «garantizar la actividad» y tener en cuenta a los proveedores de cara a la reindustrialización. Desde los sindicatos, sin embargo, no lo ven claro. «Decir que estamos preocupados es quedarse corto», apunta el delegado del comité de empresa paraUGT de Tachi, Francisco Ruiz, quien ve peligrar el millar de puestos de trabajo que dependen directamente de la automovilística.

La empresa más afectada por el cierre de Nissan es Acciona, que se dedica a tareas de almacenaje, logística y suministro a las diferentes líneas de producción de las plantas situadas en la Zona Franca y Sant Andreu de la Barca (Baix Llobregat). La compañía multiservicio suma más de 500 empleados a la automovilística, la mayoría en la fábrica de Barcelona (en la planta de Nissan de Sant Andreu hay en torno a 50 trabajadores de Acciona).

A estas alturas, la situación entre la dirección de Acciona, los trabajadores y Nissan está tensa. La semana pasada, la compañía multiservicio anunció un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a toda la plantilla que trabajaba para Nissan a pesar de tener contrato con la automovilística hasta marzo de 2021. El fabricante japonés dijo que la ruptura de las relaciones era «injustificada» y añadió que está analizando alternativas para cubrir el vacío. De hecho, las decisiones de Acciona han obligado a aplazar el inicio de la producción de vehículos al menos una semana (estaba previsto que la fabricación arrancara este lunes 24 de agosto).

Aparte, también hay que tener en cuenta la lucha de los trabajadores, los cuales afirman que se encuentran «desconcertados» y que están dispuestos a luchar «con todas las fuerzas» por mantener sus puestos de trabajo. «Nosotros queremos seguir trabajando, formar parte del plan de reindustrialización y conseguir las mismas condiciones que los trabajadores de Nissan», explica el representante del comité de empresa de UGT, Javier Trenado.

Hasta ahora, Acciona se había limitado a ofrecer recolocaciones a los trabajadores afectados por el ERE, una propuesta que no convenció en la plantilla (se les quería trasladar a sectores con convenios donde la remuneración era inferior a la industria). Ahora, y con el ERE sobre la mesa, comité de empresa y dirección empezarán un periodo de consultas para intentar resolver la situación.

Marelli, la primera subcontratada que llegó a un acuerdo

Marelli es otro de las empresas subcontratadas con un fuerte peso dentro de las plantas de Nissan. El grupo (antes Calsonic) se encarga de hacer los tubos de escape y la parte que se encuentra bajo el cuadro de mandos de los vehículos. Según datos facilitados por los sindicatos, la empresa tiene un centenar de trabajadores en la fábrica de la Zona Franca y 77 más en una planta en Santa Margarida (Alt Penedès) que trabajan exclusivamente para Nissan.

A estas alturas, Marelli es la única empresa dondetrabajadores y dirección han llegado a un acuerdo después de que Nissan anunciara el cierre de las plantas en Cataluña. El grupo italiano pactó un ERE de 54 trabajadores, que cesarán su actividad entre el 31 de agosto y el 31 de diciembre en función de las necesidades productivas. La indemnización pactada contempla una compensación de 42 días por año trabajado más uno lineal de 8.000 euros con un tope de 30 mensualidades. Estas condiciones se harán extensivas al resto de la plantilla en caso de que se produzca cualquier despido hasta marzo de 2022. El presidente del comité de empresa, David Calatayud, cree que el acuerdo les ofrece «cierta tranquilidad», aunque también muestra sus dudas en torno al plan de reindustrialización. «Dudo de que si viene otra empresa a la Zona Franca pueda dar trabajo a tanta gente; la preferencia será para los trabajadores de Nissan, y eso nos perjudica enormemente», comenta.

Al mismo tiempo, Calatayud lamenta que las condiciones del ERE pactadas entre dirección y trabajadores podrían haber sido mejores si se hubieran fijado después del acuerdo entre Nissan y sindicatos. «Éramos la primera empresa que negociábamos, y teníamos mucha presión», reconoce. A pesar de todo, Calatayud asegura que su intención es seguir luchando para que las empresas subcontratadas, entre ellas Marelli, formen parte de la reindustrialización de las plantas.

Magna y Lear, inmersos en la incertidumbre

Magna y Lear son las empresas que se dedican a la fabricación de asientos para los diferentes modelos que Nissan produce en la Zona Franca. La primera, con 66 empleados trabajando únicamente por la automovilística, se encarga de los asientos de las 'pick-up'. La segunda, con un centenar de personas trabajando para Nissan, hace asientos para la furgoneta NV200.

En el caso de Lear, la empresa presentó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a todos su plantilla, comprometiéndose a abonar hasta un 80% del salario de los trabajadores y respetar las vacaciones y las pagas de forma íntegra. Con respecto a Magna, los trabajadores también están en un ERTO de bastante mayor y no pueden ser despedidos, al menos, hasta el mes de noviembre.

Aunque los representantes sindicales aseguran que la dirección de Magna ha querido trasladar su compromiso verbal a los trabajadores, la situación les preocupa. «Vivimos apartados de la realidad de Nissan; tenemos la incertidumbre de no conseguir un acuerdo similar al suyo, pero nuestra lucha se basará precisamente en eso», apunta al presidente del comité de empresa de Magna, David Ribas. En este sentido, pide a las instituciones políticas que se les tenga en cuenta sea cuál sea el plan de reindustrialización que se acabe definiendo. «Si por ejemplo viene un productor de patinetes eléctricos, quizás no habrá trabajo para todos nosotros; eso también requerirá soluciones», dice.

Tachi rechaza de lleno las indemnizaciones

La situación parael personal de Tachi también es crítica. La empresa nipona, que se dedica a montar las estructuras metálicas y las tapas de plástico de los asientos, hace sólo seis años que trabaja con Nissan. Para el delegado del comité de empresa de UGT, Francisco Ruiz, el futuro del personal sólo pasar para formar parte del plan de reindustrialización. «Para nosotros no existe un plan de indemnizaciones, porque estamos hablando de cantidades ridículas», explica. «Para una persona de más de 50 años, una indemnización de 20 días por año trabajado con un salario muy bajo y poco tiempo en la empresa es una ruina total», subraya.

A estas alturas, el comité de empresa todavía espera reunirse con la dirección para aclarar el futuro de los trabajadores. En total, Tachi tiene 41 empleados subcontratados por Nissan, de los cuales un 27% tienen más de 51 años.

La plantilla de Gestamp, sin noticias

Gestamp tiene 185 trabajadores en Cataluña, un 75% de los cuales se encargan de fabricar componentes para Nissan. A partir de los próximos días está previsto que se incorporen un centenar de empleados que hasta ahora estaban en ERTO. Aunque los sindicatos han transmitido a la dirección sus inquietudes, la empresa todavía no les ha hecho ningún tipo de concreción. «A nosotros nos han dicho que oficialmente seguimos trabajando para Nissan», comenta el secretario general del comité de empresa, Rafa Rosa. «Más allá de l'ERTO que pactamos con la dirección, no sabemos nada del tema de la reindustrialización», lamenta. Rosa admite que está preocupado por lo que pueda pasar cuando se marche de Cataluña y pide que se preste más atención a los proveedores. «El acuerdo de Nissan nos parece muy bien, pero a los proveedores no nos vale, defensa.

Una demanda por cesión ilegal

Aparte de la preocupación que reina entre todas las empresas subcontratadas, algunos trabajadores decidieron interponer una demanda en Nissan. A través del Colectivo Ronda, en torno a 300 empleados denunciaron al automobolística por cesión ilegal de trabajadores. Según el abogado de la asociación, Josep Pérez, la situación de las empresas subcontratadas está «en un punto límite» y reclama la necesidad de que se aclare el futuro de las personas que se enfrentan a una pérdida de sus puestos de trabajo.

Es por eso que Pérez reclama que Nissan también se siente a las mesas de negociación que mantendrán las empresas subcontratadas con los diferentes comités de empresa. «Mientras había trabajadores que celebraban con cava el acuerdo de Nissan, el personal de las empresas subcontratadas seguía muy preocupado», concluye.

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