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Solidaridad

Las ONG sufren una caída de ingresos

Lafede.cat prevé bajadas en la financiación privada de hasta el 30% por término medio en las entidades que representa

Imagen de uno de los talleres organizado por la AECC

Las ONG sufren una caída de ingresosACN

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La pandemia ha afectado a todos los sectores de la sociedad, también aquellos que, precisamente, son los que se ocupan de ayudar. Las ONG catalanas sufren por las caídas de ingresos que registrarán este 2020, justo un mes antes de cerrar el ejercicio. Y es que gran parte de los ingresos de estas organizaciones provienen de fondo privados, ya sean cuotas de socios o bien donaciones en actos de captación. Es justamente de estas actividades de las que más se han resentido porque las restricciones por la covid han provocado una avalancha de cancelaciones, y a pesar del intento de digitalización no han podido salvar los números. De hecho, según Lafede.cat, que agrupa cerca de 120 ONG, sus entidades podrían sufrir una caída del 30% en la financiación privada por término medio.
Los Pallapupas son sólo un ejemplo de la situación del sector. La entidad de payasos solidarios prevé una caída del 20% a su presupuesto total. Sus cuentas, de 1 millón de euros aproximadamente, se basan en un tercio en financiación pública, un tercio en donativos privados y cuotas de los socios y un tercio en las actividades de recaudación. Ha sido sobre todo la cancelación de estos actos que los ha dejado tocados.

En declaraciones a ACN, la responsable de Sensibilización y Captación de la organización, Anna Verbon, explica que han tenido que cancelar actividades como el 'Un dia de nassos', que se celebra cada junio en parques de ocio y de ocio y mediante el que llegaban a unas 50.000 personas, mientras que actividades como maratones de las que eran beneficiarios también se han tenido que detener. «Está siendo un trabajo constante de caer y levantarse», dice.

En el caso de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Barcelona, su gerente, Àngela Sánchez, relata que si la entidad ha podido mantener su misión ha estado precisamente gracias a las cuotas de los socios, sin prácticamente sufrir bajas. En su caso la caída de ingresos por acontecimientos de recaudación ha sido significativa: la captación se ha desplomado entre un 70% y un 80%, y el principal motivo es que se han visto forzados a dejar de hacer actos presenciales como la Noche Solidaria del Cáncer, que en el 2019 consiguió más de 250.000 euros.

También las aportaciones de empresas se han reducido, aunque Sánchez admite que creían que sería una bajada mayor y finalmente sólo ha sido del 10%. En total, calculan que sus ingresos totales bajarán entre un 30 y un 40%, a falta de cerrar el ejercicio.

A pesar de las evidentes dificultades económicas, la directora de Lafede.cat, Montse Santolino, dice a ACN que de momento «no hay serios problemas» en el sector. La cifra orientativa de la situación, dicen, es que los trabajadores en ERTO a las entidades que representan han sido del 15% del total, «una parte pequeña» del sector.

Save the Children, un caso «atípico»

Toda regla tiene sus excepciones, y un claro ejemplo dentro del sector es Save the Children. Su director en Cataluña, Antoni Pérez, dice a ACN que este año calculan que tendrán un 20% más de ingresos del mundo privado, en «uno de los mejores años» de recaudación. Pérez admite que este es «un caso muy atípico» y «una excepción» entre las ONG catalanas y remarca que los buenos resultados han sido por|para la rápida reacción que tuvieron cuando se empezó a avistar la crisis, cuando activaron toda su red de contactos forjados durante años para asegurar los recursos habituales y encontrar nuevos.

En su caso, la subida viene dada sobre todo por las donaciones de empresas, especialmente las de sectores como el agroalimentario que han tenido beneficios durante la epidemia. Además, cree que el hecho de compaginar proyectos internacionales y actividades en el Estado les ha permitido obtener recursos desde sectores con perfiles diversos y asegura que, a raíz de la pandemia, empresas que colaboraban con recursos para otros países ahora han decidido aportar recursos también al Estado. «Ha habido una oleada de solidaridad muy grande», resume.

Sin embargo, también han encontrado problemas en su día a día y han visto cómo muchos de los programas que hacían a escuelas se han tenido que detener. Uno de los grandes inconvenientes, dice Pérez, ha sido la brecha digital, y aunque Save the Children entregó unas 1.200 tablets y conectividad a niños del Estado al inicio de la crisis, se han encontrado con mucho «analfabetismo digital». Además, aunque asegura que la entidad hizo la transición digital «al vuelo» ahora tienen que encarar el reto para que sea «pedagógicamente válida» y pueda seguir teniendo un buen impacto en los chiquillos.

Pasos rápidos hacia la digitalización

Para todos, la receta ha estado clara: reinventarse y abrazar la digitalización para seguir recaudando. Un ejemplo de esta conversión a la red ha sido el 'All Together Week' del AECC, unas jornadas online celebradas del 16 al 26 de noviembre y que han contado con charlas, actuaciones de famosos, subastas y conciertos. Aunque la valoración que la entidad hace es muy positiva, especialmente a nivel de difusión de la marca, el 'All Together Week' no ha podido competir con respecto a recaudación con el acto estrella del AECC que intentaba compensar, la Noche Solidaria del Cáncer.

En el caso de Save the Children, tenían prevista una colaboración con la 'Bridal Fashion Week', que se tenía que celebrar en la Feria de Barcelona del 20 al 26 de abril. Para intentar mantenerla, se aplazó a junio, y a las puertas del verano, con una situación que no mejoraba, se acabó cancelando y se optó por hacerla digital. Pérez lamenta que era una feria donde habían depositado «muchas esperanzas y meses de trabajo» y que acabó dando unos beneficios menores a los esperados.

La virtualidad contra «la piel»

La pandemia no ha afectado sólo a los recursos económicos de las ONG y evidentemente también ha dejado una fuerte huella en su tarea social del día a día. «Los primeros meses hubo unparón absoluto, no se pudo hacer ninguna actividad», dice Santolino. De hecho, asegura que las entidades vivieron un «estruendo en la gestión diaria» y señala que ahora, que ya se pueden hacer algunos actos, todavía arrastran problemas por actos pendientes de que se tienen que reconvertir y reprogramar.

En el caso de los Pallapupas, cuando estalló la pandemia quedaron automáticamente fuera de los hospitales, su espacio principal de actuación, porque eran un punto de riesgo donde había que evitar la entrada de casos. Ante la situación, los artistas pusieron en marcha 'la Operación Contagio', que es como llamaron a todo su proceso de digitalización de la actividad. «Lo hicimos todo intuitivamente y una pizca como pudimos», admite Verbon, que remarca que muchos de los payasos no tenían los conocimientos para virar la actividad a la virtualidad e hizo falta un gran proceso de formación. Así, pasaron los esquemas en la pantalla y los hicieron llegar a hospitales y residencias a través de directos de Instagram, cápsulas de vídeo o bien por la megafonía de los centros.

A pesar de los esfuerzos por «no dejar a los pacientes solos», Verbon admite que la virtualidad «no tiene nada que ver». «Nuestro trabajo es tan 'de piel' que es muy difícil a través de una pantalla, por muchas horas que dediquemos el impacto no es el mismo», lamenta. Ahora, con la reapertura progresiva han podido recuperar parte de la actividad presencial, aunque no toda, y asegura que «luchan día a día» para poder volver a los hospitales.

El AECC también ha tenido que adaptar a su modelo de apoyo y asistencia a enfermos de cáncer y familiares, y ahora la hace o bien en espacios seguros y con todas las medidas de prevención de contagios o bien de manera virtual. Sánchez celebra que han podido mantener la calidad del servicio y dice que en algunos casos incluso ha mejorado, ya que los enfermos se pueden ahorrar el trayecto y hacerlo desde casa si no se encuentran bien.

Este cambio de modelo, sin embargo, también ha afectado en el papel que tenían a los voluntarios dentro de las entidades. De hecho, como apunta laAECC, muchas de las personas que hacían voluntariado son personas mayores y, por lo tanto, de riesgo, de manera que tampoco podrían participar en actividades presenciales. En su caso han optado por trabajar al voluntariado telefónico, con lo que pretenden combatir el cierto «desencanto» entre los colaboradores que tienen ganas de seguir haciendo trabajo. Precisamente esta es la máxima preocupación de Lafede.cat, que temen que los voluntarios se puedan «descolgar» al no hacer actividades presenciales regularmente y «pierdan el contacto» con las asociaciones a largo plazo.

Futuro incierto

Con la entrada en el 2021 las dificultades económicas pueden no acabar y Lafede.cat alerta de que se podrían arrastrar si se suspendieran algunas de las subvenciones públicas de administraciones como el Ayuntamiento de Barcelona o la Generalitat. Según apuntan, unos eventuales recortes de presupuesto dejarían muy tocadas las entidades, que ya están teniendo complicaciones para reformular los proyectos que merecieron la ayuda del 2020 porque con el paro de actos no se pudieron celebrar.

La federación asegura que las últimas semanas ya ha puesto en marcha reuniones con las administraciones para arrancarles compromisos para garantizar la financiación, y de momento celebran que tanto el Gobierno como el Ayuntamiento de Barcelona pretenden mantener las ayudas con la misma dotación que ahora.

Con todo, a pesar de las dificultades económicas las ONG catalanas han intentado hacer un esfuerzo por adaptarse al nuevo contexto y seguir prestando un servicio en que el beneficiario note las mínimas diferencias, aunque no siempre ha sido posible. Y a pesar de que un 2020 difícil ya acaba, el próximo sigue siendo incierto. Desde Pallapupas ya auguran que «vienen tiempos difíciles», mientras que el AECC ya plantea un presupuesto para el 2021 «estrechando mucho y mucho el cinturón» intentando que el objetivo humanitario no quede tocado.

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