Moda
Las marcas de moda sostenible crecen un 23% en el último año y la pandemia acelera la apuesta por la proximidad
Comerç defiende la sostenibilidad y digitalización para impulsar las marcas catalanas a escala internacional
De hecho, estas han crecido un 23% en Cataluña en el último año y un 21% a todo el Estado. «Cada vez son más las empresas que incorporan el concepto de sostenibilidad en el posicionamiento de marca», afirma Vilalta. La pandemia ha impactado positivamente en este tipo de compañías porque ha reforzado la apuesta del consumidor por productos de proximidad.
La crisis del coronavirus ha provocado un impacto «contundente» en el sector de la moda, con descensos de las ventas de hasta el 40%. Sin embargo, «las empresas que han apostado por valores de sostenibilidad han tenido un elemento de crecimiento», explica la directora general de Comerç. «La gente se ha volcado a valorar el producto y la fabricación local. El cambio que se había empezado a hacer en el sector de la alimentación, ahora ha dado el salto a la moda», explica la diseñadora de Iaios, Gemma Barbany.
La empresa se creó en el 2016 y produce jerséis hechos a partir de hilo regenerado, recuperado de los recortes de fabricaciones textiles. «El hilo lo compramos en Olot, el tejido y la confección la hacemos en Igualada, y nosotros diseñamos y distribuimos el producto desde Granollers», afirma Barbany. La compañía ha aumentado las ventas con respecto al año pasado y, durante el confinamiento ha podido parar el golpe» gracias a la venta en línea.
El incremento de estas empresas también ha ido acompañado del denominado 'greenwashing'. «Sólo una de cada ocho empresas que dicen ser sostenibles llevan a término más prácticas que producir con material reciclado, afirma Eiriz. Por este motivo, Ethical Time ha desarrollado un certificado con el objetivo de distinguir qué marcas son realmente sostenibles.
Para el director general de la compañía, la sostenibilidad va mucho más allá de los materiales, y tiene también en cuenta donde se producen las prendas de ropa, qué recursos híbridos y energéticos se consumen para producirlas, cuál es su vida útil e, incluso, qué condiciones laborales hay detrás de la cadena de producción. Eiriz denuncia que, a diferencia de la industria de la alimentación, el sector de la moda no está regulado y, por lo tanto, los consumidores no pueden diferenciar con claridad qué empresas son realmente sostenibles.
Infinito Denim es una de las empresas que ha obtenido el certificado de sostenibilidad de Ethical Time. Creada en el 2016, la compañía surgió con el objetivo de reutilizar los tejanos una vez finalizara su vida útil por hacer complementos como mochilas o cojines. Este año, la empresa ha desarrollado un tejido propio, formado en un 30% del residuo de los tejanos, y ha lanzado la primera colección de moda.
En este caso, la trazabilidad también es muy pequeña. «El residuo lo sacamos de Barcelona, lo llevamos a Olot a triturar, lo hilamos en Vic y lo tejemos en Mollà», explica la cofundadora de la marca, Montse Bayen. Además, tienen un taller propio donde elaboran parte de la producción, principalmente complementos, y crean un tejido «totalmente uniforme» que puede ser reciclado una vez finaliza la vida útil de la pieza.
El sector textil es el segundo más contaminante del mundo, por detrás del petróleo. «Cada año se emiten 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a escala global, el 10% de los gases de todos los sectores,» explica Eiriz. Ante esta situación, la cofundadora de Infinito Denim propone tender ningún a la moda circular, la «uniformidad» del tejido y la producción local. «La moda sostenible es una apuesta por más precio, menos cantidad y más calidad», añade Barbany.
Para la consolidación de la moda sostenible en el sector, las marcas piden una mayor regulación y una apuesta clara de las administraciones por el pequeño comercio. «Quedamos pocos y, si desaparecemos, sería un desastre en el ámbito económico», afirma la diseñadora de Iaios.
Por su parte, la Generalitat trabaja en la promoción de la sostenibilidad y la digitalización como elementos clavepara posicionar el sector de la moda catalana a escala internacional. «En Cataluña tenemos un polo de creatividad y diseño importantísimo, y nos lo tenemos que creer», afirma Vilalta. Recientemente, Comerç también ha impulsado la primera aceleradora de moda y trabaja para promover que las empresas puedan acceder a la formación en digitalización.
»La digitalización ha ayudado mucho a incorporar valores de sostenibilidad», explica Vilalta. En concreto, se ha referido a cómo las herramientas tecnológicas pueden ayudar a controlar la reducción de emisiones o mejorar la eficiencia energética, así como producir tejidos de un único material, más fáciles de reciclar.
«Nuestra finalidad es promover la moda catalana para fortalecer la estructura de la empresa del país y tener un mercado muy amplio y, en estos elementos de promoción, incorporar valores necesarios, como empresas con herramientas digitales que puedan ser más sostenibles», resume la directora general de Comerç.