Economía
Los organizadores de bodas registran una caída de facturación del 85%: «Nos consideramos un sector catastrófico»
Las empresas se reivindican como «seguras» y critican la reducción de mesas a seis personas y la prohibición del baile
La obligación de reducir las mesas a seis personas ha sido «la gota que ha hecho tirar el vaso». «Muchos novios, si tenían dudas sobre si celebrar la boda, se han decantado por no hacerlo», explica el director general y propietario de Cal Blay – empresa dedicada a los caterings y la organización de acontecimientos-, Santi Carda.
El decreto del estado de alarma comportó el aplazamiento de casi todos los acontecimientos y el sector esperaba una recuperación en el segundo semestre. «Teníamos la esperanza de que vendía el buen tiempo y que los acontecimientos se podrían hacer», afirma Carda.
La realidad ha sido diferente y las nuevas restricciones han conducido a una «caída de bodas importantísima» a partir de julio, un mes «nefasto» para el sector. «Este año sólo se están celebrando un 30% de las bodas que tendrían lugar en un año normal», afirma la cofundadora y directora general de Bodas.net, Nina Pérez.
De cara a los próximos meses y hasta marzo del próximo año el sector ya no tiene previsiones de celebrar más bodas. «Estamos en una situación muy delicada, porque nos quedan muchos meses por anticipado», afirma Carda. Su grupo facturó cerca de ocho millones de euros el año pasado y prevé cerrar este año con una cifra de negocios de 1,5 millones. «Si no se pueden generar ingresos, muchas empresas pondrán el candado definitivamente», advierte. Minguell calcula que es posible que un 50% de las compañías del sector cierren si no se aplican medidas de aquí a finales de año.
«Nuestro objetivo y nuestra esperanza se encuentra en las bodas de 2021 y 2022», afirma la directora general de Bodas.net. El año que viene está «bastante lleno» para las bodas previstas por el mismo año y los pospuestos a consecuencia de la pandemia y muchas parejas ya están fijando fechas para el 2022.
Cal Blay, por ejemplo, celebra 200 bodas anuales por término medio. De cara el próximo año, tiene 220 contratadas. Sin embargo, Carda asegura que en el 2021 las empresas del sector no generarán muchos más ingresos. «A nosotros ya nos gustaría, pero no es viable», lamenta. La concentración de las bodas en fines de semana de buen tiempo limita la actividad de los organizadores de bodas y hará difícil compensar las pérdidas de este año.
La situación sanitaria también ha provocado un cambio en los formatos de los acontecimientos. «El más significativo es el descenso del número de comensales», explica al director general de Cal Blay. Las restricciones impuestas por las autoridades, las limitaciones de aforo o la imposibilidad de hacer viajes internacionales han provocado una reducción en el número de invitados.
»Podem hablar de 'microweddings' o bodas íntimas y también por fases, ya que muchas parejas deciden que harán una segunda celebración mayor con el resto de invitados cuando estas se puedan celebrar sin restricciones,» explica Pérez.
La directora general de Bodas.net reclama a las administraciones que consideren el sector con características diferentes de la restauración y el ocio nocturno. «Los asistentes están totalmente localizados y la trazabilidad está muy controlada», resume. Además, el presidente del AEGECat afirma que la mayoría de los invitados son grupos de convivencia de los novios.
Minguell considera que los créditos ICO son «válidos» pero recuerda que no deja de ser endeudamiento externo que se tendrá que devolver con intereses. Ante esta situación, reclama una liberación o rebaja del pago de los alquileres y un finiquito de impuestos como el IVA o IRPF.
Carda, por su parte, reclama ayudas pero remarca la importancia «de especificar bien» las nuevas normativas. «Cuando dicen que no se pueden hacer reuniones de más de seis personas, la gente automáticamente piensa que no se pueden celebrar bodas o no hacer banquetes», explica. El director general de Cal Blay pide trasladar a la población un mensaje comprensible y avisa de que la confusión «disminuye» todavía más la salud del sector.