Por qué algunos efectos secundarios de la vacuna contra el coronavirus podrían ser sólo un placebo
Los estudios de Pfizer revelan que las personas a las cuales se les inyectó un placebo también tuvieron síntomas
Uno de los principales inconvenientes del proceso de vacunación contra el coronavirus son los efectos secundarios que provocan los pinchazos. Pero no necesariamente tienen que estar relacionados con la propia vacuna, sino que pueden ser un placebo.
Tal y como recoge Gizmodo, los ensayos clínicos de la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech son un buen ejemplo para demostrarlo. Se realizaron análisis a más de 30.000 voluntarios en las pruebas y se analizó si tuvieron o no efectos secundarios.
Así, el 84% de los voluntarios tuvo reacciones en el lugar de la inyección, como dolor o picazón, durante la semana posterior a tomar una dosis; un 63% experimentó fatiga; por otro lado, el 55% experimentó dolores de cabeza.
Pero lo reseñable es que no sólo refirieron efectos secundarios aquellos que recibieron la vacuna, sino también el grupo de control al que se inyectó un placebo, en concreto una solución salina.
Un tercio de los vacunados con el placebo refirió fatiga, la misma cantidad de los que refirieron dolor de cabeza. Casi un 12% manifestó haber tenido diarrea, lo que supone más que los que manifestaron el mismo síntoma entre los vacunados con la dosis real.
Aunque cabe la posibilidad de que estas personas tuvieran esos síntomas por motivos diferentes a su participación en el estudio, se cree que puede ser un ejemplo de lo que se conoce como 'efecto nocebo'. Así como un placebo nos hace sentir mejoras tras un tratamiento no farmacológico, un nocebo hace lo contrario: nos hace sentirnos peor, aunque no haya motivo real para ello.