Turismo
El turismo espacial, una carrera en la cual se posicionan empresas españolas
La empresa barcelonesa Zero 2 Infinity tiene el objetivo de enviar turistas al espacio desde de Andalucía gracias a globo de helio
Desde que en el año 2001 el multimillonario Dennis Tito pagara casi 16,5 millones de euros por viajar a la Estación Espacial Internacional, el turismo espacial se ha convertido en una oportunidad de negocio a nivel mundial, en la que también hay empresas españolas que quieren estar presentes.
Es el caso de Zero 2 Infinity, una compañía creada por José Mariano López-Urdiales en 2009 en Barberà del Vallès (Barcelona) que tiene como objetivo enviar turistas al espacio desde Andalucía gracias a globos de helio.
Su intención es poder subir casi 40 kilómetros, por encima del espacio aéreo controlado y por debajo de los satélites, en un globo de helio con una cápsula presurizada.
Todo para llegar al lugar en el que se produce el que se conoce como efecto 'overview', es decir, «lo suficiente para ver la tierra redonda, notar que es azul y que el cielo es negro de día», en palabras de López-Urdiales.
En total, el viaje duraría unas seis horas, tal y como explica el consejero delegado de Zero 2 Infinity a Efe: «Se tardan unas tres horas en subir. Una vez arriba estás dos horas». Para bajar, la cápsula se desprende del globo y aterriza «bajo un paracaídas muy grande».
Una tecnología sobre la que él ya escribió un ensayo en 2002 y que tiene la ventaja «de tener cero emisiones -ya que no quemas ni contaminas-, cero ruidos y cero riesgos de explosión».
Una propuesta muy distinta a las que se están desarrollando en otros lugares del mundo, donde, básicamente, apuestan por otro tipo de vehículos.
Los primeros, como en el que voló Dennis Tito, suben a órbita y necesitan de una preparación previa. Hoy en día, tan solo la agencia espacial rusa, Roscosmos, lo ha ofrecido y el asiento ya se cotiza a más de 70 millones.
Mucho más rápido es el viaje en un cohete suborbital, que sube hasta los 80 kilómetros, pero solo se mantiene un par de minutos. Una idea sobre la que ya trabajan Virgin Galactic o Blue Origin, la empresa que fundó Jeff Bezos en el año 2000.
Tanto ha decidido apostar Bezos por los viajes aeroespaciales, que este febrero anunciaba su decisión de dejar de ser el consejero delegado de Amazon a lo largo de este año para «cultivar otras pasiones», entre ellas el impulso de Blue Origin.
Andalucía, centro de operaciones
Zero 2 Infinity dice que quiere democratizar este tipo de viajes dentro del turismo de lujo, ya que no es necesaria formación previa y el precio es mucho menor que el resto de las opciones. En concreto, reservar un vuelo con Zero 2 Infinity cuesta 110.000 euros.
Un viaje que se realizará desde el pequeño municipio de Villacarrillo (Jaén), donde se encuentra el Centro de Vuelos Experimentales (Atlas).
Ese lugar cuenta con infraestructuras y hangares, instalaciones para ensayos y operaciones no tripulados ligeros y tácticos, un aeródromo con una pista principal de 800 metros, torre de control y la posibilidad de operar 300 días al año.
López-Urdiales también destaca el hecho de que en Andalucía existe además toda una infraestructura para atraer a turistas de alto nivel adquisitivo. «Ya está todo preparado para recibir turistas de este tipo», asegura.
En cualquier caso, para que los turistas empiecen a viajar con esta empresa, aún quedan «un par de años». «Habrá una fase que consistirá en subir profesionales (que podría ser incluso durante 2021) y luego ya turistas», explica el directivo, que reconoce que, con la irrupción de la pandemia, 2020 has sido «un año en blanco» en el que «todas las conversaciones y proyectos se congelaron».
Falta financiación
Para que los primeros turistas lleguen al espacio, Zero 2 Infinity necesita financiación. «Nos faltan un par de millones de euros. Hemos recibido ya unos seis y no nos falta casi nada», asegura López-Urdiales. «Tenemos la cápsula, los permisos, los seguros, el estratopuerto. Lo que falta es una cuestión puramente de financiación».
Al respecto, reclama ayudas al Estado, ya que «España lo tiene todo para ser líder en turismo espacial: tiene las empresas y la tecnología».
«Lo que no parece tener es la voluntad política», añade el directivo, tras destacar que el país es líder mundial en globos tripulados, lo que hace que tenga una gran experiencia en esta materia.
En su opinión, el turismo espacial «podría traer mucha riqueza, con muchos puestos de trabajo» y podría haber sido una realidad «desde hace 20 años, porque todas las tecnologías de base estaban, pero no ha habido voluntad política ni capital para hacerlo».