Sanidad
Las residencias piden priorizar las visitas a los centros por encima de las salidas de los abuelos
ACRA dice que esta Navidad es «especial» y no se justifica sacar a los residentes por el riesgo de brotes con «altas mortalidades»
Por otra parte, las personas que «a toda costa» quieren salir que lo hagan sin embargo, según ha dicho, en salidas de cinco o seis días, lo que justifica cualquiera «pequeño aislamiento». De hecho, ha añadido que sin estado de alarma, si alguien quiere marcharse, no lo podrán obligar a quedarse. «Todos pensamos que tenemos que priorizar lo que sea más seguro», ha dicho.
Pascual ha alertado de que el test de antígeno que se hace previamente al residente garantiza que este no está infectado, pero no que no lo está la familia. Por eso, se exige el certificado de auto-responsabilidad de la familia no haber estado en contacto con positivos. «Son días de contacto y eso lo sabemos todos», ha dicho. Cuando el abuelo vuelve a la residencia se evalúa, se hace un aislamiento «lo más corto posible» y después una PCR para garantizar que no está infectado.
Vacunación
Pascual ha celebrado que el día 4 algunas residencias del Estado empezarán a vacunar, y ha pronosticado que en Cataluña estará la vacuna «muy pronto en el mes de enero». Además, según sus previsiones 21 días después habrá un segundo turno que «generará inmunidad» entre los abuelos.
En este sentido, ha alabado la gestión del Departament de Salut,con el cual han mantenido conversaciones. Pascual ha explicado que les han sugerido una vacunación con unidades móviles que visitarán los equipamientos, y que «empezará lo antes que se pueda», en torno a la segunda semana de enero.
Brotes en residencias
Con respecto a los brotes activos en varias residencias catalanas, ha dicho que las cifras están en toda Cataluña «mucho mejor». Sin embargo, ha indicado que actualmente las cifras no son muy altas, pero cuando entra la covid en una residencia «es imposible de controlar» por su contagio aéreo.
Ha recordado que en los geriátricos las personas mayores no llevan mascarilla porque les impide respirar, y la posibilidad de abrir ventanas es limitada por el riesgo de que los abuelos cojan, por ejemplo pulmonías.