Policial
Detienen a cinco personas de un clan familiar dedicado a robos violentos de relojes y joyas a personas mayores
El valor de los objetos sustraídos llega a casi 87.000 euros.
Según el cuerpo, entre junio y agosto tuvieron conocimiento de siete robos en diferentes puntos del territorio catalán a personas mayores en la calle. Durante estos dos meses hubo robos de joyas|gozos y relojes a personas mayores en Sitges –en dos ocasiones-, a Pesar de d Mar, Sant Cugat del Vallès, Calonge y Sant Andreu de Llavaneres. A raíz de estos hechos pusieron en marcha una investigación.
Después de un paro a finales de verano, a principios de noviembre se volvió a reactivar la actividad, concretamente con tres robos en Sant Quirze del Vallés, Calonge y Castelldefels. Precisamente estuvo en la última localidad cuando el pasado 25 de noviembre tres de las personas investigadas abordaron a un hombre mayor para quitarle el anillo y el reloj que llevaba sin poder conseguirlo. Poco después de este hecho los investigadores interceptaron a los autores en Barcelona, y los detuvieron.
A raíz de las detenciones se hicieron dos entradas en Barcelona, en domicilios de dos personas investigadas que también quedaron detenidas y donde se encontraron varias joyas|gozos sustraídas, dinero y ropa que se ve en las imágenes registradas durante los robos. También se intervinieron cuatro vehículos con los que actuaban.
El valor total sustraído por parte del grupo criminal es de casi 87.000 euros de precio de compra, aunque se tiene que tener en cuenta que en los casos de los relojes muchos modelos ya no se fabrican y que actualmente el valor sería más elevado ya que se podrían considerar «piezas de coleccionista».
Los detenidos pasaron a disposición judicial el pasado 27 de noviembre ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú. La magistrada decretó el ingreso en la prisión de los cinco.
Modus operandi
A partir de estos hechos empezaron una investigación y vieron que siempre un hombre o una mujer se acercaba a la víctima a precio o en vehículo, le pedía una dirección de algún establecimiento y acto seguido lo atacaban con violencia para sustraerle el reloj o algún tipo de cadena o colgante de oro. Habitualmente eran las mujeres del grupo las que atacaban a las víctimas, si bien si no conseguían su objetivo, salía el hombre del vehículo y finalizaba el robo. Una vez consumado, huían del lugar rápidamente y en el mismo vehículo con el que habían llegado.
El grupo de autores pertenecían a un mismo clan familiar, mientras que los vehículos que utilizaban iban a nombre de testaferros de nacionalidad rumana como ellos, aunque enseguida los volvían a vender con el objetivo que no se les vinculara con ellos y los hechos que cometían.