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Las personas que hacen trabajo desde casa están peor pagadas y menos protegidas que los otros asalariados

Cerca de un 8% del empleo mundial trabajaba a domicilio antes de la crisis de la covid, y más de la mitad eran mujeres

Una mujer realiza teletrabajo en su casa.

La futura ley del teletrabajo prevé que se pueda trabajar a distancia al menos un día a la semanaEfe

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha asegurado que millones de personas trabajan desde casa en condiciones «deficientes» en todo el mundo y ha reclamado más protección para estos empleados. El trabajo a domicilio se ha generalizado durante la crisis de la covid-19 y uno de cada cinco trabajadores lo han tenido que asumir este año. En el informe 'Trabajar desde casa. De la invisibilidad al trabajo decente' publicado este miércoles ponen de manifiesto que los que hacen trabajo fuera de la sede de la empresa no tienen el mismo grado de protección social que los otros empleados. Además, se detecta que el trabajo desde casa está peor pagado que los que trabajan fuera. Al mismo tiempo, son menos proclives a formar parte de un sindicato o a figurar en convenios colectivos.
«Los trabajadores a domicilio ganan por término medio un 13% menos en el Reino Unido, un 22% en los Estados Unidos, un 25% menos a Sudáfrica y un 50% menos en Argentina, en la India y en México», indica el estudio. «Cuándo se toman en cuenta factores como la educación, la edad y el empleo se observa una penalización del trabajo desde casa en casi todo los países, incluso entre las profesiones más cualificadas», subrayan.

La organización que lucha por garantizar el derecho laboral en todo el mundo señala que los riesgos en materia de seguridad y salud son mayores en el trabajo desde casa, y el acceso a los programas de formación es más restringido, cosa que puede perjudicar su trayectoria profesional.

Añaden que las personas que desarrollan una actividad laboral en casa trabajan menos pero «sus horas son más inciertas». «Para los teletrabajadores, la principal preocupación es el desdibujamiento de las líneas divisorias entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal y familiar», explican.

El informe habla de 'trabajo a domicilio' para referirse a toda actividad laboral que una persona hace desde su domicilio o en un lugar diferente de la sede de la empresa. Este tipo de trabajo se mujer una amplia gama de puestos de trabajo, desde actividades artesanal, de montaje o prestación de servicios a través de plataformas digitales. El teletrabajo forma parte de esta categoría pero la OIT limita esta denominación a los asalariados que utilizan algún tipo de tecnología de la información y la comunicación (TIC) en su día a día.

Según las estimaciones de la OIT, antes de la crisis de la covid-19 había 260 millones de trabajadores a domicilio en todo el mundo, el 7,9% del empleo mundial y más de la mitad eran mujeres, hasta 147 millones. En el Estado, el porcentaje de personas que llevaban a cabo su actividad laboral en su casa no superaba el 5% antes de la covid.

Durante los primeros meses de la irrupción de la pandemia, la cantidad total aumentó significativamente, ya que uno de cada cinco trabajadores hizo trabajo desde casa. La OIT espera que el trabajo desde casa sea cada vez más importante en los próximos años y reclama a los gobiernos y a las empresas que garanticen que los trabajadores a domicilio dejen de ser «invisibles» y pasen a tener una situación laboral «decente».

El incremento de personas que hacen esta modalidad de trabajo lleva a la OIT a reclamar una mejora en las leyes que la regulan, que ahora mismo son «deficientes». El análisis de la organización apunta en una brecha en la cobertura de protección social que se acerca a los 40 puntos porcentuales en algunos países y riesgos en la manipulación de herramientas o problemas ergonómicos.

Tan sólo diez estados miembros de la organización han ratificado el convenio 117, que promueve la igualdad de trato entre los empleados a domicilio y otros asalariados. España no figura en el listado de países que han ratificado este convenio.

«Por norma general, la reglamentación del trabajo a domicilio es deficiente y el cumplimiento de la legislación vigente resulta complejo. En muchos casos, los trabajadores a domicilio son considerados contratistas autónomos y, en consecuencia quedan excluidos del ámbito de legislación laboral», apunta el informe, que asegura que muy pocos países disponen de una política integral sobre el teletrabajo.

Para mejorar la situación actual, la organización presidida por Guy Ryder reclama que se facilite la transición a la economía formal de los trabajadores que hacen trabajo a distancia en el sector industrial y se garantice la firma de un contrato escrito y acceso a la Seguridad Social. Con respecto a las personas que teletrabajan desde casa trabara de plataformas digitales, apuestan para utilizar la información que queda registrada para supervisar las condiciones de trabajo y los instrumentos aplicados para establecer salarios justos.

Con respecto a los que trabajan a distancia, el informe reclama que se mitiguen los riesgos psicosociales y se respete el 'derecho a desconectarse', para poder delimitar claramente los ámbitos profesional y personal.

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