Ecologistas instan a los estados de la UE a prohibir vuelos interiores, como Francia, pero avisan de que hace falta «más ambición»

La iniciativa para prohibir los vuelos internos cortos en Francia se enmarca en un proyecto de ley que busca recortar las emisiones de carbono un 40% en el 2030. El objetivo de la medida, que todavía se encuentra al inicio del proceso de aprobación, es reducir el uso de un transporte que, por término medio, contamina siete veces más que el tren.

Con el recorte hasta dos horas y media del trayecto alternativo en tren, la prohibición sólo afectará cinco rutas, las que conectan París con Burdeos, Lyon, Nantes y Rennes y la que hace el trayecto de Lyon a Marsella. Estas cinco rutas representan el 12% del tráfico aéreo interior en Francia. Quedan excluidas de la supresión algunas de las más utilizadas, como por ejemplo la que une París con Marsella o Montpellier.

Las aerolíneas advierten de consecuencias económicas

La medida, sin embargo, no sólo ha recibido críticas por parte de los ecologistas, que la consideran insuficiente. Las aerolíneas también se han mostrado en contra porque argumentan que puede ser un obstáculo para la recuperación de la crisis causada por la covid-19.

Desde la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) avisan de que la prohibición puede provocar «consecuencias indesiitjables» porque «la conectividad aérea es vital para dar apoyo al desarrollo económico».

«Los gobiernos tienen que estar preparados para las consecuencias indeseables de la prohibición total de los vuelos interiores de corta duración», alerta a un portavoz de IATA.

Además, desde las aerolíneas también avisan de las consecuencias para los territorios donde no hay «fuertes conexiones» ferroviarias e instan a los gobiernos a «eliminar las ineficiencias innecesarias que incrementan las emisiones en trayectos de larga duración».

«La competencia lleva a la eficiencia en todos los sentidos, incluida la sostenibilidad,» subrayan desde de IATA.

Para el eurodiputado de los comunes Ernest Urtasun, las advertencias de las aerolíneas sobre los posibles efectos económicos de estas medidas obedecen a una «lógica perversa». «Lo que no podemos aceptar es esta lógica perversa que dice que la lucha contra el cambio climático viene después de la recuperación económica. La recuperación económica es la transición ecológica, son la misma cosa», insiste.

Además, Urtasun, Gruffat y Diab defienden que la industria aérea tiene que hacer un esfuerzo» porque durante las últimas décadas ha recibido «subvenciones implícitas» como la exención impositiva en el combustible. «No creo que puedan decir que eso les revienta su negocio», insiste Urtasun.

«No se trata de hacer que las compañías vayan a la quiebra y que miles de trabajadores queden atrás», dice Gruffat,»sinó empezar una transformación del sector».

A su vez, Diab subraya que las aerolíneas ya pueden ser «rentables» con trayectos largos y apunta que hay que aprovechar el rescate de Air France, a la cual el gobierno de Emmanuel Macron ha inyectado 4.000 millones de euros, para impulsar medidas más ambiciosas.

«Si queremos llegar a la neutralidad climática, tenemos que llevar el sector bajo control», dice el responsable de comunicación de la Oficina Europea del Medio Ambiente, que critica que se tenga que rescatar a las aerolíneas cuando «han tenido grandes beneficios» en los últimos años.

«Hemos pagado subsidios cuando tenían grandes beneficios y después para que no fueran a la quiebra. Las personas que pagan impuestos pagan en los momentos buenos y malos. Se han convertido las pérdidas en públicas y el beneficios en privados», critica.

Líneas ferroviarias insuficientes

Los tres ecologistas coinciden en que el resto de países europeos se tendrían que sumar a Francia y prohibir los vuelos domésticos con alternativa en tren. Para Urtasun, el gobierno español tendría que estudiar una medida en este sentido para acabar con los vuelos entre Barcelona y Madrid.

«Es evidente que se tendría que promover que este corredor se hiciera exclusivamente en tren», asegura. Sin embargo, el Parlamento rechazó avanzar en este sentido. La cámara catalana rehusó una resolución de los comunes que instaba a «hacer las gestiones necesarias ante el Estado» para limitar vuelos con una alternativa en tren de no más de tres horas.

Uno de los principales obstáculos para que el tren sea una verdadera alternativa al avión es que la mayoría de países europeos no tienen una red de alta velocidad tanto desarrollada como Francia, pero el precio de los billetes de tren tampoco facilitan el uso.

El eurodiputado de los comunes admite que la concepción radial de la alta velocidad en el Estado dificulta que con medidas como la impulsada en Francia se puedan prohibir algunas rutas. Por ejemplo, con la actual infraestructura sería difícil sustituir con el tren los vuelos de Barcelona en Valencia o Bilbao.

En este sentido, el responsable de comunicación de la Oficina Europea del Medio Ambiente reclama más inversión en la red ferroviaria para que sea una «alternativa viable» y critica los efectos de las privatizaciones de las últimas décadas. «Se suponía que los operadores privados harían la red mejor y más eficiente, pero ha acabado siendo peor y más cara», dice Diab, que lamenta que las compañías privadas no hayan hecho las inversiones necesarias porque las infraestructuras funcionen bien.

En este sentido, Gruffat defiende que la Unión Europea tendría que destinar más dinero a mejorar la red ferroviaria. Por ejemplo, dice al eurodiputado francés de los Verdes, haciendo más restrictivas las ayudas al sector aéreo y facilitándolas al ferroviario.

Con respecto a la diferencia de precio entre los billetes de tren y de avión, Diab considera que actualmente hay una «competencia injusta» que favorece a las aerolíneas. «Tenemos que hacer alguna cosa sobre esta distorsión de precios», dice el responsable de comunicación de la Oficina Europea del Medio Ambiente, que también cree que el tren sale perjudicado del hecho de que no haya comparadores de precios en línea mientras existen multitud de páginas web en el caso de los aviones.

La Unión Europea y los estados tienen que concienciar sobre la importancia del tren. Ha pasado, en las últimas décadas, de ser el medio de transporte de primera elección en uno olvidado para muchos ciudadanos. Hay que concienciar sobre su importancia para un futuro sostenible», concluye Diab.