Dolor cervical, dolor de cabeza y mandíbula, el peaje del uso prolongado de mascarillas
Se recomienda un automasaje para relajar la tensión muscular acumulada en la mandíbula
El uso prolongado de mascarillas que la pandemia de la covid-19 ha impuesto no solo ha provocado un aumento de afecciones cutáneas como el acné o la dermatitis, sino que también afecta directamente a las articulaciones.
Cada vez son más los pacientes con dolores cervicales, de cabeza y de mandíbula asociados al uso de las mascarillas, según afirma Carlos Cáceres, supervisor de rehabilitación del hospital Ribera Povisa de Vigo.
Carlos Cáceres explica que el uso permanente de cubrebocas puede asociarse a una mayor tensión en la musculatura en toda la región comprendida entre la nariz, la mandíbula y el cuello, debido a la alteración del tono muscular, tanto en reposo como a la hora de hablar y respirar.
Cree que «aún es pronto para determinar con un criterio objetivo» cuáles son las lesiones directas provocadas por las mascarillas, aunque ha podido constatar un aumento de la tensión muscular y una agudización de patologías preexistentes entre los pacientes de Povisa.
Detalla que, al llevar la mascarilla, se tiende a realizar una respiración más superficial y que ésta sea oral en lugar de nasal, lo que ocasiona que la lengua esté baja y retraída para dejar sitio para que pase el aire, lo que a su vez hace que la posición de las vértebras cervicales se rectifique.
Del mismo modo, la mascarilla reduce el ángulo de visión inferior, lo que obliga a realizar una hiperflexión de cuello, sobrecargando así la musculatura posterior de la cabeza.
Si esto se hace en periodos prolongados, provoca dolor cervical y/o de cabeza a modo de presión en la región occipital y la nuca, concreta Carlos Cáceres.
La pequeña apertura de la boca a la hora de respirar se mantiene al hablar, lo que dificulta la vocalización pero también afecta a la articulación temporo-mandibular, sobrecargando la mandíbula.
Se produce lo que los expertos llaman una disfunción en la movilidad de la mandíbula, que condiciona esa alteración del tono normal de la musculatura en esa zona.
Este experto fisioterapeuta subraya que la disminución en la expresividad del rostro, no poder leer los labios y la barrera que ejerce la mascarilla al sonido, «hace que hablemos más alto, forzando por tanto la voz, lo que también puede afectar a la musculatura fonatoria, que tendrá que tener una mayor tensión».
El supevisor de Rehabilitación del hospital Ribera Povisa recuerda, además, que «debemos evitar movimientos anormales detrás de la mascarilla, ajustarla bien al puente de la nariz y evitar tensiones en las cintas o gomas de forma que se permita una movilidad más confortable de la boca, cuello y cabeza, también al hablar».
Para aliviar esta situación, aconseja realizar una respiración consciente, tomando aire por la nariz y llevándola al abdomen, reduciendo así la tensión mandibular.
También se recomienda un automasaje para relajar la tensión muscular acumulada en la mandíbula.