Historia
Encuentran sorprendentes similitudes entre humanos y unas extrañas criaturas de hace 550 millones de años
Son unas criaturas sin cabeza ni extremidades
«Estos animales son tan extraños y tan diferentes que es difícil asignarlos a categorías modernas de organismos vivos con solo mirarlos», indica en un comunicado la paleobióloga Mary Droser de la Universidad de California en Riverside, coautora de este nuevo estudio publicado en Prooceedings of the Royal Society B.
Al no poder analizar de primera mano los datos genéticos de estas criaturas, los investigadores han estudiado los rastros fósiles que estos organismos dejaron atrás.
En este estudio, liderado por el paleontólogo Scott Evans, del Museo Smithsonian de Historia Natural, los científicos observaron cuatro especies de biota: Dickinsonia, Ikaria, Kimberella y Tribrachidium.
En base a las observaciones de estos fósiles, los investigadores dedujeron cómo estas criaturas pudieron haber movido sus cuerpos por el lecho marino y, en general, cómo fue su vida. En este sentido, proponen que estos animales probablemente tenían una forma rudimentaria de sistema nervioso, regulado por los mismos tipos de elementos reguladores genéticos que todavía utilizan en la actualidad los animales, incluidos los humanos.
«Este análisis demuestra que las vías genéticas para la multicelularidad, la polaridad axial, la musculatura y el sistema nervioso probablemente estaban presentes en algunos de estos primeros animales», sostienen los autores en el estudio.
En este nuevo estudio, el equipo describe una amplia gama de genes que pueden haber influido en la multicelularidad, como la inmunidad, los nervios, la apoptosis (muerte celular programada) o el patrón axial (que diferencia los lados de un cuerpo, como el anverso y el reverso o el izquierdo y el derecho).
«El hecho de que podamos decir que estos genes operaban en algo que se ha extinguido hace 500 millones de años es fascinante», sostiene Evans.
En el futuro, los científicos planean investigar el desarrollo muscular y los estudios funcionales para comprender mejor la evolución temprana de los animales. «Nuestro trabajo es una forma de poner a estos animales en el árbol de la vida», ha valorado Droser. «Y demostrar que están genéticamente vinculados a los animales modernos y a nosotros», ha concluido.