Judicial
Un crimen tristemente resuelto en 72 horas: la víctima mortal fue escogida al azar
Seis personas, dos de ellas menores, fueron detenidas por el asesinato de un hombre de 34 años en Logroño
La Policía Nacional de la Rioja ha conseguido, a fuerza de dedicarle horas, el crimen que dejó perpleja a la población de La Rioja hace pocos días. Un hombre de 34 años y vecino de Oyón (Álava) fue asesinado el pasado 6 de abril en el parque del Ebro de Logroño. 72 horas después, seis jóvenes eran detenidos: dos son menores de edad y hermanas de 16 y 14 años. Todo cuentan con antecedentes por delitos menores.
Como explica en su edición digital 20minutos.es , la mayor sorpresa, e indignación, salió a la luz este miércoles, cuando se ofrecieron los detalles del crimen: lo mataron «al azar», utilizando una «violencia gratuita» inaudita, según señaló el jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Eduardo Esteban.
Todo sucedió el pasado día 6 de abril, cuando Issam Haddour, un joven marroquí de 34 años que trabajaba como repartidor a domicilio, se encontraba en el aparcamiento del Revellín, en el Barrio antiguo de Logroño. Allí se encontró con sus presuntos asesinos: según las primeras versiones, estos le pidieron un cigarrillo y su negativa dio lugar a la discusión y a la brutal paliza. No hubo armas, sólo puñetazos y patadas por todo el cuerpo que dejaron al joven malherido en el suelo.
La agresión no quedó aquí. los acusados volvieron al lugar para robar a la víctima todas sus pertenencias: el móvil, su chaqueta, la cartera y la bicicleta en la cual se desplazaba al trabajo. Allí, literalmente lo remataron. «Quedó totalmente abandonado y sin manera de pedir ayuda, porque esta zona está muy abandonada», explicó Esteban. Una cámara de vídeo consiguió situar a los presuntos asesinos en el lugar del crimen, escenificando incluso entre ellos cómo se había producido la agresión.
Operación Plumas
Hacia la 7.30 horas del día siguiente, un vecino que paseaba a su perro descubrió a la víctima tendida en el suelo, inconsciente, con abundante sangre en la cabeza y en las manos, por lo cual fue trasladada al Hospital San Pedro de Logroño en estado crítico y después murió.
Apenas habían pasado unas horas cuando la policía pudo identificar en el grupo de autores. Uno de ellos había cometido un robo nada más 30 minutos después del crimen: «No tenía ningún tipo de remordimiento». Es más, el acusado llevaba todavía, en el momento de la detención, la chaqueta de plumas que le habían robado a Issam.